Rigoberto Gil, docente de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), habló este miércoles con LA PATRIA Radio sobre la conferencia que dictará hoy a las 3:00 p.m. sobre la vida y obra de la escritora María Botero Robledo en el ciclo Mujeres Escritoras Centenarias del Gran Caldas etapa II. Esto dijo: 

¿Quién fue la escritora María Botero Robledo? 

Este ciclo de conferencias literarias es una idea que está producida por la escritora y periodista Adriana Villegas. 

Es un trabajo que hemos venido realizando desde hace tiempo, de rescatar autoras que tienen una obra, puede ser una obra significativa y sobre todo una obra no conocida. 

En el caso de María Botero Robledo, sabemos muy poco de ella. Botero Robledo nació en Pereira, curiosamente, nació en Pereira en 1890, y murió en Cali en 1920. 

¿Por qué llegamos a ella? Porque en 1929, publicó un libro muy bello, por la forma en que está escrito. 

El libro se titula Recuerdos de un viaje. Es un libro publicado en España, en Pamplona, y detrás de toda la publicación, hay una persona muy importante para la historia de Manizales y es el padre Favo, que hizo un trabajo muy importante para todo el Gran Caldas y particularmente para Manizales, porque fue un cura que se dedicó en gran medida en su vida eclesiástica a investigar y  promover la escritura en la región y sobre todo la escritura de la historia de la región.

Estamos hablando de un cura que ayudó a que algunos autores y autoras pudieran publicar sus textos. Él fue el editor de este libro que reúne las memorias de María Botero Robledo sobre un viaje que ella realizó desde Manizales hasta Cartagena en 1916, cuando ella tenía 24 años. 

Pareciera  un viaje muy pequeño, dirán ustedes, pero para los años 20 del siglo XX, no había los sistemas de transporte que conocemos ahora, las carreteras.

Estamos hablando de un periplo de muchos días y también del uso de medios de transporte para la época muy nuevos.

¿Cómo se dio la vinculación suya al proyecto ya que usted fue quien inauguró la parte I del ciclo el año pasado hablándonos de Agripina Restrepo de Norris y ahora hablará de María Botero Robledo?

Mi vínculo es fundamentalmente académico porque yo soy profesor de literatura, tengo un grupo de investigación, estudios regionales sobre literatura y cultura, que está vinculado con Minciencias, y en ese orden, digamos por mi oficio, he tenido una relación muy cercana con los temas de la literatura del Gran Caldas. 

Me interesa mucho ese tema porque estoy convencido que en Colombia la literatura, tal como lo conocemos en el sentido amplio, es muy rica, pero fundamentalmente es muy rica en las regiones.

En ese sentido en el Gran Caldas tenemos una producción literaria muy interesante, desde finales del siglo XIX, todo el siglo XX, y por supuesto el XXI, pero mucha de esa producción se desconoce.

Se ha estudiado poco porque sin duda Colombia es un país muy centralista y pareciera que la literatura esencialmente sucede en el centro del país y en especial en la capital.

Por asuntos de la investigación literaria, tuve la fortuna de conocer a Adriana Villegas ya que en su momento fue nuestra estudiante en el doctorado en literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira, y ella, por supuesto, es una gran conocedora de la literatura del Gran Caldas, pero además una entusiasta de esa literatura. y con especial énfasis en las mujeres, en las escritoras. 

Entonces, empecé a tener una relación más directa con unos temas específicos de autoras, porque además tuve la fortuna de dirigir el trabajo doctoral a Adriana, y digamos que he aprendido mucho a su lado, y a partir de allí, ya después de ese trabajo académico con ella, decidimos emprender ya un trabajo de investigación a tres manos con el profesor Jorge Mario Ochoa de la Universidad de Caldas, que es un gran conocedor también de la literatura del Gran Caldas, con especial énfasis en una autora que ustedes quieren mucho en Manizales, que es Blanca Isaza de Jaramillo. 

¿Cuál cree entonces sea la relevancia de proyectos como este?

La relevancia es muy grande. El Banco de la República de Manizales hace una labor muy bien hecha y pensada porque el público que asiste en buena medida a estas charlas de las escritoras del Gran Caldas, son chicas de colegio. Ahí se está cumpliendo un trabajo de divulgación muy grande.

Se les está diciendo a estas nuevas generaciones, que miren hacia su pasado, que reconozcan que hay una tradición literaria muy fuerte en nuestro ámbito y que es necesario conocer esa literatura, esa producción literaria, periodística, ensayística, poética, y en ese orden, el proyecto como tal de visibilizar estas voces femeninas en una época tan importante es esencial.

Soy un convencido de que en este momento quienes tienen la batuta de la literatura en nuestro país especialmente son las mujeres. 

Las voces femeninas tienen ahora un poder increíble y cuando pensamos en un proyecto como este y miramos hacia el pasado y hacemos una suerte de arqueología de estas voces femeninas cuyas obras o son desconocidas o incluso están todavía muy inéditas, a pesar de que hayan sido publicadas en periódicos o revistas.

Estaríamos dándole base central al hecho de que las mujeres hoy están empoderadas en términos de la construcción literaria y que tiene unos antecedentes. 

 Una autora como María Botero Robledo, con su libro Recuerdos de un viaje es nuestro antecedente. 

Estas mujeres del ciclo son nuestras primeras voces y las debemos conocer. Y si ese conocimiento lo podemos transmitir y dejar allí en las instituciones educativas, creo que hemos logrado ya un objetivo mayúsculo.

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