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EFE | LA PATRIA | Washington

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió este viernes al Congreso que apruebe una partida presupuestaria urgente de alrededor de 100.000 millones de dólares que incluye una ayuda de 14.300 millones para Israel y un nuevo paquete para Ucrania por 61.400 millones.

Como se esperaba, en la petición remitida al Congreso el Gobierno de Biden junta la ayuda a Israel, a la que están dispuestos tanto demócratas como republicanos, y el paquete para Ucrania, que no cuenta con los mismos apoyos porque parte de la bancada republicana, el ala más radical, quiere dejar de aprobar partidas económicas para ese país.

En esta petición se contemplan 9.150 millones para ayuda humanitaria para "Ucrania, Israel, Gaza y otros", aunque no se especifica cuánto iría para cada territorio.

También hay 13.600 millones para distintas partidas para aumentar la seguridad en la frontera con México, y otros 2.000 millones para mejorar la seguridad en el Indopacífico, entre otras.

El Gobierno estadounidense formalizó la petición en una carta de la directora de la Oficina de Administración y Presupuesto de Estados Unidos, Shalanda Young, al presidente interino de la Cámara de Representantes, el republicano Patrick McHenry.

En la misiva, Young advierte de que "el mundo está mirando y el pueblo estadounidense espera de sus líderes que aúnen esfuerzos y resuelvan estas prioridades".

"Urjo al Congreso a atender (esta petición) como parte del acuerdo presupuestario" total que se debe aprobar, recordó, en las próximas semanas.

El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, explicó en una llamada con periodistas que el Ejecutivo hace esta petición después de que el mundo haya llegado a un punto de "inflexión" tras los "horribles ataques terroristas" de Hamás a Israel y mientras el pueblo ucraniano sigue luchando contra la agresión rusa.

Sullivan subrayó también la petición de ayuda humanitaria para los "civiles afectados por la guerra en Gaza, que nada tienen que ver con Hamás y que están también sufriendo mucho".

La tabla facilitada por la Casa Blanca con las partidas a solicitar no especifica cuántos de los 9.150 millones de dólares incluidos en la ayuda humanitaria irían para Gaza.

Por su parte, Young explicó en la misma llamada que la ayuda humanitaria es "flexible" y se administra dependiendo de las necesidades más urgentes que haya que responder.

Pero recalcó, en cualquier caso, que el Gobierno estadounidense ya ha demostrado su compromiso para asegurarse de que la ayuda llegue a Gaza y espera que continúe con la ayuda del Congreso.

 

La ayuda a Ucrania y a Israel, predominantemente militar

La ayuda a Ucrania se reparte en 30.000 millones para equipamiento militar procedente de las reservas estadounidenses, otros 14.400 millones para asistencia en inteligencia y defensa y 16.300 millones a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para asistencia económica y de seguridad.

También se piden 481 millones para ayudar a los ucranianos que llegan a Estados Unidos y 149 millones para ayudar a Ucrania en su capacidad de respuesta ante un eventual ataque nuclear.

En el caso de la ayuda que Biden pide al Congreso para la defensa Israel, de 14.300 millones, 10.600 millones serían para ayuda aérea y antimisiles y otros 3.700 millones para el Departamento de Estado, entre otros para el apoyo de las embajadas.

 

La frontera, otra gran prioridad

El Gobierno estadounidense incluye en estas partidas varios paquetes presupuestarios por un total de 13.600 millones para reforzar la seguridad en la frontera y tratar de detener la entrada de fentanilo.

Así, incluye fondos para 1.300 agentes adicionales para la Patrulla Fronteriza, 375 jueces más de inmigración y 1.600 funcionarios de asilo, así como para más de 100 máquinas de detección de fentanilo de última generación y un millar de agentes de policía adicionales.

Young envió un mensaje a quienes en el Congreso critican al Gobierno y piden medidas para reforzar la seguridad en la frontera y después no aprueban las propuestas del Gobierno, como la que se debatió en agosto. "No aceptamos lecciones de quienes se niegan a actuar", dijo.

 

La "obligación" del Congreso, aún paralizado

La Cámara de Representantes permanece paralizada porque sigue sin elegir nuevo presidente, pero Young insistió en enviar el mensaje de que cumplan con su obligación como lo está haciendo la Administración.

"Nuestro trabajo es dejar claro al Congreso cuáles son las necesidades y qué ocurre si estas partidas fundamentales no se aprueban. Nosotros estamos cumpliendo con nuestra obligación y esperamos que ellos lo hagan también y lo hagan rápidamente", añadió.

 

Mejorar la capacidad de defensa estadounidense

Durante la llamada con periodistas, Young recalcó que el paquete de ayudas requiere una inversión de 50.000 millones por parte de la industria de defensa, lo que garantiza que el ejército estadounidense siga siendo el "más preparado y capaz y mejor equipado" del mundo.

La partida incluye por ejemplo inversiones para aumentar la capacidad militar estadounidense, como 3.400 millones para reforzar la industria submarina, un componente "clave" para la defensa estadounidense, en palabras de Sullivan.

Young defendió asimismo estas inversiones porque "reforzarán" la economía y traerán consigo la creación de más empleos.

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