LA PATRIA | MANIZALES

¿Quién no se ha tomado unos tragos, en medio del desamor o de la alegría, escuchando temas como Deseo, Pagué con lágrimas y Sacrilegio? Esos éxitos tienen nombre propio: Argemiro Jaramillo, conocido como el Poeta del Despecho.

Este compositor, cantante, humorista y trovador nació en Andes (Antioquia) un 18 de noviembre del siglo XX, como jocosamente lo afirma. Es el menor de una familia de 7 integrantes. A la edad de 9 años su familia se fue a vivir a Jardín, en donde se hizo trovador. Allí se ganó a sus profes, no por pepa, sino a punta de trova. Se divertían oyéndolo.

Lo puede contactar en el 320 346 10 32. En redes aparece como Argemiro Jaramillo poeta del despecho o Argemiro Jaramillo cantante. Promociona ahora Para qué ser rico.

Habló con LA PATRIA y esta es parte de su historia, pues habla hasta por los codos.

1. Cuando apenas iniciaba los estudios de bachillerato en el Liceo San Antonio de Jardín le tocó retirarse y salir a rebuscarse la vida para poder llevar plata a su casa, pues era huérfano de padre desde los 4 años y el hermano que veía por ellos se casó y no quedó quién mercara en la casa. "Mamá nos reunió a todos y nos dijo que no había para el estudio. A los 13 años ya trabajaba en el campo. Ha sido la mejor universidad, porque la calle y los golpes son los que lo maduran a uno y lo ponen sirviendo para esta vida y para todas las cosas duras que trae". En los cafetales cantaba la música de José Miguel Class, su ídolo del momento.
2. A los 18 años se dedicó a trabajar en bares y cantinas. Allí se apasionó de nuevo por la música popular y en sus ratos libres se dedicaba a componer canciones con la ilusión de grabar algún día su propio disco. En 1992, en Medellín, laboró repartiendo volantes. Recuerda que damas de dedo parado, cuando les iba a entregar ese papel, subían el vidrio y lo miraban con asco. Eso lo volvió más humilde.
3. Se inscribía a concursos de trova y siempre quedaba de último. Hasta que logró mostrar todo su potencial y empezar a ubicarse entre los cuatro primeros. Con el seudónimo de Gotera ganó en Sábados Felices, superando a El Llanero y a El Costeño. Fue Rey Nacional de la Trova Dobletiada y en Manizales tuvo dos virreinatos.
4. Como trovador destacado se formó de humorista e hizo parte del grupo Salpicón. En 1999 se mudó a Bogotá a trabajar en La Luciérnaga de Caracol, con Hernán Peláez. Consiguieron un apartamento y como solo trabajaban dos días, no podían tomarse una gaseosa porque descuadraban lo del arriendo. Ellos mismos cocinaban, pero hacían unas cosas tan horribles que no se las comían ni los ratones.
5. Los contactos en Bogotá le permitieron conocer artistas para que grabaran sus temas. Ha compuesto para Darío Gómez, El Charrito Negro, Luis Alberto Posada, Johnny Rivera, Franktony, Arelys Henao, El Gato Negro, Nelson Gómez, Hernán Gómez, Las Camanduleras, El Dueto Buriticá, El Relicario, Rómulo Caicedo, Bera, Darío Darío, Vargasvil, Jhon Jairo Pérez, Leonardo Marín y Mario Tierra. Miguel Ángel Nova creyó en mí y el Charrito Negro me dio mucho impulso.
6. Después de componer éxitos para muchos artistas en el 2005, Argemiro grabó su primer disco compacto titulado Deseo, trabajo de 13 canciones, todas de su autoría, de las cuales se desprendieron éxitos como Deseo, Sacrilegio, Pagué con Lágrimas, Forasteros, Migajas de Amor, Tumba sin Flores y Soledad Eterna. "Ahí empezaron a buscarme para contratarme de cantante. En el 2010, cuando terminamos la grabación de Duro contra el mundo de RCN, me retiré de la trova. "Fue dura esa metamorfosis, pasar de hacer payasadas a cantar con lágrima en cachete. Era duro que la gente me creyera esa nueva faceta".
7. La primera canción que grabó es una que no se dio a conocer mucho. Se llama El Sueño de un Soldado y luego Sin Ilusión, pero no salieron al mercado porque un proyecto no se concretó. "Las subí a redes, pero boté el susto de una grabación".
