Monte en vez de cancha. Así está el espacio recreativo y deportivo que por años habían utilizado habitantes de la vereda La Pola, jurisdicción de Manizales. La Acción Comunal gestionará permiso ante el propietario con el propósito de programar un convite y limpiar el escenario.

Fotos | LA PATRIA

Monte en vez de cancha. Así está el espacio recreativo y deportivo que por años habían utilizado habitantes de la vereda La Pola, jurisdicción de Manizales. La Acción Comunal gestionará permiso ante el propietario con el propósito de programar un convite y limpiar el escenario.

 LA PATRIA | Manizales

Hubo un tiempo así: los partidos de fútbol en la cancha de la vereda La Pola eran motivo de fiesta comunal. Los viernes, en la noche, y los domingos, después de mediodía, se armaban las recochas. Goles iban y venían, empanadas y gaseosa ofrecían y todo se vendía.

“Ese era el parche”. Lo dice José Giraldo, sentado en la sala de su casa, con voz y aire de nostalgia. Recuerda que niños y adultos de este caserío, al igual que los llegados de otros parajes, rompían el silencio de las laderas forradas en café, plátano y cítricos con sus gritos de goooool.

Un tinto, sin azúcar, ameniza la charla, pero no la indignación. “Ahora está invadida de maleza, nadie le hace mantenimiento". Es más, el mismo José aclara la duda ante el 'bosque' en que está convertido el campo deportivo: ¿La cancha es en tierra o en cemento? Su respuesta: "El pasto no deja ver, pero en realidad es en tierra".

 

Árboles y troncos son titulares en cancha veredal abandonada

Las porterías y todo el campo deportivo están convertidos en una pequeña selva, en el centro de la vereda La Pola, en zona rural de Manizales.

Ese olvido y deterioro, del que hablan José y en toda La Pola y sus alrededores, tiene su equipo titular a la vista de todos: hierba, que cubre el campo de juego; un pino en un extremo, y unas plataneras, por la punta derecha.

Y, como en un buen picadito, no faltan los troncos, en este caso aparecen por toda la mitad como si fueran volantes de armado. Los arcos no necesitan porteros, pues ya están casi tapados por el rastrojo.

Cuentan en La Pola que la cancha llegó a ser, durante más de dos décadas, la estrella de este sector rural, de Manizales, a donde se llega pasando montañas y más montañas, por carreteras que en algunos tramos son con un precipicio a un lado y uno más profundo al otro.

 

Junta Comunal busca opciones para espacio de habitantes de La Pola

Yohana Higuita es la presidenta de la Junta de Acción Comunal de La Pola. "Ese espacio se dejó de utilizar hace unos años. El dueño del predio siempre nos lo ha dejado usar para actividades de la comunidad".

Recuerda que allí además de las recochas, los niños montaban en bicicleta y corrían, era como su patio. También ha sido el escenario para celebrar el Día del Campesino y la entrega de regalos en Navidad.

La escuela cumple cinco años cerrada. Su patio es pequeño y por eso los estudiantes preferían utilizar la cancha. Ahora, son pocos los infantes en el lugar.

En los recuerdos de José Giraldo están los que llama emocionantes torneos relámpago (campeonatos cortos) internos y también de categoría interveredal, cuando llegaban los seleccionados de La Violeta y del Alto del Naranjo, veredas vecinas.

Desde hace un tiempo quedaron en el aire las gambetas de él y sus hermanos Jhon Jairo y José Adolfo; de sus primos Carlitos, César, Alirio y Mauricio, y de otros jugadores aficionados, en una vereda donde viven 210 personas pertenecientes a 60 familias.

Yhoana explica que la idea es que los habitantes del lugar unan esfuerzos, como en otras ocasiones, con el propósito de hacerle mantenimiento a la cancha. "Una vez el dueño nos autorice, podríamos programar un convite para esa actividad".

Yohana recuerda que a finales del año pasado llegó allí la Alcaldía con su programa Gobierno en la Calle. En el encuentro les preguntaron por la cancha y por la sede comunal.

