Operativos en Doña Juana han llevado a las autoridades a incautar estupefacientes y celulares.

Foto | Archivo | LA PATRIA

Operativos en Doña Juana han llevado a las autoridades a incautar estupefacientes y celulares.

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Carlos Andrés Tinjacá Ramírez, alias el Burro y natural de Villavicencio, permanecía recluido en la cárcel Doña Juana, de La Dorada, y desde allí seguía delinquiendo con llamadas extorsivas. El jueves pasado, el Juzgado Primero Especializado del Circuito de Manizales lo condenó a 6 años y 6 meses de prisión.

El sujeto, de 28 años, ya cuenta con antecedentes por homicidio agravado y tentativa de homicidio, pero desde que se descubrió que pertenecía a una empresa criminal dedicada a la extorsión, lo enviaron a la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en Boyacá.

De la banda delincuencial hacían parte otras personas que esperan irse a juicio, llegaron a preacuerdos o ya aceptaron cargos ante un fiscal especializado de Caldas. Entre ellos está alias San Andrés, natural de la isla, y quien se encargaba de hacer las llamadas extorsivas.

En llamadas interceptadas aseguraba dedicarse al hurto, la extorsión y el tráfico de estupefacientes. Junto a él estaba otro sujeto conocido como Mateo, quien se identificaba ante sus víctimas como comandante paramilitar.

Balazo, también detenido y señalado de comandar esta banda delincuencial y natural de La Dorada, contaba supuestamente con el apoyo de su madre Ruth, que recibía el dinero de las víctimas y a quien detuvieron en un operativo en el año 2020 y le incautaron celulares, dinero y munición.

 

Así los pillaron

Todo inició tras una investigación que solicitó el director de la cárcel Doña Juana en el año 2019, tras detectar que unos sujetos conocidos como lanzadores, tiraban al patio tres estupefacientes y celulares.

Así se supo que la banda tenía montado un call center en los baños y que llegó a amedrentar a personas de Caldas, Risaralda y Bogotá. Ellos enviaban a personas en el exterior a presionar a los afectados, entre quienes está un ingeniero que laboraba en La Dorada.

Además se supo que los delincuentes usaban a otros familiares para que reclamaran el dinero producto de las extorsiones en empresas de giros y que supuestamente no sabían de su proveniencia. Se dedicaban a hacer el mandado y hoy también están en la investigación.

 

Extorsión en el interior

Un afectado por estos extorsionistas fue un detenido en Doña Juana. Su madre se vio obligada a enviarles dinero a los delincuentes.

 

Corrupción carcelaria

Al parecer, los delincuentes lograban lanzar la droga y los celulares con la ayuda de guardianes de Doña Juana.

 

No sabía si tenía hijo o hija

Tinjacá Ramírez, el Burro, alegó que era padre de un niño, pero no logró demostrar en donde vivía. Realmente era una niña y la familia del delincuente aseguró que la menor vivía bien con su abuela materna y que no les interesaba saber nada de él. Quería que le dieran domiciliaria, pero seguirá guardado.