Ciudades atascadas
Señor Director:
En las ciudades, alrededor de la parte tradicional, denominada “sector histórico”, que desde la Colonia permanecía estancada, se extiende un mundo sin orden y sin plan. Las ciudades crecen, bien por la inseguridad, la violencia en el mundo rural y por la esperanza de un mundo mejor. En un principio no hubo mayores reparos, pues las invasiones no tenían mayor importancia; gente que venía del campo a las orillas de la ciudad. Llegaban y se encontraban con que nada les pertenecía, ni el agua, ni el banco del parque, ni derecho al hospital. Pero quienes habían vivido en la urbe sintieron la incomodidad y vieron a los recién llegados como extraños y enemigos. Ellos buscaban asimilarse a un mundo insólito que encontraron. Aprender a tomar el bus, acercarse al mundo urbano, llegar al estadio.
Hubo cambios en la fisonomía de la ciudad, pues el desarrollo desordenado fue creciendo. Unos lugares se convirtieron en centros comerciales, urbanizaciones, retazos de clase media, edificios de propiedad horizontal en cómodas cuotas, apartamentos, casas y con ello la ilusión de independencia y autonomía que da el auto particular, hasta para ir por el pan… Los jardines poco a poco desaparecieron para dar lugar a planchas de cemento, rejas metálicas, cercas eléctricas. Mientras pululan en las calles los desadaptados, mendicantes, delincuentes, sospechosos.
Y, ante el tumulto de complicaciones, los candidatos liberales se tornan conservadores, pues convierten las consecuencias en causas, al transformarse en promotores de seguridad y movilidad: Hay que invertir en cámaras, acrecentar la policía, construir cárceles, legislación dura, envidiar a Bukele… Y ante la creciente temperatura por la inundación de vehículos es necesario ventiladores, avenidas, parqueaderos, puentes, metros elevados y caídos… Peticiones a la autoridad mientras la basura crece. Aceras invadidas a un costo mínimo y oferta: ¡Moto, moto, moto! Las calles convertidas en plazas de mercado. Atascos: automóviles, camiones, busetas. Las autoridades visten la capa de supermán ante el caos. Y, dele que dele con el orden público, con la escasa presencia de la autoridad, con las torpezas de la injusticia, el aumento de la marginalidad social, la presencia invisible de los drogos y colinos, la petición del libre porte de armas, el alcohol protegido por licoreras y seguros, factores incluyentes que facilitan los delitos como el hurto. Tantos paños, cortinas, miradas para que el otro crea en el avance, el progreso pregonado sin desfalcos ni atracos. Y no hay industrias ni proletarios, sólo importaciones en un horizonte de influencers y precarios.
Silvio E. Avendaño C.
119 años de la fundación de Caldas
Señor Director:
La Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales se une a la celebración de los 119 años que cumplió de fundado nuestro departamento de Caldas el 11 de abril. Exaltamos y admiramos la pujanza y el emprendimiento de toda nuestra comunidad caldense que ha sido ejemplo de civismo para nuestro país.
Herman Estrada Mejía, presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales
Hablemos de vías
Señor director:
Un llamado de atención a los encargados de las vías, tanto en Manizales como en el departamento. Es deplorable ver la vía de entrada a la ciudad de Manizales, hablo de la vía Ondas de Otún-glorieta La Fuente, tramo entre el semáforo de La Fuente y el barrio Los Álamos, en el cual hay 7 cráteres que inducen a los conductores de carros y motos a hacer maniobras que perfectamente pueden causar accidentes. Es de anotar que hace apenas un año se hizo un reparcheo.
La otra vía es la de Manizales-Petaqueros, a la cual es menester trazar las líneas del centro como las laterales, que están deterioradas y son de suma importancia para servir de guía cuando hay neblina espesa, tanto en el día como en la noche. No se imagina el sufrimiento al transitar por esta vía cuando se presenta el fenómeno climático antes descrito.
Jorge Edisson Hincapié L.
Un ridículo el Día del Hombre
Señor Director:
La sociedad de consumo ya no sabe qué inventarse para dedicarle una fecha supuestamente especial a las personas, las efemérides del Día de la Madre y el del Padre tienen un verdadero sentido, pues ambos seres son indispensables para la sociedad y la constitución de la familia. Como crearon el Día de la mujer continuaron ahora con el Día del Hombre; eso suena ridículo, cursi, no tiene ninguna connotación, solo es un distractor mediático que busca algún impacto o protagonismo sin lograrlo.
