Foto | EFE | LA PATRIA Guillermo Lasso gobierna mediante decretos.

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Guillermo Lasso gobierna mediante decretos.

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El presidente de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, anunció ayer que no se presentará a la reelección en los comicios generales extraordinarios, cuya primera vuelta se celebrará el próximo 20 de agosto.

En un pronunciamiento desde el Palacio de Carondelet, sede de la Presidencia, Lasso manifestó que no será nuevamente candidato presidencial del movimiento oficialista CREO para completar el periodo 2021-2025, interrumpido por la "muerte cruzada" decretada por él mismo en mayo.

Al recurrir a esa herramienta constitucional cuando la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, se disponía a debatir y votar su eventual destitución, el presidente ecuatoriano disolvió el Legislativo y forzó estas elecciones de carácter extraordinario.

"Hoy, después de una profunda reflexión, quiero anunciarles que no aceptaré la postulación a la Presidencia de la República para las elecciones de agosto", dijo Lasso tras un discurso donde repasó los dos años que lleva de mandato presidencial.

"Muy por encima del cargo de presidente, amo la democracia y la libertad que goza cada ciudadano ecuatoriano para perseguir sus sueños, y si mi deber de presidente me exige que me desprenda de mi cargo para así ayudar a proteger la democracia, así lo haré. No una, sino mil veces, sin miedos y con la conciencia tranquila", agregó.

Lasso, de 67 años, que gobernará mediante decretos hasta que entre en funciones la nueva Asamblea Nacional, explicó que redoblará esfuerzos en el tiempo que siga en el cargo.

"No tiene sentido para mí hacer campaña cuando el país me necesita dedicado a los ciudadanos, cuando aún hay metas por alcanzar y desafíos por superar", añadió el mandatario, sin desvelar quién representará al oficialismo en la contienda electoral.

 

Pide frenar "plan macabro"

Lasso afirmó que desde que llegó al poder ha sido víctima de "ataques caracterizados por un sólo rasgo: la deslealtad institucional y la deslealtad con el pueblo ecuatoriano", a través de "artimañas politiqueras que han violentado el marco legal".

"Cuando hace dos semanas tomé la decisión de disolver la Asamblea Nacional para dar paso a nuevas elecciones, no lo hice para evitar el juicio, que muy seguramente lo hubiéramos ganado, sino para frenar este macabro plan de usurpación institucional que hoy sigue en marcha, desvergonzadamente a plena vista de todos", dijo Lasso.

El jefe de Estado se mostró convencido de que en los comicios "prevalecerán" los demócratas frente al sector autoritario que señala, pero advirtió la necesidad de unidad tras observar un nutrido abanico de precandidatos en el espectro conservador de Ecuador.

 

Numerosos precandidatos

En la posta de salida están, entre otros, el exlegislador Fernando Villavicencio, el especialista en seguridad Jan Topic, el empresario y exparlamentario Daniel Noboa, así como el excandidato presidencial Yaku Pérez, que estuvo a punto de pasar a la segunda vuelta en las elecciones de 2021.

La Revolución Ciudadana (RC), que lidera el izquierdista expresidente Rafael Correa (2007-2021), aún no ha anunciado a su candidato, tras ser los grandes triunfadores de las elecciones locales de febrero.

En ese sentido, hizo un llamamiento a la unidad y a qué cada precandidato se pregunte si su participación en esta lid electoral "incrementa o disminuye las posibilidades de que la democracia prevalezca en Ecuador".

 

"O democracia o autoritarismo"

El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, advirtió que, en estas próximas elecciones, los ecuatorianos tendrán que escoger entre "dos opciones muy claras: o democracia o autoritarismo".

"Estoy convencido de que los demócratas tenemos amplias posibilidades de prevalecer, pero nadie puede perder de vista que en el Ecuador existe un sector político, que si bien es minoritario, debe ser vencido y enfrentado en unidad por todas las agrupaciones que amamos la democracia", apuntó Lasso.

El gobernante ecuatoriano se refirió así al sector de la oposición de izquierdas que promovió un juicio político de censura en su contra, que volvió a calificar de infundado, y en el que estaba acusado como responsable político de un supuesto delito de peculado (malversación).

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