Dan clases en un salón de la Media Torta de Chipre, en Manizales, y esperan energía eléctrica

Óscar Veiman Mejía

LA PATRIA I Manizales

Desde la parte alta de la Media Torta, en el barrio Chipre, se ven una cancha de microfútbol y una tarima. Al levantar la mirada, el encuentro es con un paisaje de montañas fundidas con el cielo. Ahora, si se bajan las gradas y se entra en detalles del escenario, se encuentra algo que sorprende: Un salón con niños, debajo de la tarima, donde repasan tareas, aprenden valores y habilidades para la vida.

De cerca también se perciben las incomodidades con las que trabajan en ese espacio. Por ejemplo, en la actualidad están sin energía eléctrica, lo que lleva a dictar clases casi en tinieblas.

Llama también la atención que el sitio ha sido conocido también por la presencia de expendedores y consumidores de alucinógenos y habitantes de calle, quienes han dejado huellas en la entrada. Las paredes manchadas de hollín dan cuenta de quemas, además de rejas forzadas y malos olores.

En medio de ese panorama, la Fundación Valora, desde el 2016, ha atendido cada año en promedio a 150 chicos, en contrajornada, es decir, en horario diferente al escolar.

El jueves, tras el aguacero acompañado de rayos, llegó al lugar

Marinel Marulanda. Cada tarde recoge a sus tres nietas y dos sobrinas. “Me gusta porque aquí complementan lo que aprenden en la escuela y en la casa. Les brindan muchas actividades recreativas y académicas”.

Los nubarrones siguen aferrados al cielo manizaleño, mientras en el resto de la ciudad miles de personas están al frente de los televisores viendo el partido de fútbol Colombia- Ecuador. Al entrar al aula sorprende la oscuridad. “Estamos sin energía eléctrica, la Chec nos exige tener un contador permanente y tenemos uno provisional”, comenta Luisa Fernanda Flórez, coordinadora de la Fundación Valora.

Inicios

Hace una pausa para recordar el origen del proyecto. En el 2014 se creó Valora. “Surgimos por iniciativa del gerente de Emergia, que siempre ha contribuido con inversión social en otros países”.

En el comienzo la idea era que los chicos tuvieran un espacio para el manejo del tiempo libre. “Que no estuvieran en casa o en la calle sin hacer algo o haciendo lo que no debían. Sentía que hacía falta en un sector como este”.

En ese punto argumenta que si bien es un sitio turístico, es una zona en riesgo con población vulnerable ante el consumo y venta de drogas, además de prostitución. Son fenómenos que como el salón, parecieran invisibles, pero existen.

La Alcaldía le entregó ese sitio a la Fundación por medio de un comodato (préstamo de un bien público para determinado uso), el cual esperan renovar pronto.

Luisa Fernanda comenta que a pesar de las debilidades por la ubicación, en general las cosas han ido bien. La base de la enseñanza es la protección.

Detalla: “Trabajamos en temas para que se cuiden del abuso sexual, quién me puede y quién no me pude tocar. Me quiero, me cuido, planificación familiar. Hacemos talleres para cuidar nuestro cuerpo, desde los dientes, por ejemplo”.

Emergia, añade, aporta el 5% de sus ganancias para la atención de estos niños, además para otras actividades en Medellín, donde dictan talleres como los del deporte en la construcción de valores. “En ese sentido hemos tocado otras puertas en Manizales, pero aún sin respuesta”.

En equipo

Dos normalistas, una trabajadora social, una psicóloga practicante y una persona de deportes orientan a los niños para que estén todo el tiempo ocupados en lo académico y en lo emocional.

La mayoría de los que asisten son estudiantes de primaria. Algunos están desescolarizados. Allí los motivan para que ingresen a la escuela.

Luis Fernanda comenta: “Es muy importante que estén en la escuela para que podamos trabajar con ellos y motivarlos en proyectos de vida y visibilizarse en un futuro, en cosas distintas a flagelos del entorno”.

Liseth está quinto en la escuela Julio Zuluaga. Ella concluye: “La paso muy bien cada tarde aquí. Las profesoras nos ayudan con las tareas, nos enseñan cosas divertidas, nos tratan muy bien. He aprendido a manejar muy bien el diccionario”.

Comodato y luz

Luisa Fernanda Flórez dice que la Fundación espera seguir con el comodato con la Alcaldía de Manizales para continuar el proyecto con niños del sector. “Estamos a la espera de que se legalice el otrosí”.

En relación con la energía eléctrica, explica que hay un contador provisional. “La Chec nos exige un contador permanente, pero como Fundación no podemos hacer ese trámite porque debe quedar a nombre de la Alcaldía”.

Respuestas

De la Alcaldía

Flor Marcela Álvarez, jefe de Bienes de la Alcaldía, manifestó:

“Lo del comodato es un trámite que está en Jurídica, hay que subirlo al Secop 2. Eso tiene un trámite, no se hace de la noche a la mañana. Tenemos que estar seguros de que todo esté ajustado a derecho”.

En relación con la energía eléctrica expresó que el Municipio, con la Secretaría de Obras, adelanta el trámite ante la Chec.

En seguridad

La Secretaría de Gobierno municipal respondió, ante una denuncia publicada por LA PATRIA el 16 de septiembre, que ha liderado intervenciones en Chipre por la seguridad y la convivencia. “Se han recuperado las laderas y entornos del sector, en compañía de las secretarías de Medio Ambiente y Salud Pública, la Policía Metropolitana, Bomberos, Emas y líderes del barrio”.