Deportivo Pereira desaprovechó la oportunidad de hacerse con una victoria en el clásico contra Once Caldas jugando como local. 

El planteamiento de Luis Fernando Suárez para aprovechar la ventaja en el marcador y numérica –Yesus Cabrera abrió el marcador a los 4 minutos de partido, y la expulsión de un defensor central de los albos promediando el segundo tiempo–, volvió a ser temeroso.

El equipo dirigido por Herrera le ganó el pulso en la mitad de la cancha, incluso con un jugador menos, haciendo méritos para el empate, que consiguió después de un penal bien ejecutado por Dayro Moreno. 

El gol y nada más

El Grande Matecaña no cambió su modo de juego durante el partido. La única alternativa que tuvo para acercarse al arco defendido por James Aguirre, fue jugar al pelotazo y esperar una segunda jugada. 

De hecho así anotó el gol con Cabrera. Un pase largo que peinó el cartagenero, luego, en la dividida, Gianfranco Peña –de rendimiento cuestionable y a quien el técnico sostuvo todo el partido– alcanzó a puntear para que Yesus mano a mano con el defensor, hiciera una finta con su cuerpo y definiera al palo izquierdo de Aguirre que escuchó el único rugido del lobo. 

Después de esa jugada no hubo más ataques profundos del Pereira. Balones aislados que terminaban pasando cerca pero que no fueron certeros. 

Así la hinchada fue desesperándose, por los resbalones de Peña que no aguantaba el balón y por la incapacidad para recuperar la pelota en el mediocampo. 

Luis Fernando Suárez teme atacar 

En el segundo tiempo el equipo blanco dio el primer aviso. Con valentía exigió a Ichazo que respondió en todas las que pudo. Mientras que el Pereira empezó a trotar en ataque con jugadores cansados y poco explosivos como Osorio y Cabrera. 

Después de la expulsión de Riquette, Deportivo Pereira decidió replegarse en su propio campo. Entregando pelota y terreno al rival. El técnico Suárez no modificó el mediocampo, donde Bermúdez se veía superado y Ríos se mostraba impotente de cubrir todo el ancho del terreno. 

Los cambios ofensivos que hizo el resistido Suárez, sirvieron más para correr detrás del balón, hasta que en una jugada por el costado izquierdo del ataque albo, una nueva imprudencia de Pacheco en el área fue penal para los rivales y Moreno cambió la falta por gol. 

Al final del encuentro, la única muestra de creatividad de los Aurirrojos fue pasarse el balón en el mediocampo con parsimonia y buscar un centro cruzado que encontrara la cabeza de Franco o de Rubilio.

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