"Quedó claro que es propiedad privada y no hay un documento que sostenga que, por ejemplo, la sede comunal, vecina de la cancha, fue donada por el anterior dueño. Entonces, la Alcaldía no puede invertir en lo privado”, manifiesta Yhoana.

La líder comunal dice que lo que sí está en marcha es la recuperación de la infraestructura de la escuela. "La queríamos tener en comodato para utilizarla en nuestras actividades de comunidad y encargarnos de su mantenimiento. Sin embargo, la Administración municipal prefiere seguir a cargo de esa sede educativa y prestarla para nuestras reuniones y eventos".

 

Invertiremos en la escuela, como sitio para toda la comunidad: Alcaldía

Foto | Cortesía | LA PATRIA

La Alcaldía de Manizales, con su Secretaría de Desarrollo, escuchó a la comunidad. Por eso, la escuela, cerrada desde hace cinco años, fue priorizada para obras de recuperación y será un espacio dirigido a la comunidad.

La secretaria de Desarrollo Social de la Alcaldía de Manizales, Paula Milena Velásquez, le corroboró a LA PATRIA que la sede comunal no es propiedad del Municipio.

“... Por lo tanto, no se puede intervenir. Con ediles y miembros de la JAC, se acordó que se arreglaría la escuela que sí es de la Alcaldía para que allí puedan ofertarse programas sociales y que la junta tuviera espacio”, comenta Paula Milena.

Anuncia que la inversión en el centro educativo está prevista para este 2025. “La Secretaría de Infraestructura, en compañía de Desarrollo Social y algunos líderes, ya realizaron la visita para valorar la inversión”, explica la funcionaria.

Foto | LA PATRIA

Cada espacio de la cancha de la vereda La Pola está invadido de rastrojo. Ni siquiera se ve el suelo del escenario. 

 

La soledad de La Pola acabó con la cancha, explica propietario

Jaime Mejía dice: “Yo soy el propietario del terreno de la cancha de la vereda La Pola. Compré esta finca hace 28 años. Como siempre me ha gustado el deporte, transformamos este espacio, que era un sembrado de semillas de café (almácigos), por el escenario deportivo”.

A su mente llegan escenas del pasado, que también lo llenan de nostalgia. “Siento tristeza porque me gusta que la gente practique deporte”.

Los recolectores de café, llegados de Caldas y de otros departamentos como Tolima y Huila, tenían un incentivo luego de terminar la jornada con el pesaje de lo recolectado: el partidito en la cancha.

“Inclusive la tenía iluminada para poder jugar en las noches. Compré la malla, conseguí las porterías con el Comité de Cafeteros y con mis trabajadores hicimos la cancha. Ponía a un trabajador con la podadora a cortar el pasto. Regalaba los balones. La mantenía como un bizcochito”, expresa Mejía emocionado.

Para Jaime la principal razón por la que la cancha ha quedado en el pasado es que ha mermado la población de niños y jóvenes en la vereda.

“Mire, la Alcaldía cerró la escuela porque ya no había alumnoss para primaria y no se justificaba pagar un maestro para dos o tres. En esta vereda ya es gente muy mayor que no juega fútbol”, argumenta el señor.

Por eso, añade, que no vale la pena meterle la mano a un escenario que nadie va a utilizar. “Le dije a mi agregado que bien pudiera pusiera allí los troncos de árboles, al menos darle uso a algo mío”.

También refiere que llegó un momento en que en vez de jugar fútbol o microfútbol, el sitio lo habían tomado como parqueadero de vehículos.

Se siente orgulloso de los campeonatos que armaba con equipos de La Pola y de otros caseríos. “Es más, en una ocasión la vereda ganó el título y los jugadores me regalaron el trofeo”.

Para cerrar este relato dejamos la voz de José Alcides Contreras, de la vereda La Pola: “Sin la cancha y sin la escuela esta vereda parece como muerta”.

 


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