Diana Vidal
LA PATRIA | MARQUETALIA
El 15 de julio del 2019 le cambió la vida a la familia Ocampo Morales. "Ese día el niño se había ido con el papá para el otro lado, a una finca del frente", relata Paola Morales, madre de Edwin Ocampo.
En 2019 Edwin, al igual que su familia, vivía en el filo de la montaña de la vereda Unión Baja del municipio de Marquetalia, en el oriente de Caldas. Ese día, 15 de julio, mientras subían la montaña de regreso a casa, el burro que montaba se rodó. Edwin se alcanzó a tirar y quedó metido en un hueco. Inmediatamente protegió su cara y dejó la espalda al descubierto. Mientras el burro rodaba impactó la espalda del pequeño, y con las patas le fracturó la columna.
"Cuando llegó a la casa no se pudo volver a parar. Él ya no sentía, las partecitas del cuerpo se le durmieron y quedó tirado", cuenta su madre.
Aunque ya no sentía las extremidades, el dolor en la espalda no cesaba. Su padre, Andrés Ocampo, improvisó una camilla y lo bajó al hospital de Manzanares. Allí le hicieron unas radiografías y luego fue trasladado a Manizales.
El 16 de julio, a las 7:41 de la mañana, llegó al Hospital Infantil de Manizales. A su ingreso el diagnóstico fue: "fractura de la columna vertebral y traumatismo de la médula espinal lumbar". Se solicitó un TAC de columna en el que a las 2:00 p.m. se especificó: "Trauma lumbar contundente con posterior limitación funcional en unidad local. Se le encuentra compromiso de evolución de 23 horas. Ha presentado globo vesical y refiere incapacidad para movilizarse. Sin nivel sensitivo en L4 izquierdo y derecho. Sin nivel motor en L2.
Al día siguiente se le hizo la cirugía. Paola cuenta: "El pronóstico no era muy alentador, el doctor dijo que no era posible que el niño volviera a caminar, que iba a quedar cuadripléjico por el tamaño del accidente que tuvo, porque todo fue en la médula espinal. Y fueron vértebras diferentes, como las L y la T".
Agrega: "Lo dejaron casi dos meses en el hospital, cuando le dieron de alta nosotros arrendamos una pieza en Manzanares para empezar las terapias, porque él quedó en silla de ruedas. No podía caminar".
En el proceso de hacerle terapias, "gracias a Dios empezó a coger fuerza", cuenta su madre. Ahora, con la ayuda de una férula que le mandó el ortopedista se puede defender solo.
El trayecto
Para llegar al colegio Edwin debe salir a la carretera, en donde lo espera la ruta escolar. Por su condición, su madre lo acompaña. Ella confiesa que en este recorrido se demoran entre 45 minutos y una hora. "Cuando se cansa me toca cargarlo, porque el no aguanta la caminada. Entre ambos nos ayudamos", anota.
Un regalo inesperado
Durante su estancia en Manzanares la familia Ocampo Morales conoció a una profesora, que al enterarse de su paradero decidió visitarlos. "Ella me dio la idea de que grabara un video de como yo me desplazaba con el niño. Yo no conozco a nadie. Ella me dijo que era un camino muy difícil para él y para mí, porque a medida de que crezca será más complicado".
El pasado lunes, con la esperanza de encontrar ayuda para desplazar a Edwin, Paola grabó el video del recorrido que deben hacer desde la casa hasta la carretera. Cuenta: "Yo le envíe el video a Adriana Aristizabal, periodista del municipio, y ella hizo la gestión y organizó el texto. Luego publicó un video y al instante apareció un voluntario diciendo que quería donar una yegua para que el niño se transportara".
El donante
El donante de la yegua, quien prefiere quedar en el anonimato, fue un marquetón a quien lo motivaron las ganas de Edwin por superarse. Relata: "Yo viví una infancia con todas las carencias materiales y efectivas que se pueda imaginar. Salí adelante, la vida me sonrió. Vi a Adriana, a la Fundación Abriga al campo y la he ayudado en varias oportunidades, pero este caso particular me motivó mucho por las ganas de superación del niño, ver a un niño loma arriba, al lomo de su mamá y con todo el ánimo de querer superarse y salir adelante, de estudiar".
Confiesa que el video le tocó las fibras, ya que en muchas ocasiones se queja por cosas inútiles, que no tienen ninguna relevancia, frente a tantas carencias y dolencias de otras personas. "Estoy en un gremio de caballistas, allí publiqué el video y, además, logré conseguirle un computador portátil, una nevera nueva y un mercado. Nos hemos sumado a la causa", concluye.
Además, un manzanareño le donó una silla de montar.
La motivación
A pesar del diagnóstico del médico, la madre de Edwin relata que él nunca se sintió triste: "Él siempre estuvo con su alegría. Tampoco sufrió traumas a raíz del accidente. Es un niño al que le gusta mucho el estudio, por eso hacemos este esfuerzo".
Edwin cursa el grado sexto en la Institución Educativa Unión Baja. Allí juega fútbol, es el arquero de su equipo. Aunque no puede caminar de forma autónoma, ni correr, siempre encuentra la forma de divertirse. "En su mente no hay limitaciones, él se arrastra o gatea. Dice que será futbolista".
A la espera
"Estamos con diferentes especialistas. Ahora está a la espera de que le retiren los tornillos. Yo fui en enero y me dijeron que me llamaban; hasta el momento no lo han hecho".
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