Foto | Freddy Arango | LA PATRIA
A los 80 años, el padre Fernán Llano Ruiz cierra un capítulo en su vida al dejar la rectoría del colegio Semenor, en Manizales. Con 54 años de sacerdocio y casi dos décadas vinculado al sector educativo como directivo, ahora enfocará su servicio en la Catedral Basílica. En la foto, conversa con Melissa Patiño y Emiliano Morales, estudiantes de la institución que dejará a principios del 2026.
El reloj marca las 5:30 de la mañana cuando el padre Fernán Llano Ruiz se despierta. A sus 80 años, el rector del colegio Seminario Menor de Nuestra Señora del Rosario (Semenor) repite todos los días la rutina de levantarse, arreglarse, hacer sus oraciones matutinas y arrancar la jornada de trabajo con dedicación y empeño.
Luego de pasar dos décadas al frente de esta institución educativa, del Colegio Mayor de Nuestra Señora (Colseñora) y del Seminario Mayor de Manizales, este sacerdote nacido en Marulanda (Caldas) se prepara para dar un cambio de rumbo en su vida.

Luego de un año y medio como rector por segunda vez del colegio Semenor, el pbro. Fernán Llano Ruiz deja el cargo a los 80 años.
Pasará de atender a diario a profesores y padres de familia en su despacho de directivo a atender a todo tipo de fieles en la Catedral Basílica de la ciudad, donde continuará sirviendo de lleno a través de la confesión, la eucaristía y la oración.
El camino del padre Fernán hacia la vida sacerdotal comenzó el 11 de junio de 1945, día de su nacimiento, en el seno de una familia numerosa, de 14 hijos, y llena de vocaciones religiosas.
De sus hermanos, cuatro fueron ordenados presbíteros (Alonso –quien fue obispo–, Germán, Carlos Ariel y Alejandro) y otro fue religioso de La Salle (Álvaro). “Fuimos seis hombres para servicio de Dios y cuatro para el provecho del prójimo”, resalta.

Foto | Cortesía | LA PATRIA
De izquierda a derecha, el p. Carlos Ariel, el p. Fernán, el p. Alejandro, monseñor Alonso y el p. Germán, los cinco hermanos Llano Ruiz que recibieron el sacramento del orden sacerdotal.
Tras completar su bachillerato en Pensilvania, se trasladó al Seminario Mayor y fue ordenado sacerdote el día de Navidad de 1971. Con esa ordenación, inició una carrera llena de servicio, marcada por su entrega a la pastoral y a la educación.
“Ya he sepultado a mis padres y a 10 hermanos, quedamos únicamente cuatro hijos vivos y yo soy el mayor. Siempre hemos puesto por encima la unión familiar, con mis 23 sobrinos tengo una excelente relación, muy cercana”, comenta el presbítero, quien acostumbra reunirse regularmente con algunos de ellos para almorzar o tomar el algo los domingos.

Las caminatas frecuentes son la razón a la que el padre Fernán Llano le atribuye su buena salud física.
De igual forma, otros de sus pasatiempos son caminar y viajar. Cuando tiene tiempo libre, hace caminatas alrededor de la cancha auxiliar de la Unidad Deportiva Palogrande, razón que –dice– lo hace gozar de buena salud.
Su sobrina Margoth Álvarez menciona que a veces se va a pie desde el sector de El Cable hasta la Catedral para celebrar la misa allá y lo define como muy paseador, muy cumplido y conversador.
“Le encantan los viajes, en vacaciones siempre aprovecha para ir a su Marulanda natal o a cualquier pueblo. Y nunca le queda mal a la gente. Cuando acuerdan verse a las 3 de la tarde, es a las 3 en punto. Lo caracteriza la puntualidad, es muy calmado y se entretiene hablando con la gente”, agrega.

Foto | Cortesía | LA PATRIA
De los 14 hijos de la familia Llano Ruiz ya han fallecido 10. Quienes aún viven son tres hombres y una mujer: el padre Fernán es el mayor y lo siguen sus hermanos Odelio, Rubiel y Luz Mery.
Cercanía y liderazgo, características del sacerdote Fernán Llano
A lo largo de su carrera, el padre Fernán se ha destacado por su cercanía con la gente. Su labor no se limita al templo o a las aulas, sino que está siempre presente en las vidas de aquellos que lo rodean.
En palabras de su sobrina, "su ejemplo y guía han sido siempre una bendición para todas aquellas personas que han estado a su lado".
Ella destaca que su tío tiene la capacidad de motivar a sus feligreses para que vivan en la fe, además de tomarse el tiempo necesario para ayudar a los demás. "Ama su trabajo y se nota en los resultados", añade, haciendo énfasis en la dedicación que ha puesto a lo largo de su vida en la labor pastoral y educativa.

“Que nada me sorprenda”, la frase que el rector les repetía a los profesores para estar al tanto de todo lo que sucediera en el colegio. Procuró siempre mantenerse cercano a la comunidad.
"En las parroquias y colegios donde ha trabajado ha dejado huellas imborrables", afirma con orgullo.
Esa cercanía que describe Margoth también se refleja en los comentarios de Yhon Fáver Martínez, coordinador del Semenor, quien lo conoce desde hace 20 años. Lo define como un "líder entusiasta" que supo conjugar su labor educativa con su rol de pastor.
"Ha sido un gran líder espiritual de muchas generaciones de docentes, niños, jóvenes y fieles", expresa Fáver con admiración. Además, resalta su "gran generosidad" y su disposición para ayudar, cualidades que lo han hecho muy querido entre la comunidad educativa.