8. Anécdota (risas). Había cantado por ahí dos veces en bares, pero no ante mucho público. Lo llamaron de Tuluá para contratarlo. "Me puse de machito y dije que $5 millones, aceptaron el valor y que armara un grupo. Me valí de Sergio Zapata para que me acompañara en eso. Me dieron el adelanto, tocaba conseguir un grupo, transporte y como Sergio se iba para Europa en una gira con Fernando Burbano, dejó tocó cuadrado. No sabía que tocaba pagar la comida del grupo en carretera, peajes, conseguir buseta, hotel (me acuerdo y me da risa). Pensé que me quedaba todo libre, pero cuando crucé cuentas me faltaban $270 mil. Me tocó ajustar. Canté para que me vieran. Pagué la buñuelada".
9. Lo llaman el Poeta del Despecho después de una presentación en Fresno. Cuando llegó allá, el empresario lo montó a un carro de bomberos para desfilara y tirara picos. El que lo contrató le dio un montón de discos compactos que decían Argemiro Jaramillo, el poeta del despecho, para que se los lanzara a la gente. Cuando llegó al negocio había un pendón con el mismo mensaje. Adicional le dieron 3 mil tarjetas con esa leyenda y así se quedó.
10. "Gracias a Dios nunca me he sentido rechazado. He tenido siempre el respaldo de la hermosa gente que está ahí pendiente de uno con cada cosa que saca. Bendecido totalmente, eso es lo que no me ha dejado tirar la toalla, lo que me ha hecho seguir adelante. Me bajo de una tarima y procuro tomarme la fotico con todo el mundo, porque sé que los seguidores son los que lo suben o bajan a uno".
11. "Venirme para el Eje Cafetero es una decisión muy bien tomada, necesitaba eso. Después de vivir 11 años en Bogotá y después de regresar a Medellín necesitaba esa conexión con el público verdadero de la música popular y desde El Eje se mueve todo, aquí es donde están los grandes. Me vine para ensayar suerte por un año, llevo 5 y estoy feliz".
12. "A los artistas nos toca disimular las penas. Perdemos el derecho a llorar, a estar enfermos a tener familia. La gente va a vernos y hay que pararse allí, sin importa lo que pase en ese momento. Me tocó cuando se me murió un hermano un viernes. Canté Estamos de Pasada, que le gustaba mucho y eso me partió el alma".
13. Sí pensó en tirar la toalla. En un país de pocas oportunidades, cuando se viene de abajo, se encuentra rechazo y al ver que le dan la espalda, se evalúa si vale o no la pena. "Como digo en mi canción Pobre, pero contento, la ventaja de un pobre es que nunca se quiebra. Lo único que toca poner es ganas, voluntad y sacrificio, lo que consiga es ganancia, así sea madurez y no plata. Aún ya reconocido pensé en irme. No es un secreto que en emisoras grandes no sale el que no pague. La payola castiga. Artista hoy no es el que más cante, sino el que más pague".
14. "Los sueños se han estado cumpliendo. No tuve ninguna expectativa con la música, no me visualicé como gran artista, como gran cantante. No me desvela un Grammy, ni ser más que Jeison. Cada quien con lo suyo, no me desbarato la vida en esa competencia pendeja de querer ser más que el otro, de acaparar todo. Con que escuchen mis cancioncitas y las canten en las tarimas, me siento más que feliz. Cuando uno no persigue nada, nunca será el último".
15. Consejo. Hacer la música porque le guste, no pensando en llenarse de plata, porque hay unos que cobren $120 millones. "La suerte para todos no es la misma. No se pueden fufurufiar los sueños, si viene plata, bendito Dios, Él nos va poniendo lo que cada uno se merece".

Pagué con lágrimas

"Pague con lágrimas sale de un desengaño por una novia del pueblo. Era jornalero, pasaba por la casa de ella oliendo a miel de café, me invitaba a tinto, era un amor muy lindo. Pero llegó un ingeniero al municipio a hacer el coliseo, en tremenda moto, le echó el ojo y me la quitó. Pasaban en la moto, ella se agarraba para no caerse y casi que me pisaban. Me tomé cuatro rones con limón y escribí la canción. Justamente el momento más bonito de mi vida ha sido escuchar corear esa canción, en un concierto mío en París".

Argemiro Jaramillo le agradece mucho al empresario Sergio Zapata, que lo animó en su carrera para que tomara el rumbo de la música popular. Fue su mánager y lo destaca por honesto.