Moisés Noriega Lara es un ingeniero civil estructuralista que elaboró inicialmente el diseño estructural y el estudio de suelos del edificio Shalom III en Manizales, del cual se retiró por decisión del propietario. Relata cómo llegó a hacerse cargo del reforzamiento estructural del predio, por solicitud de los copropietarios, con el fin de evitar la demolición. “Encontré que existe una estabilidad total, o sea que no ofrece peligro a la comunidad. Hay desprendimiento de los revoques de las fachadas, lo que da la impresión de que se está cayendo a pedazos. Atria, la firma consultora que hizo el estudio de vulnerabilidad inicial, parte de la hipótesis de se va a caer, por lo cual ordenaron el desalojo. Mi hipótesis es que el edificio no se va a derrumbar, ni presenta grietas, ni asentamientos. Desde el inicio del proceso se viene llevando un récord fotográfico y control de la verticalidad, constatando que no se ha movido”, es la teoría del ingeniero Noriega.

Exageraciones

Shalom III, ubicado sobre la avenida Santander con calle 51, es un edificio que desde el 2020 afronta un proceso administrativo, con orden de demolición, por una multa que le impusieron a los constructores por infracciones a las normas urbanísticas. También se ordenó el desalojo de todos los apartamentos y desde entonces el predio se ha venido deteriorando, al menos en su fachada.

Noriega considera que las observaciones de Atria son exageradas y generadoras de pánico. “Pasado un tiempo, el concreto mejora su resistencia y la edificación llega a su asentamiento total logrando estabilidad”. Confía tanto en ello que asegura podría llevarse a su familia a vivir allí sin ningún temor.

La propuesta Noriega

Según este ingeniero, “el constructor le disminuyó hierro a unas columnas y obviamente unos pisos se arquearon, pero lo vamos a corregir. El defecto más grave es que no cumple las derivas, que es el movimiento lateral de una construcción en un sismo, si no cumple en caso de una solicitud sísmica, no tendrá resistencia. Hay que desmontar el ascensor y construir una torre en concreto fino (4.000PSI) con buena cimentación y cinco pantallas en ambos sentidos, que darán rigidez y cumplimento de los parámetros exigidos”.

Afirma que revisó la cimentación del Shalom cuidadosamente: “Cuando la cimentación falla aparecen grietas, se dañan las tuberías y las puertas se desajustan. No se ha presentado ninguna de estas circunstancias”. Además detectó que los garajes bajo el nivel de la avenida tienen siete pilastras a siete metros de profundidad, sobre terreno firme. La conclusión del ingeniero Noriega: “el edificio se va a salvar”.

Señala que Antonio Gómez y Fabio Botero, que son dos propietarios, garantizan los dineros para el reforzamiento, aunque un comité administrativo fijará las cuotas de cada uno de los demás propietarios para ejecutar los trabajos que podrían costar unos mil millones de pesos. La odontóloga Liliana María Zuluaga Hoyos, administradora del edificio, resalta la confianza de la mayoría de los propietarios en la propuesta de Noriega.

Lo que ha pasado

Álvaro Vásquez Vásquez, ingeniero civil de la Unidad de Gestión del Riesgo de Manizales, se refiere a lo que provocó las sanciones sobre el Shalom III como consecuencia de los desacatos a las normas de construcción vigentes, dando origen a que se solicitara la evacuación y posterior demolición.

“Un estudio de vulnerabilidad posterior, elaborado por una auditoría externa (Atria) corroboró las fallas. Se conminó a la constructora a hacer un reforzamiento estructural. Cumplido el plazo, no se hizo ninguna intervención, entonces se pasó a un proceso por amenaza de ruina y surtido el trámite se decretó la demolición. Este 2024 la copropiedad y el constructor se manifestaron independientemente, en el sentido que no se haga demolición y se permita reforzar el edificio siguiendo las recomendaciones del estudio de vulnerabilidad”, explica Vásquez.

* Arquitecto.

jowija_5@hotmail.com

Recorrido por el edificio Shalom III en Manizales

La solución

Según el ingeniero Álvaro Vásquez, la Alcaldía a través de la Secretaría del Interior y de la Unidad de Gestión del Riesgo -en la que labora-, les plantearon a los interesados en el reforzamiento una propuesta que consiste en tramitar la licencia ante una curaduría urbana en la modalidad de reforzamiento estructural, que cumpla con las NSR10 teniendo en cuenta que esa es la función de la curaduría. “Estamos en ese punto”.

Agrega que se debe tener en cuenta que existe un acto administrativo ordenando la demolición. "Con la licencia aprobada se puede interponer un recurso de reposición, para que se suspenda ese acto administrativo por un tiempo límite, prudente y razonable; siempre y cuando se demuestre que se está ejecutando el proceso de reforzamiento. Cuando se cumpla con las medidas ordenadas quedará sin efectos la orden de demolición y daremos el permiso de ocupación, previa verificación de Planeación Municipal, del cumplimiento de otros temas arquitectónicos que se tienen”.

Paula Andrea Sánchez Gutiérrez, secretaria del Interior de Manizales, señala que con la Secretaría de Planeación se han reunido en muchas ocasiones con los representantes del edificio Shalom y con la curadora. "Ya emitimos un concepto a la curaduría que competa, para que inicie en su saber y entender los tramites para otorgar la licencia de reforzamiento o lo que la norma establezca, previa recepción de los documentos requeridos para este fin”.

La Alcaldía considera que demoler sería llevar a los implicados a un escenario de mayor revictimización y cree que se les debe dar la oportunidad de salvar sus patrimonios. “Estamos de parte de ellos, en el sentido de que se les abra una nueva oportunidad. Ya ha sido suficiente con que hayan tenido que salir de sus inmuebles, además de los enormes daños patrimoniales que han sufrido. Posteriormente revisaremos, a través de la Inspección de Control Urbano, que tengan la licencia respectiva y haremos el seguimiento para que durante la ejecución se cumpla con los parámetros exigidos”, concluye la secretaria del Interior.

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