
Foto | LA PATRIA
Jorge Alberto Valencia es un manizaleño de 35 años que pinta desde la cárcel La Blanca.
LA PATRIA | MANIZALES
La cárcel La Blanca de Manizales contiene en sus instalaciones arte. A través de pinceladas y trazos, se permite a los internos contar con herramientas para expresar los pensamientos y sentimientos que florecen en el aislamiento.
Obras creadas con su brazo lleno de tatuajes y una inspiración que dice que viene de la Divinidad, Jorge Alberto Valencia Pérez desea conmover con sus pinturas al mundo. De sus 35 años de vida, 13 intermitentes los ha pasado en prisión. Desde el 2019 se encuentra en la cárcel de varones de Manizales por hurto.
En el 2020 creó un programa llamado Pinceladas de libertad donde decidió enseñar a sus compañeros de patio a pintar como método de resocialización. Utiliza sus propios materiales y el centro de reclusión le han propuesto tener un espacio para dictar sus clases, pero ha preferido que sigan siendo en el patio.
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Recientemente ganó un concurso de murales dentro de la cárcel, donde expresó su pasión por el fútbol a través de la pintura y por ello le dieron una cena especial. Actividades como esta promueven el arte y a Jorge le encantan.
Foto | Cortesía Marta Leonor Pérez | LA PATRIA
Gusta de pintar a la naturaleza e imágenes religiosas.
Un artista inhato
Marta Leonor Pérez, madre de Jorge, cuenta que comenzó a ver el gusto que su hijo tiene por la pintura y sus corrientes desde que tenía 4 o 5 años. “Cuando hacíamos los pesebres de la navidad a él le gustaba hacer figuras con barro, las pintaba y yo las ponía ahí. Le quedaban muy bonitas”, cuenta.
A los 7 años lo llevaba a clases en Bellas Artes, aprovechando las tardes en las que no tenía clase o cuando salía de estudiar en el colegio, pues ella trabajaba en una cafetería de la institución. “A los estudiantes de allá les gustaba hablar con él y se lo llevaban para los salones. Lo ponían a hacer cosas en arcilla y a dibujar”, recuerda.
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Jorge Alberto fue creciendo rodeado de pinturas, óleos y lápices, hasta que llegó a la adultez donde cometió crímenes que lo dejaron privado de su libertad.
Entró a La Blanca por primera vez en el 2009, donde lo remitieron a Calarcá. Allí comenzó a practicar más sus conocimientos durante el tiempo libre que le daban. Empíricamente aprendió a hacer retratos, pues sus corrientes artísticas favoritas son el hiperrealismo y el realismo.
En Calarcá concursó en varias competencias que lo llevaron a ganar con sus pinturas, una de ellas la llamó Alas de libertad. “Llamé la atención, impacté y toqué el corazón”, dijo sobre haber ganado estos concursos.
Foto | Cortesía Marta Leonor Pérez | LA PATRIA
Eventualmente quisiera pintar un retrato de sus tres hijo: Bradon, Dylan y Camila.
Una conexión que lo traslada a otro mundo
Su relación con Dios es expresada a través de sus obras. Jorge afirma que hubo un momento en el que decidió solicitar ayuda celestial para desarrollar su arte. “Enséñame a pintar tu creación”, cuenta que le pidió al Señor en oración y que desde eso es rápido con sus trazos, él lo ve como una conexión divina.
Pintar y dibujar hacen una parte fundamental de su vida pues para él “uno se traslada a otro mundo, al que uno está pintando”. Encontró un refugio en el arte que le ha permitido mantener la resiliencia en los momentos difíciles en prisión.
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Además, le ha brindado momentos felices que jamás olvidará. Entre ellos cuando, en sus palabras, “Óscar Córdoba quedó impactado” por uno de sus cuadros. También recuerda con emoción cuando llevaron a Jhonny Rivera a la cárcel para que le diera un show a los internos. Mientras cantaba una de sus canciones en las que menciona a su mamá entre varios hicieron una calle de honor para mostrar al cantante una pintura que él hizo sobre ella. Su más reciente logro fue darle una obra al cantautor Nelson Gómez.
Foto | Cortesía Marta Leonor Pérez | LA PATRIA
Otra de sus pasiones son el fútbol, los tatuajes y la fotografía.
El arte ha llevado a Jorge a reflexionar y canalizar lo que siente, pues dice que ahora aprecia aquello que en la cárcel no tiene y afuera tomaba por sentado como un buen desayuno. Este año termina su condena, por lo que desea comenzar a dar clases y tomar cursos para perfeccionar su técnica y de esta manera poder llevar su pasión por la pintura a los corazones de las personas. Para junio de este año planea hacer una exposición de sus pinturas y las de sus compañeros con el apoyo de la cárcel.
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