Bachilleres sonríen y lloran por el servicio militar

FELIPE MOTOA FRANCO

La mañana se pintó de blanco por la niebla. En la Plaza de Toros no desfilaron astados y toreros sino jóvenes llamados a resolver su situación militar. El proceso de alistamiento de soldados bachilleres incluyó a graduados del colegio entre el 2013 y el 2014. Hubo 1.200 citados y de esos, llegaron alrededor de 800.

Desde diversos puntos de vista se atestiguó la jornada de ayer, que empezó a las 6:00 de la mañana y se alargó hasta el final de la tarde cuando tres centenares de reclutas se montaron a los buses y camiones que se los llevaron camino a la milicia. Quienes no resultaron aptos o fueron descartados, cuentan con 72 días para tramitar sus libretas militares o legalizar aplazamientos por estudios.

El oficial

Identifíquese: capitán del Ejército Yéfer Aldo Aponte, jefe de distrito.

Acción: sentado en el pasillo que da acceso a las tribunas del lugar, revisa su tableta y computador. Anota cédulas y nombres. Desde su mesa coordina al pelotón que hoy no es de combate sino de logística. Oye al sargento primero Luna, quien ordena las tribunas con un altoparlante en la mano.

Declaración de Aponte: "Hoy se define si quedan aptos y de una vez se incorporan y son trasladados a Tolemaida. Como es obligatorio, no pueden pagar libreta militar, deben prestar su servicio. De lo contrario deben pagar la multa correspondiente de dos salarios mínimos mensuales legales vigentes. Ya tenemos 50 voluntarios (8:55 a.m.)".

La madre

Identifíquese: Nidia Galeano, mamá de Cristian Montoya (18 años, el menor de tres hermanos).

Acción: alarga el cuello para ver por encima de al menos 50 personas, la mayoría mujeres, que se aglomeran junto a la puerta de entrada de la Plaza de Toros. La mayoría madres. La totalidad desconoce si sus hijos se van o se quedan. Una le pregunta al soldado que bloquea el ingreso: "¿A qué horas salen?, ¿será que a mi hijo se lo llevan?, ¿usted le podría entrar unas papitas?". Para todo, similar respuesta: "No sé, señora"; "no se sabe, hay que esperar"; "no puedo".

Declare: "Llegamos a las 6:30 de la mañana y la cola para entrar le daba la vuelta a la plaza, hasta El Bosque. Él está tranquilo, hizo papeles para irse a la Policía, pero no le respondieron". Se calla, traga saliva. Los ojos se le aguan. "La que no está tranquila soy yo porque me dijo dijo: ´mami, pues me regalo para el Ejército`".

Resolución: apto, va para Tolemaida.

El voluntario

Identifíquese: Daniel García, 19 años, vivo en el barrio El Bosque, bachiller, le colaboro a mi papá en construcción.

Acción: una mano, forrada en guante de látex, hurga en la boca del muchacho. Muelas, incisivos, encía. La misma mano le indica que pase a la siguiente revisión. El médico, tras una pared, revisa sus genitales y le dice que espere afuera. Después lo llama: "Daniel, usted va para general, no tiene inhabilidad". "Dios lo oiga", responde. Camina erguido y traza en su semblante una sonrisa de oreja a oreja. Se sienta en la escalinata junto a los que esperan el último examen, el psicológico.

Declare: "Me quiero ir, es una experiencia que no se vive en un pueblo ni en una ciudad. No me gustan las armas, son pura sal. En el Ejército sí, para combatir a la delincuencia y a los narcotraficantes. Ponga en el titular que somos soldados de Dios".

Resolución: apto, va para Tolemaida.