Volcán Cerro Machín en el Tolima

Foto | Margaret Sánchez | LA PATRIA El volcán Cerro Machín es una de las 25 estructuras volcánicas activas monitoreadas en Colombia por el Servicio Geológico Colombiano.

LA PATRIA | Manizales

“Chiquito pero picoso, porque cuando hace sus erupciones se destruye”.

Esta es la manera con la que la vulcanóloga del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales del Servicio Geológico Colombiano Gloria Patricia Cortés Jiménez explica el carácter explosivo del volcán Cerro Machín, ubicado en el Tolima.

También lo describe como un volcán enano, en su cima alcanza los 2.750 m s. n. m. Por ejemplo, el del Huila tiene una elevación de 5.364 m s. n. m. y el Ruiz, 5.321 m s. n. m. El volcán monitoreado de menor altura es el de San Diego, en Samaná (Caldas), con 850 m s. n. m.

Cortés Jiménez recuerda que los volcanes catalogados como activos “potencialmente van a hacer una erupción en el futuro”, por eso se realiza el seguimiento a su actividad, desde el monitoreo técnico y la investigación; se reconstruye su historia eruptiva y se elaboran los mapas de amenaza, información crucial para la gestión de riesgo. Reitera que una erupción volcánica no debe ser sinónimo de desastre.

"Nosotros los consideramos como pacientes, y pacientes de mucho cuidado", añade la geóloga.

Por eso invita a informar de manera oportuna y veraz para evitar que la gente reaccione desde el miedo. “Los volcanes son muy lindos… pero no podemos evitar las cosas no tan buenas, sus peligros y amenazas. Cuando un volcán hace erupción cumple una función de liberar energía en la tierra y de que la dinámica terrestre siga”, indica.

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Características del volcán Cerro Machín

El volcán Cerro Machín es una de las 25 estructuras volcánicas activas monitoreadas en Colombia por el Servicio Geológico Colombiano.

Edad: aproximadamente 50 mil años.

Altura: 2.750 m s. n. m.

Clima: templado a cálido, con temperatura media de 20 ºC y una humedad relativa del 85%. 

Vegetación: bosque húmedo montano. 

Foto | Agencia EFE - Juan Diego López | LA PATRIA

Está conformado por un edificio volcánico de forma anular compleja de 2,4 km de diámetro, resultado de un conjunto de relictos de anillos piroclásticos (cráter) enlazados entre sí.

En su interior se forman planicies en forma de medialuna, una ocupada parcialmente, hasta hace unos 10 años, por una laguna (actualmente es un pantano).

En el centro se encuentran tres domos: dos de 250 m y uno de 150 m de altura. Estos taponan el conducto volcánico. Juntos suman cerca de 3 km cúbicos, a simple vista, debido a la cobertura vegetal, parece una montaña.

La mayor parte del volcán está drenada por pequeños afluentes del río Toche (que desemboca en el río Coello) y el resto por la quebrada Santa Marta, afluente del río Combeima, a su vez, se une al Coello que entrega sus aguas al río Magdalena.

Presenta fenómenos asociados de actividad termal expresados en campos fumarólicos sobre los domos, en los que se registra principalmente vapor de agua y dióxido de carbono. 

Se han clasificado cuatro fuentes termales localizadas dentro y fuera del edificio: Puente Tierra, La Piscina, Las Estatuas y La Estrella. Sus temperaturas oscilan entre 28 °C y 92 °C. 

Tipo de erupción: predominantemente explosivas. Aunque el índice de explosividad volcánica (IEV) de sus erupciones es de 5 puntos en una escala que va de 0 a 8, hasta el momento no hay ninguna evidencia que confirme que este es el segundo volcán más explosivo del mundo. 

Estado de alerta: es un volcán activo en estado de alerta Amarilla (con cambios en el comportamiento). Internamente, está resistiendo los esfuerzos constantes del magma (roca fundida) que busca salir a la superficie, lo que genera episodios de sismos frecuentes (hasta 1.000 diarios), algunos de magnitud mayor a 4 (que las personas pueden llegar a sentir) y que técnicamente reciben el nombre de “enjambres” (muchos sismos que ocurren de manera concentrada en un periodo de tiempo corto).

Monitoreo: cuenta con 11 estaciones sísmicas, 8 estaciones de deformación, un magnetómetro, una estación de geoquímica y una cámara web instaladas a su alrededor para recoger información 24/7. 