El día de la mujeres y de los hombres son todos los días, al igual que el Día del Padre y el de la Madre, pero bueno digamos que que esta última fecha trae consigo algo de fraternidad en donde las familias se congregan a compartir y allí hay expresiones de afecto, amor y cariño siendo más válidas.
No falta sino que ahora sigan con asignar una fecha en el año para el día del gato, del perro, del loro, del burro o del caballo, nutriendo y complementando así el circo, y tantos siguiendo como borregos, aprovechándose de la incultura y la fragilidad emocional, que por fortuna no es de todos.
Alvaro Alzate Ussma
Gustavo Robledo Isaza
Señor Director:
Notas Cívicas se une al cumpleaños del ilustre prohombre nacido en 1921, al igual que el diario LA PATRIA, recordando escrito en la revista Aleph, autoría del Dr. Carlos-Enrique Ruiz Restrepo, miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en el que expresó que el Ing. Gustavo Robledo Isaza es “personalidad creadora, con liderazgo reconocido en la ingeniería y en la vida cívica de la ciudad. ... vida, gestora y laboriosa”. A renglón seguido recordó: “he sido alumno de los tres ingenieros Robledo-Isaza, entre los mejores profesores de mi vida: Alfredo, que murió temprano, diseñador y constructor de estructuras metálicas audaces y el gestor de Manilit; Julio, pionero en la mecánica del suelo, con obra realizada de grueso calibre (en laboratorio, campo y aula), y Gustavo, de cátedra pública. Personalidades consistentes en la ingeniería y en la vocación de servicio ciudadano, a quienes tantos les debemos tanto.
Las iniciativas de Gustavo han sido continuas y de realizaciones concretas, aunque en algunas ocasiones despierta polémicas, siempre útiles, más por el énfasis o pasión en la promoción de las iniciativas. Obras suyas han sido, por ejemplo, el destino de aguas termales para el tratamiento de las aguas de consumo doméstico en la ciudad, y las de recreación saludable en las afueras. La idea de túneles para resolver problemas de vías en Manizales, que comienza a ser realidad. Las primeras de todas ellas, las avenidas 12 de Octubre y Centenario, y la plaza de toros.
El proyecto de puerto en Tribugá, ambicioso y problemático. La idea de ferrocarril por divisoria de aguas entre la Orinoquía y la Amazonía, que todavía no se tiene en cuenta en la planeación vial, intermodal, del país. La iniciativa de los puentes que ya se disfrutan como elusión de problemas antiguos en la Estampilla y la Estampillita. El proyecto de vía alterna al Magdalena, visionario... Es decir, se trata de una personalidad creadora, con liderazgo reconocido en la ingeniería y en la vida cívica de la ciudad. Innegable”.
Finalizo diciendo que serán siempre inolvidables las tertulias que tuve con él en la Cámara de Comercio y en La Cigarra, entre otros lugares. Ser humano abierto y cordial, sin pretensiones de ningún tipo. Un genuino maestro: entregaba elementos de juicio para los análisis. Nunca pensó en adoctrinar. Tiene inefable legado. Reciba mi abrazo fraterno.
Rogelio Vallejo Obando
Empleados de planta: una nueva élite
Señor director:
Salvo que se carezca del sentido de la solidaridad, duele contemplar la prematura muerte de tantos emprendimientos que en su afán de supervivencia se ingenian los compatriotas que no gozan del privilegio en que se ha convertido tener un empleo fijo. Todos hemos observado en nuestro cotidiano recorrido por las calles de cualquier sector de la ciudad cómo algún local está siendo acondicionado para abrir allí una cafetería, boutique, peluquería, restaurante, consultorio, venta de arepas o cualquier otro emprendimiento. Lo vemos en funcionamiento y atendido por sus entusiastas propietarios y empleados; pero muy poco tiempo después, tristemente, somos sorprendidos y moralmente golpeados por el hecho de que ahora en las puertas del mismo local aparecen carteles en los que se lee: “Se arrienda”. Esos son sólo casos visibles, pero seguramente hay un número todavía mayor de emprendimientos que nacen y mueren en una especie de anonimato.