Devoto de san José, el padre Fernán lo valora como un intercesor en milagros que se le han cumplido para solventar necesidades en su vida y su trabajo.
El legado del compromiso del padre rector Fernán Llano
En su paso por el Seminario Menor, uno de los momentos más destacados de la primera etapa de su rectorado (2005-2009) fue la construcción del coliseo, una obra material que sigue beneficiando a la comunidad.
Pero más allá de lo físico, algo que enorgullece al padre Fernán es el legado que deja en los corazones de los jóvenes que formó.
Durante su gestión, instauró los lemas "Calidad Semenor" y “Caballeros Colseñora”, que se convirtieron en un grito de unidad y sentido de pertenencia para los estudiantes. Aún hoy, muchos exalumnos recuerdan esos momentos con cariño y gratitud.

El que el pbro. Fernán Llano resalta como su principal aporte material al Semenor, colegio del que fue rector siete años, es la construcción de su coliseo, inaugurado en el 2008.
Cambio de rumbo del padre Fernán Llano Ruiz
Hoy, aunque el padre Fernán se retira de la rectoría, su vocación sigue viva.
Como canónigo catedralicio, tiene la oportunidad de continuar sirviendo a la comunidad desde otro espacio.
"Esta dignidad plenifica el ministerio. Parodiando las palabras del papa san Pablo VI, me uno de tiempo completo al equipo de la clínica espiritual más grande de Manizales: la sala penitencial de la Catedral”, comenta al referirse a su rol.
A pesar de su retiro de las funciones de rector, su misión sigue siendo la misma: servir a los demás con dedicación, amor y fe.
El servicio al prójimo es algo que siempre ha estado en el corazón del padre Fernán, y aunque los años han pasado, su entrega sigue siendo un ejemplo para todos los que lo han conocido.

Otro gesto que caracteriza la entrega del padre Fernán Llano Ruiz es la costumbre que tiene de visitar con regularidad a sacerdotes enfermos o ancianos. "Como decía san Juan de la Cruz, 'en la tarde de la vida vamos a ser examinados en el amor' y es precisamente el amor y el servicio al prójimo de lo que tenemos que dar cuentas cuando el Señor nos llame a su presencia", explica.
Amplia trayectoria sacerdotal del padre Fernán Llano Ruiz
El padre Fernán Llano Ruiz fue ordenado sacerdote el 25 de diciembre de 1971 y ha dedicado su vida al servicio de la Iglesia y la educación en la Arquidiócesis de Manizales.
Su primer destino como vicario parroquial fue en Pensilvania, y a lo largo de su carrera fue párroco en Aranzazu, Victoria, San Félix (Salamina) y Santa Rosa de Cabal (Risaralda), donde realizó obras significativas para la comunidad.
En su carrera educativa, fue rector del colegio Seminario Menor de Nuestra Señora del Rosario (Semenor), el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario (Colseñora) y el Seminario Mayor Arquidiocesano de Manizales.

Un grato recuerdo que se lleva el padre Fernán del Semenor es que en el 2005, cuando llegó a la rectoría, instaló una placa de mármol para grabar anualmente a los mejores bachilleres. En este 2025, cuando abandona el colegio, fue completado el espacio de la placa.
El padre Fernán también dedicó tiempo a la pastoral familiar, siendo delegado para este ámbito dentro de la Arquidiócesis tras sus estudios en la Universidad Lateranense de Roma, donde se especializó en teología del matrimonio y la familia.
Además, fue capellán de la Universidad Autónoma de Manizales (por nueve años) y la Universidad de Caldas (por uno más), y trabajó con la Conferencia Episcopal de Colombia en su sección de cultura y universidades.
En el 2023, ocupando el cargo de vicario general de la Arquidiócesis, fue designado canónigo catedralicio, lo que le permitió continuar su servicio espiritual en la Catedral Basílica de Manizales.

Foto | Archivo | LA PATRIA
El 28 de enero del 2023, el arzobispo de Manizales, monseñor José Miguel Gómez, inscribió a los sacerdotes Efraín Castaño y Fernán Llano al Cabildo Metropolitano de la Arquidiócesis "por su destacada doctrina e integridad de vida y por haber desempeñado meritoriamente su ministerio". Al convertirse en canónigos, estos presbíteros también reciben el tratamiento de 'monseñor'.
El nuevo rector del colegio Semenor de Manizales, un egresado
El padre Cristian Echeverry Sánchez, actual párroco de Santa Ana en Manizales, será desde el 2026 el rector del colegio Semenor.
“Es un gran acierto del señor arzobispo este nombramiento, porque además de la calidad humana del nuevo rector está garantizado que va a trabajar con amor y gran sentido de pertenencia. El padre Cristian es egresado del Semenor, de la promoción de 1990”, comentó el rector saliente, presbítero Fernán Llano.

Foto | Archivo | LA PATRIA
El padre Cristian Echeverry, doctor en Teología, asumirá en el 2026 como rector del Semenor, colegio del que se graduó.
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