Idrissa Diakite
EFE|LA PATRIA|BAMAKO
Dos días después del golpe de Estado contra el presidente maliense, Amadu Toumani Toure, Bamako vive aún en la confusión y la incertidumbre, mientras los golpistas adoptan un discurso conciliador para la población y la comunidad internacional.
Las principales calles comerciales y las más frecuentadas están casi desiertas y la actividad económica relentizada y la administración totalmente paralizada.
Algunos barrios de la capital, principalmente los residenciales, mostraban todavía ayer signos de pillaje y saqueo, según ha constatado EFE.
La sede de la Dirección del servicio de Aduanas, en el centro de la capital, fue asaltada por una banda de vándalos, así como la ciudad administrativa y algunos apartamentos de familias acomodadas. Los militares amotinados han recorrido la ciudad en vehículos todo terreno, motocicletas, bajo la mirada curiosa de unos y los aplausos de otros, pero no han habido disparos en Bamako desde el jueves.
Aunque la mayor parte de los comercios permanecen cerrados los habitantes de la capital llegan a conseguir provisiones. En contraste, en los próximos días puede faltar carburante.
La mayor preocupación se debe a que el país ha quedado aislado después de las condenas del golpe por parte de la comunidad internacional, así como el cierre de las fronteras y del espacio aéreo.
Los golpistas, por su parte, intentan mantener un discurso tranquilizador ante la población y Occidente que ha condenado el golpe de Estado y ha suspendido toda cooperación con Mali.
"No nos queremos eternizar, hemos actuado para salvar al país y prometemos al pueblo maliense que restituiremos en el poder a un gobierno elegido", dijo a EFE el capitán Amadu Haya Sanogo, jefe de la junta que ha derrocado al presidente Toure.
Sanogo hizo un llamado para el cese inmediato de los actos de pillaje y anunció que han hecho varias detenciones en Bamako.
"Han habido ya varias detenciones de falsos militares con uniforme del ejército. Todo delito será castigado y toda persona detenida será llevada ante la jurisdicción competente", advirtió el jefe de la junta militar al insistir que los amotinados tiene el deber de acabar con los actos de vandalismo.
Mientras la situación en el norte del país, escenario de una rebelión armada de separatistas tuareg y las actividades de la red terrorista Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) continúan degradándose.
El Movimiento Nacional para la Liberación de Azawed (MNLA), que mantiene los enfrentamientos con las fuerzas regulares desde mediados de enero para reivindicar la independencia de esta parte del país, ha anunciado hoy que ha tomado el control de otra localidad.
"El MNLA dio a conocer a la opinión pública nacional e internacional que la ciudad de Anefis, situada en el eje de la carretera nacional Gao-Kidal, donde estaba apostado un batallón militar maliense, ha sido liberada y está bajo la administración de Azawad", anunciaron los rebeldes en un comunicado difundido en su página web.
Añadieron que los tuareg tienen la firme intención de continuar su "ofensiva" para "desalojar al ejército maliense y su administración de todas las ciudades de Azawad".
Todo esto se anunció cuando el capitán Sanogo ofrecía una entrevista en exclusiva a EFE en la que expresó que la seguridad y la estabilidad del norte de Mali forman parte de las prioridades de los nuevos dirigentes.
"El problema del norte es parte de nuestras prioridades. Hay un cambio y es necesario que todos los actores lo comprendan. Tenemos nuestras estrategias para restablecer la paz y la estabilidad en esta región porque nuestra primera preocupación es preservar la unidad de nuestro territorio. Le decimos a todo el que quiera escuchar que Mali es indivisible", añadió.
El Gobierno de Estados Unidos amenazó ayer con suspender su ayuda militar a Mali, la mitad de toda la asistencia financiera que da a ese país, por el golpe de Estado militar si no se restablece el orden constitucional "rápidamente".
"La asistencia al Gobierno de Mali más allá de lo que damos para propósitos humanitarios está en riesgo si no vuelven a una situación democrática en el país", indicó la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, en su rueda de prensa diaria.
La portavoz aseguró que los fondos humanitarios, que superan los 70 millones de dólares, no se verían afectados, pero están en riesgo los programas de asistencia antiterrorista y de seguridad, que suponen el desembolso de un monto anual similar.
La ayuda total de Estados Unidos a Mali ronda los 140 millones de dólares, fondos que se han puesto en duda debido al reciente golpe de Estado militar contra el Gobierno del presidente Amadou Toumani Toure.
"Esperamos que la democracia se restablezca de manera muy rápida", indicó Nuland, quien recordó que actuarán de acuerdo con las evaluaciones de la misión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS) y la Unión Africana tras visitar el país.
Los grupos golpistas de las Fuerzas Armadas de Mali aseguran que han derrocado al Gobierno porque no ha sido capaz de acabar con la rebelión de tribus Tuareg en el norte del país.
Nuland recordó que los únicos beneficiados del golpe de Estado y la inestabilidad en la capital, Bamako, son los propios Tuareg, "que han accedido a zonas a las que antes no podían. Necesitamos restaurar la democracia y que los militares puedan volver a su trabajo, que es proveer seguridad en Mali".
Ayer, el Banco Mundial (BM) y el Banco Africano de Desarrollo (BAD) anunciaron que suspenden su ayuda a Mali a raíz del golpe de Estado.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015