Detrás de estos fracasos suele haber frustración e incluso la quiebra económica y moral de un hombre, una mujer, una pareja, una familia o unos socios que soñaban obtener un ingreso; un oneroso préstamo bancario o de otros usureros; las ilusiones truncas de aquellos que de una u otra forma esperaban beneficiarse por largo tiempo de un empleo directo o indirecto; los compromisos adquiridos y ahora pendientes con proveedores; los gastos realizados en las entidades que otorgan los permisos de funcionamiento, y quién sabe cuántos otros problemas más. Aparte de las víctimas de estos encomiables, pero fallidos intentos, ¿a quién le duele sinceramente su suerte y hace algo por ellas?
Todavía quedan empleados, especialmente oficiales, que creen que el Estado se alimenta económicamente de sí mismo; que los fondos estatales se obtienen del dinero que a su antojo quiera emitir el Banco de la República; que desconocen o se niegan a reconocer que todas las prebendas de las que gozamos los empleados de planta, públicos y privados, son posibles gracias a las iniciativas y los riesgos que corren los grandes, medianos y pequeños emprendedores o empresarios. Generalmente, estos empleados se autoperciben y se presentan ante la sociedad como una masa sacrificada y explotada, ignorando que sus comodidades (así no sean las deseadas) sólo son posibles gracias el esfuerzo de esos arriesgados emprendedores que con sus impuestos alimentan las arcas de las que se extraen los salarios y demás prestaciones.
Cuando se está en cargos de planta, y más aún cuando se es empleado estatal de toda la vida (como en el caso de la ministra de Trabajo y de los expertos que la acompañan), se es propenso a desarrollar una mentalidad ajena a las incertidumbres de los emprendimientos particulares, en los que unos días se gana y otros se pierde. Eso explica por qué con tanta facilidad imponen a los emprendedores obligaciones muy justas en la teoría, pero impracticables en la realidad. En su brega diaria, un emprendedor tiene que hacer todo para subsistir: turnarse con sus ayudantes para aprovechar las 24 horas de todos los días de la semana sin importarle si son festivos; alimentarse mientras realiza su trabajo; hacer lo imposible para recaudar los aportes para salud y pensión, etc.
Las organizaciones sindicales, cuya función social no desconocemos, se concentran de modo egoísta y discriminatorio en la mejora de las condiciones de vida de quienes gozan del privilegio de tener un empleo estable, y lo hacen desentendiéndose o incluso denigrando y atacando abiertamente a los verdaderos contribuyentes (los emprendedores o empresarios). No es insensatez que al Ministerio del Trabajo le convendría más el nombre de Ministerio de los Empleados, pues como en mayo del año anterior lo expresaran algunos de sus expertos y lo ratificara la ministra, la misión de esta cartera no es crear empleo, sino mejorar las “precarias” condiciones de los empleados.
Jorge O. López V.
El estado de madurez o adultez
Señor director:
En muchas culturas, desde tiempos inmemoriales, siempre se usa el apelativo de viejo a las personas que van o vamos llegando a una edad avanzada. Por fortuna ni el reloj ni el calendario tienen diferenciación con nadie; corre para todos, no se detiene. Es un término peyorativo decir viejo o anciano, lo cual a nadie le gusta escucharlo y causa indisposición.
Es paradójico que cuando somos niños orgullosamente damos la edad y queremos ser grandes, pero con el paso del tiempo anhelamos volver a ser niños y a nadie le gusta decir cuántos años tiene y muchas veces nos quitamos la edad, satisfaciendo el ego y dando la impresión frente a los demás de que somos invencibles, cuando interiormente nos estamos engañando.
No debemos preocuparnos por el paso de los años, es algo imperativo; es procurar vivir de la mejor manera posible e irnos preparando para el día que ya nuestras luces se apaguen y el cuerpo por su misma naturaleza, concepción y estructura culmine su tránsito. Sufrir y tratar de oponerse a la realidad nos causa mayor angustia existencial, dejando de vivir por colocarnos las ataduras que nos flagelan.
Cada quien que se marcha a la eternidad en nada los afecta o los molesta, no lloran ni ríen, el tiempo sigue su rumbo como si nada fuera, los que pasamos somos nosotros cual golondrina que gime por la lluvia, para luego también morir en ella.
