FOTOS | LUIS DAVID PATIÑO | LA PATRIA
La Estrella de Mar, pescadería con una década en el sector
Andrés Quintero, propietario de Mascofarma, abrió su local hace 4 años cuando su hija Violeta nació. Ella fue la motivación para emprender. En la pandemia dejó su trabajo y decidió apostarle a su negocio propio que le permitiera estar más cerca de su familia.
Así nació Mascofarma, establecimiento que ofrece consulta general y especializada para mascotas. “Mensualmente vendemos entre 1.000 y 1.200 productos” agregó Quintero.
Asegura que las obras del bulevar lo han afectado. La bahía de parqueo que había era fundamental para recibir a clientes con mascotas grandes, nerviosas o difíciles de movilizar. “La gente tiene que dejar el carro lejos o prefiere no venir. Los últimos 3 meses bajamos un 50% en ventas”, afirmó. Aun así, espera que el proyecto avance rápido para mitigar el impacto en el comercio del sector.

Mascofarma diariamente atienden entre 12 a 15 pacientes
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Felices, pero afectados
Ismael Zuluaga, dueño de Gamacolor, un almacén de pinturas automotrices y arquitectónicas, lleva diez años ubicado en el mismo punto. Proviene de una familia dedicada por generaciones al oficio. Según él, se han visto afectados, pero es optimista. "No nos quejamos tanto. Las ventas bajaron, pero salimos adelante con el servicio de mensajería” explicó.

Gamacolor cuenta con tres empleados: un colorista y dos mensajeros
Dependen del flujo diario
Alexander Castro, propietario de Carnes Especiales Alex, tiene cuatro empleados y sacrifica semanalmente 2 novillos y 3 cerdos. Sus ventas promedian 40 millones de pesos mensuales.
Dice que el mayor inconveniente es la dificultad para que los clientes en carro accedan. Sin embargo, considera que los trabajos están bien. “Cada obra trae su problema: si llueve, es el agua; si hace sol, es el polvo. La gente en carro ha dejado de venir, pero igual hacemos domicilios” comentó.
Jonathan Marín es dueño de La Estrella de Mar, pescadería con 10 años. Empezó como domiciliario y después se independizó. Explica que las ventas bajaron por la falta de parqueo, aunque el servicio a domicilio se mantiene estable. “Tránsito antes quitaba los carros, ahora han sido más flexibles, pero igual la gente no tiene dónde parquear” afirmó.

Alexander Castro completa 14 años en su local actual y lleva desde 1994 trabajando en el sector. Pasó de ser domiciliario a abrir su propia carnicería en 2012.
Pérdidas fuertes en negocios nuevos
Leidy Osorio, propietaria de Disfruver, abrió su negocio hace un año y cuatro meses junto a su esposo, César Augusto Jaramillo. Cuando completaban el primer año de funcionamiento comenzó la obra del bulevar lo que redujo considerablemente sus ventas. “Hemos tenido pérdidas del 50%” aseguró.
Reconoce que el proyecto embellecerá el sector, pero mientras tanto la vía cerrada hace que los clientes prefieran otros fruver del barrio. “Los fines de semana es más difícil porque la gente del sector se va” agregó.

Leidy Osorio dice que antes vendía entre 20 millones a 25 millones.
Esperan avances
Los comerciantes de San Jorge coinciden en que el proyecto del bulevar traerá beneficios a largo plazo, pero hoy enfrentan disminuciones en ventas, dificultades de acceso, cortes de servicios y problemas de movilidad. A pesar de eso, todos continúan trabajando y adaptándose con domicilios y mensajería. Los propietarios piden más organización y agilidad en las obras para evitar que la transformación del barrio termine poniendo en riesgo la permanencia de sus negocios.
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