Sandra González muestra los trabajos de excavación que permitieron detectar las aguas negras que obligaron a desocupar la escuela La Capilla, de La Enea.

Foto | Luis Fernando Trejos | LA PATRIA

Sandra González muestra los trabajos de excavación que permitieron detectar las aguas negras que obligaron a desocupar la escuela La Capilla, de La Enea.

LA PATRIA | Manizales

Unos cuatro o cinco pasos al entrar a la escuela La Capilla, del barrio La Enea de Manizales, significan chocar con un olor a cloaca. "Y eso que ya no es tan fuerte", comenta Sandra Paola Quintero, madre de una estudiante. "Desde hace una semana se tuvieron que llevar a los niños para la sede central, pues el olor era insoportable", añade Teresita Zapata, presidenta de la Junta Administradora Local de la comuna Tesorito.

En la sede educativa, adscrita al colegio San Pío X, son cerca de 120 alumnos, de segundo a quinto. Desde marzo, comentan integrantes de la Asociación de Padres de Familia, empezó a intensificarse el problema. Ellas tenían claro que las humedades, dibujadas como mapas en las paredes de la cocina, corredores y otros espacios, no podían ser tan inocentes como se creía.

Teresita recuerda el origen de la situación. "Hace unos tres años contratamos unas obras, con $43 millones de la partida global (recursos que asigna la Alcaldía, para una cocina del restaurante escolar. Sin embargo, quedaron mal hechas", recuerda.

Cambios

Los alumnos de La Capilla utilizan desde el 17 de julio salones de la sede principal. Las madres indican que eso genera incomodidad para los alumnos de allí, pues se ocuparon un laboratorio, la sala de bilingüismo y el aula máxima.

La edil añade que tres meses después de entregar los trabajos surgieron las humedades. "La Secretaría de Educación empezó a hacer arreglos, pero a estas alturas siguen las consecuencias en la cocina, en el comedor y no funciona el baño porque no hay tubería".

La Secretaría de Educación municipal, con su Área de Planeación, sugirió efectuar excavaciones con el fin de detectar el daño. "¿Cuántos apiques (excavaciones) son necesarios?", preguntó la rectora, Delma Ospina, en una carta a nombre de la comunidad. "Los necesarios para identificar el problema y su posible solución", respondió la Alcaldía.

La rectora incluyó en las inquietudes, enviadas a la Administración municipal, las humedades de la sede central, pues esta no se queda atrás en falta de mantenimiento. De hecho, el 31 de marzo este diario publicó la nota titulada Colegio San Pío lucha por mantenerse en pie.

Aguas negras

La segunda excavación dio como resultado la presencia de aguas negras y estancadas, justo en la rampa de entrada a la escuela. El olor sobrepasó corredores, salones, cocina, comedor y entró a casas vecinas.

"Mi hija ya no quería ir a estudiar. Además, se estaba enfermando constantemente", comenta Sandra Paola, quien aprovecha para mencionar derivaciones de la situación. Todas tienen que ver con el traslado provisional de los alumnos a la central.

Expresa: "Los niños se quedaron sin almuerzo del restaurante escolar, pues allá no hay cocina. Además, es muy incómodo porque les toca compartir con estudiantes muy grandes, eso sin contar el hacinamiento".

Las madres aseguran que gastaron cerca de $1 millón en el pago de las excavaciones. La Secretaría de Educación añadió en sus respuestas que es necesario el apoyo y gestión del Fondo de Servicios Educativos (plata que llega del Gobierno a los colegios por gratuidad de matrículas) de la Institución para la ejecución de la excavaciones que permitan identificar la causa del problema y su posible solución.

Los dolores de cabeza para la educación en La Enea siguen sin remedio. A los problemas en la sede central y en La Capilla se suma que desde hace unos dos años desocuparon la José María Vargas Vila, a la cual, según la Alcaldía, no se le pueden invertir recursos por ser propiedad del Invama. "Necesitamos que en una ciudad que se promueve como Cerebro nos brinden infraestructura de calidad", concluye la edil Teresita.

Las respuestas

Elizabeth Pacheco, secretaria de Educación de Manizales, respondió que la Alcaldía atendió el llamado de la comunidad educativa de la escuela La Capilla, la cual reportó malos olores en la sede.

Que luego se procedió a efectuar excavaciones en busca del origen del problema. En la segunda búsqueda hallaron el daño.

“Lo que sigue ahora es que la rectora de la Institución Educativa San Pío X, a la cual pertenece la sede La Capilla, nos presente tres cotizaciones para saber qué presupuesto se requiere en las obras”.

En relación con el restaurante escolar manifestó que se garantiza el refrigerio escolar reforzado con el propósito de que los niños sigan en clase. “Una vez ejecutados los trabajos en La capilla, los alumnos tendrán de nuevo el complemento de almuerzo, y el refrigerio”, concluyó Pacheco.