Alvaro Alzate Ussma.
La prudencia
Señor director:
El doctor Jorge Raad Aljure se expresó sumamente bien en la columna del 26 de marzo. Habló del catecismo y de la catequesis y analizó aspectos importantes de la prudencia.
El filósofo francés Jacques Maritain, auditor laico en el Concilio Vaticano II, definió o describió la prudencia en estos términos, palabras más, palabras menos: “Reina de las virtudes morales, noble y hecha para mandar porque dirige nuestros actos a un fin último que es Dios, soberanamente amado”.
Atentamente,
Observador católico
Alerta con algunas inmobiliarias de Manizales
Señor director:
Es una triste historia la de un funcionario que por motivos de trabajo debía trasladarse a otra ciudad. El funcionario en mención se encontraba como inquilino en un apartamento alquilado por una inmobiliaria de la ciudad, su contrato vencía el 30 de marzo del año en curso y desde el primer día de este mes se le informó por escrito a la inmobiliaria que debía salir de la ciudad el día 20 de marzo a pesar de haber cancelado el canon de arrendamiento correspondiente por todo el mes.
La inmobiliaria le responde que el comunicado se debió haber hecho con tres meses de antelación, antes del vencimiento del contrato. Teniendo en cuenta que el desplazamiento para otra ciudad fue inesperado y fortuito, se acude a la inmobiliaria con el ánimo de conciliar. La respuesta fue que debe cancelar una multa de tres meses de arriendo y como no se tiene todo el dinero completo en el momento, debido a la premura del tiempo para el desplazamiento a la nueva ciudad para el nuevo cargo, se le hace un ofrecimiento. La inmobiliaria no acepta y advierte que de no pagarlos inmediatamente, no se le permitirá sacar sus pertenencias del apartamento.
Esta actitud tan radical afecta de manera muy severa el estado anímico y emocional del cliente y por supuesto de su familia.
A manera de reflexión: sería muy conveniente que las inmobiliarias revisaran algunas normas tan injustas y radicales, con las que se anula el diálogo y la concertación, afectando la tranquilidad y la toma de decisiones oportunas para mejorar la calidad de vida de sus clientes que se han destacado en responsabilidad y cumplimiento en el pago del arrendamiento. Es imposible dar un aviso con antelación a tres meses cuando se ha presentado la oportunidad de un cambio para ir a laborar o vivir a otro lugar, son casos inesperados que el destino nos presenta.
Como suplica el Chapulín Colorado: ¿… y ahora... ¿quién podrá defenderme?
Y como dice la canción: “Ni Gucci ni Prada”.
Suscriptora
Por favor, dejar a los taurófilos en paz
Señor director:
Considero que todos los caldenses que están en el Congreso de Colombia deberían por simple cariño a la Patria chica, no dejar que se extingan en el país las corridas de toros, porque ello llevaría al fracaso a la Feria de Manizales, que a nivel nacional e internacional perdería todo su atractivo con el fanático actuar. Los toros no tienen reemplazo, además que son la columna vertebral del festejo. A los que no les guste el Arte de Cúchares bien pueden irse a jugar tejo o billar. Déjenle la vida tranquila y en paz a los taurófilos.
Indicado el momento para escribir que tampoco deben ser tan dictatoriales al querer acabar también con las riñas de gallos, las corralejas y otras expresiones parecidas, muy ligadas al alma en variados segmentos de la población. Lo interesante sí sería que los detractores de tales gustos se preocuparan más por la alta criminalidad que se vive en el país y entregaran soluciones. Ni los gallos, ni los toros, ni las corralejas provocan grados de inseguridad en las familias, además de que están inmersas dentro de la economía naranja.
Rogelio Vallejo Obando
Observaciones al Hospital Infantil
Señor director:
En reciente visita al Hospital Infantil para utilizar servicios de radiología he observado, en calidad de arquitecto, algunos aspectos que de acuerdo a normas para entidades públicas causan preocupación. El Hospital Infantil, tan querido por todos los manizaleños y la región, tiene un solo acceso de aproximadamente de 2.50 de ancho que dada su función está diariamente utilizado por todos sus usuarios que no son pocos.
