Quienes conocieron este espacio como lote abandonado se sorprenden con el cambio.

Fotos | Luis Fernando Rodríguez | LA PATRIA

Quienes conocieron este espacio como lote abandonado se sorprenden con el cambio.

Donde hoy se encuentra un jardín, hace dos años era un baldío con maleza y matas de plátano. En este lugar, el Proyecto Gloria Toro construyó un parque, donde las personas se reúnen a charlar, jugar parqués, rezar, tomar el algo y conversar.

“Tengo un proyecto de suculentas y cactus para vender a las personas que vienen a visitarnos y quieren llevarse un recuerdo de San Vicente. Apenas estoy empezando, pero pienso avanzar, para que me sirva de sustento a mí y a mi esposo”, dice Berta Medina. Asegura que durante los dos años que lleva el proyecto, ha contado con el apoyo incondicional de Adriana María Gómez Toro.

Allí hay sembradas bromelias, besitos, novios, rosas, veraneras, azucenas, orquídeas y enredaderas, entre otras especies, donadas por la comunidad salamineña. Además, se construyeron dos casitas, donde llegan a mañana y tarde los pájaros a comer.

“Siento satisfacción al saber que he puesto un granito de arena para que el jardín esté bien y que la gente encuentre un lugar agradable al llegar a San Vicente y se den cuenta de la obra que han hecho doña Gloria y doña Adriana María. Ha sido un gran beneficio para muchas personas que hemos tenido necesidades muy grandes y ahora estamos aquí con una gran satisfacción. Se siente buen ambiente y hay mucha unidad entre los vecinos”, finaliza la jardinera.

Berta Medina, encargada del jardín.

Lo que empezó como una obra de embellecimiento ahora es un emprendimiento para ayudar a la comunidad de San Vicente.

El jardín permanece embellecido.

Los cactus también se cultivan y se comercializan allí.

Un jardín colgante.

 

 

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