Foto | Lector | LA PATRIA Francisco Javier Cárdenas Jaramillo

Último adiós a Francisco Javier Cárdenas Jaramillo, un homenaje a su vida y a la huella que ha marcado en nuestras vidas. Francis, Pachito, un hombre extraordinario al que todos amamos. Dejó un sello imborrable en quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y compartir distintos momentos de su vida. Mi cuñado, fue un hijo, hermano y amigo excepcional. Un amigo leal y un esposo que supo cumplir con sus votos con su “ bizcocho”, como llamaba cariñosamente a Belsy. El ser más auténtico que hayamos conocido, su originalidad nos deslumbraba, su risa burlona sacándole siempre el lado más genial a todo. Con ese hombre compartimos en familia, por poco, cincuenta años de nuestras vidas. Fue un yerno demasiado especial, un maravilloso cuñado, por ello su partida nos deja un gran vacío.
Desde el primer momento en que lo conocí, su calidez y bondad me cautivaron. Francisco tenía un don especial para hacer que todos a su alrededor se sintieran queridos y apreciados. Su sentido del humor era contagioso, y sus carcajadas hacían que todo pareciera una fiesta, siempre tenía una broma lista para alegrar el día.
Todos lo recordaremos por su pasión por la lectura y el café. Su gusto por los libros era inspirador¸ a menudo lo encontrábamos sumergido en sus páginas, descubriendo nuevos mundos y aprendiendo cosas nuevas. Compartió con nosotros innumerables historias y conocimientos que enriquecieron nuestras vidas. Que decir de su gusto musical, era envidiable, nada mejor que una tarde de tertulia en su casa a ritmo de buen tinto y buena música. Mis hijos, sus sobrinos, a menudo hablan de esos momentos en la casa del “Tío Bigotes” como cariñosamente lo llamaban.
Hoy, mientras recordamos a Francisco, quiero destacar su capacidad para hacer de las penas un vals y de lo trágico algo efímero y natural. Su forma de ver y vivir la vida nos marcó a todos. Siempre tuvo una palabra amable, una mano generosa, ofreciendo su apoyo y consejo cuando fue necesario. Hoy debes estar feliz querido Francis, has dejado un gran legado. Siempre anduviste ligero de equipaje, como el título del libro de Tonny de Melo que alguna vez me regalaste.
Aunque su partida nos deja un vacío inmenso, sabemos que su espíritu vivirá en los nuestros y buscará siempre un lugar apropiado en nuestras casas, en los rincones de las bibliotecas, y en los recuerdos que compartimos.
Hoy venimos a despedirte, pero sabemos que nuestro destino es el mismo que hoy recorres y un día, ojalá supiéramos cuándo, nos volveremos a reunir, y entonces, solo entonces sabremos cuánto valió la pena haber recorrido este camino que nos lleva al reencuentro en la eternidad.
Sentidas condolencias a su esposa Belsy Salzar Jaramillo y a sus hermanos Jaime, Ángela e hijas; Jorge Luis, Cecilia e hijos; Dario, María Emilia e hijos; César, María del Pilar e hijas; Carlos Alberto, Luisa Fernanda e hija.
Con este poema de Mario Benedetti te despedimos:
“Si mañana no despertara, solo cree que me he dormido, piensa que, en la paz de mi sueño, te sueño y no me he ido. También escucha mi música, lee mis libros, usa mi ropa, tomó mi copa, bebe mi vino. No me recuerdes ausente, no me busques en el olvido. Búscame dentro tuyo, ahí estaré contigo"
Descansa en paz, querido Francis, siempre vivirás entre nosotros!
Luis Fernando Salazar Jaramillo

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