Dicho acceso tiene una puerta de vidrio templado a 2 naves y solo permanece una de ellas abierta y la otra cerrada. El área de la nave cerrada y un mueble mostrador colocado pegado a la nave de la puerta reducen el acceso a la mitad del espacio de 2.50. Allí se aglomeran quienes requieren información, están en tratamiento o buscan servicios de toda índole. Los edificios públicos deben estar con el acceso libre de todo obstáculo, más los nuestros, tan propensos a calamidades con temblores, terremotos, explosiones o inundaciones que producen estampidas multitudinarias hacia la calle.
Un edificio de este tamaño, con tal cantidad de usuarios, con un acceso bloqueado al 50% de su área, por un mostrador pegado a la puerta, es la suma del absurdo para momentos críticos. Resalta más esta situación anómala en cuanto a que está vinculada la Cruz Roja, que maneja todo lo que es prevención y atención de desastres y situaciones extremas, y tienen el peligro en la puerta.
Las normas para evacuación de edificios públicos determinan que la circulación debe estar completamente despejada de obstáculos y abrir hacia afuera para casos de emergencias, de las cuales no estamos exentos en este medio. Todo lo aquí descrito fue expresado en un buzón de quejas, sugerencias y reclamos sin que se tuvieran en cuenta. Puede más la arrogancia que la lógica.
Los hospitales, también por norma, deben estar alejados a prudente distancia de las vías arterias como lo es la avenida Santander. En este caso el retiro, en lugar de ser una amable plazoleta de acceso y circulación para tan alto número de usuarios, está destinado a parqueaderos que dificulta en grado sumo la función de acceso cómodo y normal al hospital. Los usuarios permanecen entre vehículo y vehículo sentados en el andén, produciendo una imagen absurda a los ojos de transeúntes y vehículos que cruzan por la avenida. Un mínimo de comodidad para los que deben esperar forzosamente, porque no los dejan ingresar, es necesario para remediar tamaño espectáculo. Conozco muchos establecimientos de esta índole y todos tienen un mínimo de comodidad para quienes necesariamente tienen que acudir allí.
Arq. Benjamín Patiño Toro
Responde el Hospital Infantil
Señor director:
Hemos recibido copia de la carta enviada por el arquitecto Benjamín Patiño Toro, quien fue atendido en su momento por nuestra funcionaria de Calidad, quien tomó nota de su manifestación, la cual motivó una acción de mejora en nuestra institución. Es así como estamos rediseñando un espacio para reubicar el escritorio que obstaculiza el adecuado funcionamiento de la salida, que esperamos quede libre en un breve tiempo.
Seguiremos trabajando en brindarles los mejores servicios y comodidades a todos nuestros usuarios y agradecemos al arquitecto sus recomendaciones y manifestaciones de afecto para nuestro Hospital.
Juan Carlos Gómez Muñoz,
gerente del Hospital Infantil.
Equivocarse es de humanos
Señor director:
Los seres humanos, en nuestra lucha por la supervivencia, hemos dedicado nuestros esfuerzos a satisfacer nuestras necesidades básicas, fundamentalmente el hambre. Dotados de razonamiento, podemos pensar, amar, soñar, imaginar, crear, curiosear y retornar al pasado. En este sentido, la memoria juega un papel crucial para rescatar nuestra historia, apuntalarnos en el ahora y construir el futuro. Los errores, los problemas emocionales, los bloqueos, los temores, las dudas y los miedos quedan al descubierto cuando accedemos a ese paquete de recuerdos.
Daniel Pink, un reconocido pensador contemporáneo, ha estudiado por más de dos décadas el comportamiento humano. En su libro Las bondades del arrepentimiento, estudia una emoción común, desagradable e incomprendida. Esta sensación negativa surge cuando reflexionamos sobre todas las acciones pasadas y deseamos haber actuado de modo distinto. El remordimiento, o pesar interno, nos aqueja después de realizar una mala acción. Por ejemplo: “No escuché con atención los consejos de mis padres. No hice ejercicio, mi dieta no fue balanceada y ahora estoy en muy mal estado de salud. No invité a la pareja de mis sueños. No estudié lo que deseaba. No cristalicé un negocio. No me hice escuchar sobre un tema de importancia. No permití restablecer una relación con la persona que amaba. Gasté demasiado dinero y ahorré muy poco. Acosé a un compañero en el colegio. Le fui infiel a mi esposa”.
