Un usuario de transporte público en Manizales resaltó la honradez de un taxista que le devolvió un bolso olvidado en el vehículo de número lateral F1255.

“Quiero destacar la gran labor de este taxista, se nos acababa de quedar un bolso con objetos personales, y al momento de llamar al celular contestó y de una llegó para devolver las cosas. Hagamos famosos a los buenos, porque los buenos somos más”, destacó la persona.

Este hecho fue visto por un ciudadano español, quien también quiso contar su experiencia con la ayuda que recibió de un taxista luego de que él salió a una discoteca de Manizales, pero después resultó en un apartamento en condiciones anormales, de acuerdo con su relato.

Esta es su historia:

Miguel Ángel Moreno llegó a Manizales desde el 25 de septiembre y espera quedarse hasta después de Ferias. En la capital caldense vive la familia de su cuñada, por Fátima y Aranjuez. Él alquiló un apartamento cerca de la Universidad Católica.

El hombre, de 44 años, ya había estado antes en la ciudad, pero en esta ocasión encontró dos problemas:

1. 1. La lluvia.
2. 2. En su primera visita le fue fácil conocer personas gracias a la ayuda de los familiares de la cuñada, pero ahora está reacio a nuevas amistades. "No me ha ido del todo bien, se han querido aprovechar, me drogaron y me llevaron a un sitio que no conocía", comenta.

Miguel Ángel explica que conoció a una mujer en El Cable y tomaron cerveza. Ella le dio una sustancia (tusi) que no había probado y ahí perdió su fuerza de voluntad, según cuenta.

"Estaba bebido, prendido. Tuve una sensación malísima. Me sentía en un videojuego, sabía todo a mi alrededor, pero no era responsable", expresa.

El ciudadano español recuerda que estaban en una fiesta tecno y la mujer lo subió a un carro y lo llevó a otro lugar, del que no sabe la dirección. "Era un apartamento y había otras dos personas: uno estaba poniendo música y otro cocinando droga. Me ofrecieron, dije que no, me insistieron, pero no me obligaron. Era ketamina, me dio pavor".

Como pudo, en un descuido de las personas, el hombre se les voló a las 4:00 a.m. "Bajé cinco pisos y salí a una avenida de dos carriles, en cada sentido. Pasó un taxi, lo abordé y le expliqué lo que pasaba. Me llevó a la casa, aunque no tenía dinero para pagarle".

Miguel, agradecido con Bernando, el taxista, asegura que el conductor lo regañó y le dijo que no se podía fiar de nadie porque las personas no daban sin pedir nada a cambio.

"Estuvo pendiente y se ha preocupado harto por mí. Quiero dar a conocer lo que Bernando hizo por mí. Le debo la vida, tampoco sé lo que me hubieran podido hacer", asevera.

El ciudadano no llevó ese día celular, solo una cartera con dinero (se lo quitaron). Y aunque agradece la labor del taxista, expresa: "No me siento a gusto del todo escuchando uno o dos apuñalamientos cerca de El Cable. Me restringe hacer amistades. La Santander es un sitio bonito, pero no libre de pecado".

Miguel y Bernando ahora son amigos y siempre acude a él para movilizarse. "He hecho una amistad, solamente lo llamo a él".

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