El síndrome de la hoja en blanco es un bloqueo que dificulta a las personas empezar a leer un texto desde cero. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), esto afecta al 35% de la población mundial.

Expertos aseguran que la presión de enfrentarse a esta tarea hace que las personas se bloqueen y desarrollen ansiedad. Se cree que entre tres y cuatro personas, de 10, sufren de este mal.

Este síndrome fue descubierto en 1947 por el psicoanalista alemán Edmund Bergler y no es solo exclusivo de los escritores, también puede afectar a todos los autores creativos, entre ellos pintores, escultores y diseñadores.

Hasta los más expertos literatos lo han experimentado: Ana María Matute, novelista del siglo XX, miembro de la Real Academia Española y Premio Cervantes en 2010, pasó 20 años bloqueada sin escribir por culpa de una depresión.

Alternativa

Andrés Garrido, profesor del Departamento de Idiomas de Areandina (sede Bogotá), comentó: “La duración de este síndrome es indefinida. Puede ser cuestión de minutos; pero también pueden pasar horas, días o meses hasta que nos vuelven las ideas. Dependiendo de sus causas, la persona puede tardar hasta años en salir de este bloqueo”.

Para responder a esta dificultad se han planteado diferentes alternativas y terapias. No obstante, lo más recomendable es aplicar la técnica de la escritura creativa. Se trata de un proceso mediante el cual se emplean las emociones, la imaginación y la originalidad para crear textos literarios o expresivos de manera original y artística.

“Para empezar, se requiere una investigación previa y una curiosidad genuina sobre el tema que se quiere escribir. Es clave observar y recopilar información relevante a partir de la consulta de diversas fuentes, pues solo así se podrá encontrar el ángulo perfecto para narrar una buena historia”, afirmó Garrido.

El docente instó a sentirse libre para explorar las propias ideas sin restricciones, a pensar de manera no convencional para encontrar soluciones creativas y a transmitir emociones, narrándolas como si se sintieran en el momento.

Tres recomendaciones para no quedarse sin ideas, ni palabras:
 

1. Organice un ambiente propicio: Busque un lugar tranquilo y libre de distracciones para escribir.

2. Establezca metas y objetivos claros: Defina qué quiere comunicar y organice sus ideas antes de iniciar a redactar.
3. No tema equivocarse: Escribir sin preocuparse por la calidad del texto en una primera etapa, ya que luego se puede pulir y mejorar en revisiones posteriores.

* Con información de la Fundación Universitaria del Área Andina.

No olvide

A la hora de escribir:

- Dígale no a la autocensura. No tema a las opiniones de otros.

- Escriba en un sitio que le facilite la mayor concentración y le evite mayores distracciones. Plasme en otro documento las principales ideas de su escrito, para que luego le sea más fácil organizarlas en el texto final.

- No se sobre exija, eso solo le generará presión y mayores ansias.

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