Pink destaca que, para sacar provecho del arrepentimiento, debemos aceptarlo, enfrentarlo, socializarlo y aprender de él, reconociendo que es una experiencia compartida por todos, independientemente de nuestra procedencia o condición. Cuando nos equivocamos, nuestro diálogo interno a menudo es duro y cruel, y la evidencia indica que debemos tratarnos con amabilidad en lugar de desprecio. Al analizar nuestros errores y las emociones que generan, podemos transformar el arrepentimiento en una fuerza positiva. Este proceso terapéutico nos permite liberarnos de patrones tóxicos arraigados en el pasado, impulsándonos hacia una vida más plena y consciente. Nos ayuda a tomar mejores decisiones, fortalecer nuestras relaciones interpersonales, abrir caminos para avanzar y vivir mejor, cultivar y proteger amistades, optimizar nuestra relación de pareja, negociar y ser más exitosos en el trabajo y la academia, y alcanzar el éxito en diferentes ámbitos de nuestras vidas.
Un ejemplo notorio de este proceso es el caso de Salvatore Mancuso, un bandido que azotó gran parte de la geografía nacional cuando comandó las Autodefensas Unidas de Colombia. Además de narcotraficante, se lo acusa de haber cometido innumerables crímenes, magnicidios y masacres, que hicieron posible la existencia de fosas comunes donde se encontraron cuerpos de niños y niñas. Él se sometió a la Ley de Justicia y Paz y se entregó a las autoridades el 16 de agosto de 2006, para luego ser extraditado a los Estados Unidos. Ahora está de regreso a Colombia, como gestor de paz, y esperamos que colabore con la justicia para esclarecer todos sus crímenes de lesa humanidad. Aunque sus acciones pasadas hayan causado un profundo sufrimiento, su disposición a enfrentar las consecuencias y buscar el perdón es un testimonio del potencial transformador del arrepentimiento.
En conclusión, equivocarse es una parte inevitable de la experiencia humana, pero el arrepentimiento y la aceptación de nuestros errores nos permiten crecer y avanzar hacia una vida más plena y consciente. Aunque no se justifican las atrocidades cometidas por este criminal que causó daños irreparables, pues estamos del lado de las víctimas, los dolientes y los desplazados, sí es un claro ejemplo del poder del remordimiento, el arrepentimiento y el perdón.
Orlando Salgado Ramírez
Reminiscencias educativas
Señor director:
Inexorablemente todo cambia por la dinámica interna de fuerzas intrínsecas o por factores externos. De una u otra manera todo lo que existe está sujeto a cambios, a transformaciones o a desaparecer como ley natural. Afortunadamente, la ley de la mutación existe y es la responsable del desarrollo que de forma inevitable se da como consecuencia del progreso, como tarea indeclinable para la cual fuimos creados y como peregrinos por la tierra, responsables de ser cada día mejores.
Por suerte, tenemos el sagrado derecho de disentir y ver los hechos con nuestras propias gafas sin que las discrepancias rompan la armonía objetiva de hablar o pensar, según algunos ex cathedra, pontificando sobre temas que son de libre examen sin que se violenten las leyes elementales de la subjetividad. Todos los seres humanos tenemos un gran laboratorio intelectual que nos permite reconocer que todo tiene su época y que todos los humanos, para bien o para mal, tenemos nuestras propias verdades, algunas irracionales y otras simplemente de obtener un espacio basados en el erróneo concepto de no perder aunque no les asista la razón.
Cada época tiene sus encantos, sus luces y sombras que quedan muy bien guardados en el estuche de los recuerdos. Si se compara la educación de ayer con la de hoy difícilmente se encuentran afinidades. Entre una y otra hay profundos abismos que señalan enfoques, metodologías, prácticas pedagógicas, por no hablar de epistemologías muy contrapuestas que difícilmente resultarían reconciliables o compatibles. La memoria prevalecía sobre la racionalidad, el aprendizaje era individual y egoísta, los aportes de los estudiantes eran mínimos, los contenidos ocupaban la preocupación del maestro: “Hay que terminar el programa”, la evaluación era rigurosa y estricta, predominaba el empirismo, la disciplina y el miedo, que se traducían en “respeto sacro” por el maestro, quien era el dueño y amo absoluto del aula de clase y de la verdad”.