Zona de amenaza: comprende 26 municipios de tres departamentos en los que viven cerca de 800.000 personas, Cundinamarca (Girardot, Nariño y Ricaurte); Quindío (Armenia, Buenavista, Córdoba, Calarcá, Circasia, Filandia, La Tebaida, Montenegro, Pijao, Quimbaya y Salento), y Tolima (Cajamarca, Coello, Espinal, Flandes, Guamo, Ibagué, Ortega, Rovira, Saldaña, San Luis, Suárez y Valle de San Juan).

El Servicio Geológico Colombiano resuelve tres preguntas sobre una posible erupción del volcán Cerro Machín.

1. ¿Cómo sería su erupción?

El Servicio Geológico Colombiano (SGC) señala que es muy probable que el Cerro Machín continúe generando actividad sísmica para fracturar la roca del tapón y que incluso ocurran sismos de mayor magnitud a los que se han presentado, sin que eso se traduzca en un cambio en el estado de alerta en el que se encuentra actualmente el volcán. Aunque pueden pasar días, meses, años, décadas o siglos para que esta actividad resulte en una erupción —ya que los fenómenos naturales no tienen una regularidad perfecta y el tapón que hay que romper es de grandes dimensiones—. 

En caso de que el magma, que está ubicado entre 4 y 10 km de profundidad del tapón, logre fracturar totalmente la roca y genere una erupción, el volcán expulsaría gases, fluidos y fragmentos de roca o pómez calientes, en grandes cantidades y a mucha velocidad, que podrían tener gran alcance y un enorme potencial de hacer daño. Esa columna eruptiva tendría entre 20 y 55 km de altura. Estas ‘nubes ardientes’, como son conocidas, se desplazarían por las laderas del volcán a más de 100 kilómetros por hora y a temperaturas que alcanzan los 400 °C, arrasando y quemando todo a su paso. Generarían afectaciones en un área de aproximadamente 240 kilómetros cuadrados hacia el suroccidente del volcán, teniendo efectos principalmente en Cajamarca (Tolima) y en comunidades de este departamento como Anaime, Coello-Cocora, Toche y Tapias.

Adicionalmente, habría flujos de lodo o lahares (mezclas de material volcánico y agua) que bajan por los flancos del volcán, comúnmente llamadas avalanchas, los cuales podrían extenderse hasta 100 km, impactando municipios como Espinal y Guamo, y llegando incluso a Cundinamarca.

“Contrario a lo que se ha dicho en varios mensajes y videos que carecen de base científica y que han circulado por redes sociales, en Ibagué, una de las grandes ciudades en el área de influencia de este volcán, no caerían rocas incandescentes, posiblemente sólo habría caída de ceniza, un fenómeno que, según los estudios geológicos realizados, ha ocurrido y puede ocurrir en casi todo el Quindío”, precisa SGC.

Foto | Agencia EFE - Juan Diego López | LA PATRIA

2. ¿Qué señales podrían indicar que este volcán vaya a hacer erupción?

Para que el volcán Cerro Machín entre en un proceso de erupción, tienen que pasar varias cosas:

1. Tendría que haber sismos más fuertes, capaces de romper el tapón.

2. Tendrían que ocurrir sismos asociados al movimiento de fluidos al interior de los conductos volcánicos.

3. La superficie del volcán tendría que tener deformaciones (protuberancias o hundimientos) lo suficientemente evidentes (hasta el momento solo existe una deformación imperceptible para las personas).

4. Tendrían que registrarse cambios lo suficientemente drásticos en la geoquímica del volcán que se reflejarían en sus fumarolas (emisiones de gases y vapor) y en las fuentes termales.

3. ¿Qué afectaciones podría generar? 

Se estima que los fenómenos volcánicos derivados de la erupción tendrían un alcance de 2.000 kilómetros cuadrados, dentro de los que estarían las poblaciones que se indican en el mapa de amenaza volcánica. Estos podrían afectar infraestructura, cultivos y fuentes hídricas; el tráfico aéreo sufriría complicaciones por la emisión de ceniza; la vía del Alto de la Línea se vería afectada, y cientos de miles de personas tendrían que ser evacuadas y reubicadas.

Foto | Servicio Geológico Colombiano | LA PATRIA

Río Coello.

*La periodista participó en la salida de prensa del Servicio Geológico Colombiano denominada Colombia, país de volcanes: retos y oportunidades de comunicación.


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