
Foto | Luis Fernando Rodríguez | LA PATRIA Pedro Felipe Hoyos Körbel, autor del libro “El Batallón Salamina y las guerras civiles durante la Colonización Antioqueña”.
Las instalaciones de la Casa de la Cultura Rodrigo Jiménez Mejía, en Salamina, Caldas, se convirtieron en el escenario para el lanzamiento oficial del libro titulado “El Batallón Salamina y las guerras civiles durante la Colonización Antioqueña”, escrito por Pedro Felipe Hoyos Körbel.
Este evento fue presentado a un público numeroso por Stephanie Marín, directora de la Casa de la Cultura.
Durante la presentación de esta obra, que forma parte de la Colección Pequeña Historia de Hoyos Editores de Manizales, el autor compartió algunas reflexiones sobre su libro, el bicentenario, la colonización antioqueña y el papel del Batallón Salamina en las guerras civiles de Colombia.
A continuación, se destacan algunos fragmentos de su intervención. El prólogo fue redactado por Fernando Macías Vásquez.
El autor, Pedro Felipe Hoyos Körbel
Hoy me encuentro aquí con todos ustedes para presentar esta pequeña ofrenda, un testimonio de amor, devoción y reconocimiento hacia Salamina. En este año significativo, que marca los 200 años, tenemos la oportunidad de contribuir a la grandeza de esta celebración.
Salamina, Caldas, se erige hoy como el hito más relevante de la colonización antioqueña. Este movimiento, cuya magnitud los historiadores en Bogotá han tendido a ignorar, nació en Antioquia. Las narrativas liberales y conservadoras ajustan la historia a sus propios intereses, sin permitir que emerjan las verdaderas raíces.
Más de 100 pueblos fueron fundados sin el apoyo del Estado; fue la gente quien tomó la iniciativa, y Salamina es una de esas matrices fundacionales que conmemora dos siglos de logros y aciertos que no hemos recordado lo suficiente.
El tema del Batallón Salamina es de suma importancia. Aunque este batallón estaba estacionado en Sonsón, no se puede considerar exclusivamente un batallón de Salamina. La población salamineña llenó sus filas durante la Guerra de los Mil Días, aunque no se acantonaron aquí. Sin embargo, muchos de sus oficiales eran originarios de Salamina, lo que le otorga a este batallón un vínculo claro con la colonización antioqueña. Es fundamental que reconozcamos la importancia de Salamina.
Como historiador, mi propósito es escribir para el presente y para futuras generaciones, para que nuestros hijos conozcan nuestras raíces. En este Bicentenario, es esencial que nos sintamos parte de esta historia; esa es la verdadera razón para celebrarlo. Cualquier efeméride debe ser un momento de reflexión, no solo una festividad sin sentido. Debemos ser conscientes de que no debemos dejarnos llevar por la vanagloria. A lo largo de la historia, debemos conocer de dónde venimos y cuál es nuestra relevancia.
Este libro nace de ese afecto, con la intención de que en este evento reflexionemos sobre nuestra grandeza y nuestro pasado. Hacer la guerra tiene un costo y requiere una logística; si Salamina contaba con un batallón, había un líder capaz de organizarlo. Sin esa capacidad, es imposible lograr una presencia militar exitosa en cualquier lugar.
Hablar de las guerras civiles en Colombia es un asunto que a menudo se presenta de manera sensacionalista, y a la vez, nos sentimos atraídos y alejados de ellas. El siglo XIX vivió 10 guerras significativas. Las dos figuras fundacionales más relevantes de nuestra República son Camilo Torres y Antonio Nariño, quienes se enfrentaron en la primera guerra civil en 1812. De hecho, fue en 1814 cuando el Libertador Bolívar tuvo que tomar Bogotá por orden de su jefe, el entonces presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, el doctor Camilo Torres.
La guerra está inscrita en nuestro ADN, siendo parte de una explosión política. Las naciones se han forjado con sangre. Ese ideal pacifista que propone dialogar y sentarse a conversar es, sin duda, importante. Sin embargo, creo que los fusiles han tenido más impacto en Colombia que las constituciones. Cada conflicto ha estado vinculado a una constitución, ya sea porque la derogan o porque la dictan.
La guerra de 1863 en Rionegro es un claro ejemplo de esto; surgió tras una de las derrotas del Batallón Salamina, que intentó defender Manizales. Es fundamental conocer y relacionar estos datos, ya que si ignoramos ese pasado oscuro, será casi imposible construir y experimentar una paz sostenible y equitativa que marque una nueva época.
En este momento, me parece pertinente realizar un análisis del presente, ya que la historia debe servir como insumo para diseñar el futuro. Actualmente, estoy escribiendo sobre guerras civiles y me resulta sencillo hacer este recuento, pues cada capítulo está ligado a la guerra en la que participó el Batallón Salamina, quién estaba al mando y en qué conflicto civil no intervino.
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