Magister Dixit o Ipse Dixit (lo ha dicho el maestro), significando que en el aula solamente el maestro tenía la palabra y era dueño del discurso que se convertía en un monólogo por el expectante silencio que los alumnos en su oscura ignorancia deberían recibir la luz de su mentor; sin refutaciones, ni contradicciones. El maestro (no todos) encarnaba la autoridad que estaba investida de cierta divinidad y el “respeto” lo imponía con autoritarismo, autocracia, maltratos verbales con expresiones que humillaban y denigraban la autoestima cuando el ínclito maestro en medio de su ironía e irascibilidad hacía uso de su prepotencia y a veces de ingeniosidad.
Hubo maestros, así llamaban a los de la básica primaria, y profesores a los de secundaria, que fueron los campeones de la memoria y recitaban sin gaguear los ciento y no sé cuántos huesos del cuerpo humano, los músculos, los elementos de la tabla periódica o de Mendeleiev y eran el terror tomando la lección oral; fijando más su atención en las equivocaciones para verificar que su discípulo sí sabía repetir de corrido, y si esto no ocurría la complacencia era mucha para colocar la mínima calificación de uno o cero.
No había aprendizaje, ni socialización, ni discernimiento intelectual, ni aportes, ni intercambio activo de conocimientos, sólo el maestro tenía la palabra. Algunos fueron tan matones que llegaron a ser famosos y su anecdotario tristemente célebre. Me quedo con la escuela de hoy, aunque tenga más nubes grises que esplendidez intelectual.
Elceario de J. Arias Aristizábal
Se ve y se siente
Señor director:
Colocadle el nombre que queráis porque se ve y se siente a quien todo lo ha creado, pues el universo no podía surgir solo en toda su majestuosidad sin que un ser superior y omnipotente interviniera. Nos basta solo con mirar nuestro cuerpo y contemplar cada órgano y cada sentido para nutrirnos de amor, fe y elevar el donaire. Sabemos cuántas veces palpita nuestro corazón desde que nacemos hasta que morimos y cuántas veces respiramos. El poder abrir los ojos cada día para contemplar el mundo, los seres amados, los amigos, y nuestros semejantes en su entorno. Disfrutar la abeja haciendo su panal para allí posarse y generar su miel del néctar que produce las flores para alimentarnos. Disfrutar los frutos que produce en variedad y abundancia la madre tierra, que no se cansa de darnos su pábulo. Quién se siente capaz de crear una estrella o un lucero, ver el sol dándonos calor y generando vida. La luna cumpliendo su misión acompañándonos en su silencio y velando por nosotros allá en la lejanía.
Nos detenemos a pensar quién sería capaz de crear una partícula de agua con sus componentes. Quién es capaz de crear un ser humano o cualquier ser viviente para que pueda habitar la tierra, los mares y los aires. Quién cree que fabricó el oro, el diamante, como los demás elementos imprescindibles para nuestra supervivencia y goce de ellos. Los millares de plantas para beneficio de nosotros en el planeta tierra, los animales de diferente especie también para apoyar y acompañar al ser humano, colmándolo de cariño.
Se ve y se siente en el ambiente, en las aves y pájaros de múltiples colores y especies, se ve y se siente con deleite en la presencia inocente de los niños que juegan y sonríen. En los padres que aman y luchan por sus hijos, en el mendigo y el anciano que aunque camine lento muy consciente de su ocaso, pero ansioso por vivir. Se ve y se siente en el ciego, en el sordo y en el mudo, cuando se aferran a la vida y jamás reniegan de ella. Se ve y se siente en las flores como en su delicioso aroma, en los manantiales cristalinos que corren silenciosos en las noches y los bellos amaneceres. Se ve y se siente en el abrazo de un amigo, en el dulce beso a quien se ama. Se ve y se siente al germinar el trigo que se desgrana para convertirlo en pan. Se ve y se siente cuando cae la lluvia para irrigar la tierra.
Se ve y se siente en el copo de algodón que culmina su camino en fino abrigo que cubre con delicada emoción. Se ve y se siente en el capullo que con orgullo pasa por su crisálida generando la linda seda que nos adorna la piel alejados de la hiel con frenética bondad. Se ve y se siente en el que sueña y eleva su espíritu al infinito esperando en cada despertar extasiarse con sus triunfos.
Álvaro Alzate Ussma