La cubierta del USS Gerald R. Ford alberga una potencia aérea sin precedentes en la historia naval.

Foto | Tomada de CDMX | LA PATRIA

La cubierta del USS Gerald R. Ford alberga una potencia aérea sin precedentes en la historia naval.

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El USS Gerald R. Ford (CVN-78) es el buque de guerra más grande y tecnológicamente avanzado de la historia. Es un continente flotante al servicio de Estados Unidos.

Diseñado para marcar un antes y un después en la proyección militar global de EE. UU., este portaaviones desplaza más de 100 mil toneladas, mide 337 metros de largo y funciona con dos reactores nucleares que le otorgan una autonomía casi ilimitada.

El Ford no solo es un barco, es una plataforma de combate móvil que incorpora el sistema de lanzamiento electromagnético EMALS, una innovación que reemplaza las catapultas de vapor. Esta tecnología permite lanzar un 25% más de aeronaves por día, lo que incrementa notablemente su eficiencia en misiones. Para la recuperación de aeronaves, cuenta con el sistema AAG (Advanced Arresting Gear), que permite frenar aviones con mayor precisión y menores esfuerzos mecánicos.

Además, su sistema de radar multifunción DBR (Dual Band Radar) combina capacidades de seguimiento en bandas X y S, lo que mejora la detección y defensa contra amenazas aéreas en todo tipo de clima.

El portaaviones está protegido por un arsenal defensivo de alta gama: misiles ESSM, misiles RAM para defensa puntual y el sistema CIWS, que actúa como última línea contra misiles o proyectiles enemigos. Estos elementos consolidan una burbuja defensiva capaz de proteger al buque y a su grupo de combate en escenarios hostiles.

Con capacidad para alojar a cerca de 5.000 personas, incluidos técnicos, pilotos y personal de apoyo aéreo, el Gerald R. Ford reduce en un 25% la tripulación necesaria frente a sus predecesores de la clase Nimitz. Esta mejora es posible gracias a sistemas automatizados que disminuyen los costos operativos y mejoran la eficiencia general del barco.

El desarrollo del Ford costó aproximadamente 17.500 millones de dólares, incluyendo investigación y construcción. A cambio, la Armada de EE.UU. recibió una plataforma capaz de ejecutar entre 140 y 160 salidas aéreas por día, con capacidad para alcanzar hasta 270 vuelos diarios en operaciones de alta intensidad.

Este buque no solo es una herramienta militar. Su despliegue en el Caribe en 2025 evidenció su papel como instrumento de disuasión, reforzando la influencia estadounidense en la región. Es una pieza central en la doctrina de proyección de poder marítimo.

 

Avances destacados del gigante portaaviones Gerald R. Ford

  • Usa catapultas electromagnéticas que aumentan la capacidad de despegue diario en un 25%.

  • Integra radares de red en fase (AESA) y sistema DBR para operaciones en cualquier clima.

  • Propulsado por dos reactores A1B, genera tres veces más potencia eléctrica que sus antecesores.

  • Soporta el uso de drones y futuras armas láser.

  • Su isla está reubicada hacia popa, lo que mejora el flujo aéreo y la visibilidad.

*Esta noticia fue redactada con información de la IA Perplexity, revisada y editada por un periodista antes de su publicación.

 


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