Tarde de José Arcila en la 66 Temporada Taurina de Manizales

Por Garapullo

LA PATRIA I Manizales

La segunda corrida del ciclo virtual de enero de la 66 Temporada Taurina de Manizales, se celebró como la primera, con una Plaza de Manizales con escasas 50 personas. Fue presidida por Don Luis Bernardo Gómez Upegui y la asesoría del doctor Mauricio Molina. Mejoró la transmisión vía internet aunque hubo momentos repetidos de cortas pausas.

José Arcila

De luto. En su primer turno, le correspondió el toro, Jabonero Sucio, de la ganadería de Santa Bárbara, con 480 kilos. Una buena vara y un regular tercio de banderillas. Brindó a las alturas por su suegro el matador de toros Édgar García. Hizo una faena de acuerdo con lo que le permitió el astado; con un toreo a media altura y unos derechazos a ley. Una estocada trasera y caída.

Su segundo toro fue Trompetillo, negro, con 482 kilos, de la ganadería de Ernesto Gutiérrez. Una buena vara y unos bellos quites. La faena con la muleta fue una cátedra de toreo lento tanto en los derechazos como en los naturales en donde la seriedad y el temple se conjugaron. Da gusto ver torear a José Arcila, parece sencillo estar frente al toro, tiene un cambio de manos que hace la pausa en la faena. Un toro que le humilló y aceptó la faena en los medios sin un segundo de claudicación y presto al momento del cite del torero. Una estocada efectiva y dos orejas como justo premio con aplausos al arrastre del toro. Demuestra cada vez más su sitio torero.

Juan de Castilla

De pizarra. Su primer toro fue Florista, de 570 kilos, negro, de la ganadería de Ernesto Gutiérrez. Con la capa dos ceñidas chicuelinas y una revolera para destacar. Un tercio de banderillas partido. Brindó por quienes se fueron a la eternidad y por quienes quedan. Un toro tardo que le permitió algunos destellos en la faena. Con voluntad. Un aviso.

En su segundo turno se encontró con Rumano, de 450 kilos, de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo. Un tercio de banderillas desigual. Una faena con la muleta variada en donde los destellos de temple y mando fueron afortunados.

Naturales invertidos para los aficionados en la lejanía. De pinchazo y estocada caída finiquitó la faena.

Sebastián Hernández

De azul pálido y cabos negros. Su primer toro de nombre Facundo, de 460 kilos. Una vara aceptable y un tercio de banderillas también desigual. Inició su faena en las tablas y fue llevando al astado hasta los medios mediante una faena que fue creciendo, lo que le permitió demostrar su vocación y valor toreros. Un toreo serio. Con una oreja fue premiado y el toro recibió los honores de los aplausos.

Con su último toro, Lanzado, de 512 kilos, negro, de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo. Una vara regular. Un tercio de banderillas para olvidar. Una faena discreta con una estocada delantera.

¿Quién faltó?

Los aficionados y Guillermo Perlaruíz.

Sebastián Hernández con su trofeo conquistado por la lidia del toro Facund de la ganadería de Santa Bárbara.