El derrumbe les cambió la perspectiva. Ahora ven su hogar desde afuera, expuesto a la vista de peatones. De habitantes a observadores, esperan que ese cambio sea temporal.

Yorelis Esther Vargas Rivero es una cocinera que se alistaba para trabajar el pasado domingo (16 de noviembre). Alrededor de las 5:00 de la tarde, un estruendo la hizo temer lo peor. Supuso que "se vino el cerro por la lluvia". Tenía razón.

Instantes después, su residencia, ubicada en el barrio Galán de Manizales, en la calle 31 #12-17, se llenó de gritos que pedían ayuda. Vargas aún recuerda cómo el derrumbe empujó la vivienda y angostó las paredes.

Al llamado acudieron vecinos, quienes rompieron muros y ventanas y ayudaron a evacuar a los habitantes de las tres plantas de la casa, en el sector Culebrero. Asegura que su familia perdió casi todo: camas, clósets, ropa, comida y medicamentos. Solo quedó "la parte de atrás, la nevera y la cocina". Hoy se aloja a cuatro casas de su hogar y se refugia en una mirada optimista: valora que no hubo heridos de gravedad.

11 personas de tres familias habitaban los tres niveles de la casa ubicada en la calle 31 #12-17, en Manizales. En la foto, Frank Eduard Díaz Villegas y Yorelis Esther Vargas Rivero señalan los estragos que causó el derrumbe en su hogar.

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¿Una cancha salvavidas?

Este martes (18 de noviembre), un derrumbe volvió a tapar los dos carriles de la vía en el sector Culebrero, del barrio Galán. Maquinaria lo despejaba en la tarde.

La ladera del sector se divide por actividades. Cuando se alza la mirada se observan las 'escaleras del Culebrero', una cancha, un paso peatonal, escombros y, en la cima, las viviendas de La Pelusa.

El espacio deportivo fue reparado hace poco y ayudó a contener el deslizamiento del domingo, según Vargas. "Si no arreglaban la malla, que estaba oxidada, habría sido peor", considera.

El mismo aguacero que causó el movimiento de tierra, indica, alejó a los niños de la cancha antes de la emergencia. Hoy ve con recelo la montaña, asegura que en la parte alta de la ladera tiran basura que tapa las canaletas.

Otro aguacero, el lunes, le robó la tranquilidad en su hogar temporal, en su misma cuadra. Relata que se sentían temblores en casas del sector. Aunque perdió la tranquilidad, espera recuperar sus bienes con ayuda de la Alcaldía.

"Nos tenemos que preparar para eventos extremos de variabilidad climática (...). En un corto tiempo, podemos tener precipitaciones concentradas", advierte la Unidad de Gestión del Riesgo de Manizales.

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"Dos vecinos, dos ángeles"

Yulia Esther Rivero Montero también se alistaba para trabajar el pasado domingo, cuando "la tierra se estremeció". Ella comparte techo con Yorelis Esther Vargas, Frank Eduard Díaz Villegas y tres menores. Allí vive desde hace cinco años.

El estruendo delató el derrumbe. Mientras intentaba alertar a su esposo, sintió el golpe y la caída de paredes. Las habitaciones se estrecharon y temió ser aplastada. Luego llegó su mayor susto y alivio. "Una de mis hijas me gritaba que quedó atrapada en una habitación. Fue horrible. Llegaron dos vecinos, dos ángeles", recuerda sobre el rescate de su familia.

Para Rivero, trabajadora de servicios generales, la esperanza de recuperar su hogar está en manos de la ayuda que le brinde la Alcaldía.

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Un acto heroico

Yesenia Márquez, afectada por el derrumbe en la misma casa de la calle 31 #12-17, también cierra su testimonio con un llamado para la Alcaldía: "Se comprometió a ayudarnos, pero esta es la hora en la que no dan la cara".

Desde hace siete años vive allí con su esposo, Jhon Freddy Aristizábal Espinoza, y tres menores. Prefiere enfocar su relato en quienes la ayudaron el domingo: "Los vecinos pusieron su corazón y granito de arena para ayudarnos. Como héroes, nos abrieron la puerta. Reventaron las ventanas para poder salir. Estábamos atrapados".

Ese día los recibieron en otro hogar de la zona, pero ansía encontrar una solución para su familia. "No estamos acostumbrados a vivir o molestar en una casa ajena", dice. Los cinco vivían en el piso medio de la vivienda afectada, que hoy corre peligro por el techo y el piso. La reparación, explica, requeriría demoler y reconstruir el techo y la estructura. Tiene claro el objetivo, pero no los medios: "Necesitamos buscar arriendo".

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Diagnóstico, obras y ayuda

Diego Armando Rivera Gutiérrez, director de la Unidad de Gestión del Riesgo de Manizales, le explica a LA PATRIA qué pasó en la tarde del pasado domingo en el sector Culebrero, del barrio Galán.

• Diagnóstico: "En la tarde se presentaron lluvias importantes en el municipio y tuvimos una concentración de 20 milímetros en una hora. Esta acumulación de aguas lluvias saturó la corona de la ladera y se presentó un deslave". Rivera asegura que inmediatamente se activaron los mecanismos de socorro. Allí se identificaron cinco familias y dos viviendas afectadas, no destruidas, que se pueden recuperar. Agrega que toda la ladera del barrio Galán es una zona de amenaza alta, según el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Sin embargo, allí hay obras de mitigación y de momento no planean reubicaciones.
   
• Obras: retiraron el derrumbe de la vía; perfilan el talud para evacuar material de la ladera; verifican redes de acueducto con Aguas de Manizales; las Guardianas de la Ladera limpiaron canales, cunetas y bajantes, y Emas y la Secretaría de Medio Ambiente recuperaron residuos sólidos. "En la ladera, la comunidad arroja residuos de manera permanente. Encontramos escombros, colchones, sofás y cobijas". El lunes retiraron 1,5 toneladas de residuos sólidos de la ladera y siguen interviniendo. Una vez tengan el informe de los estudios topográficos, diseñarían las obras de mitigación definitivas.
   
• Ayuda: Rivera promete que la Alcaldía entregará auxilios de arrendamiento.

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Reclaman escucha

"Estamos inconformes. Hemos tenido muchas tragedias: personas a las que se les quemaron sus casas. Tenemos alcalde, pero no se ha hecho presente. Requerimos su presencia para que nos escuche", pide Mariana Gallón Zapata, líder social en el barrio Galán, de Manizales. Agrega que desde hace 12 años han denunciado grietas en la ladera. Además, solicita cámaras para evitar que en la parte alta de la ladera tiren escombros, madera y sanitarios.

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