Fotos | Luis Fernando Trejos | LA PATRIA
Maribel Osa vende la bolsa de regalo desde 500 pesos hasta 3 mil pesos
En diciembre, las calles de Manizales se llenan de luces, de colores y los vendedores ambulantes aprovechan la temporada para mejorar sus ingresos. Gloria, Dioselina, Jefferson y Maribel exhiben en el centro de la ciudad sus productos con la esperanza de salvar un año difícil. Sus historias reflejan una realidad: el esfuerzo diario para reunir lo justo para vivir y celebrar una nochebuena junto a los suyos.
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“Desde que uno se pueda parar de la cama, ya es una bendición”
Gloria Amparo Ibarra lleva 20 años dedicada al comercio informal. Se ubica en la carrera 23, afuera de la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas y vende camisetas deportivas de Colombia, Once Caldas, Nacional y América. No obstante, en diciembre, la oferta se extiende con gorros, bufandas y medias navideñas, productos que, según ella, son el fuerte en esta época.
“Llega el 7 de diciembre, día del alumbrado, entonces todo el mundo quiere tener la camiseta igual para prender las velas”, cuenta.
Desde el 15 de noviembre empezó a sacar mercancía y ya vendió la mitad. Algunos días las ventas fluyen, otros no tanto, pero mantiene el ánimo: “Hay días buenos y regulares, pero desde que uno se pueda parar de la cama ya es una bendición”. Dice que los clientes siempre esperan hasta última hora “como buen colombiano, dejan todo para la hora de la muerte”. Respecto a años anteriores, admite que este diciembre le ha ido mejor.

“Necesito hacerme 50 mil pesos para llevar comida a la casa”
Dioselina Silva Pinilla lleva 32 años en las calles vendiendo pelotas, balones y burbujas. Con eso sostuvo a sus dos hijos y paga la renta del hogar donde vive con su hija, su nieto y el papá de su hijo, quien es discapacitado.
En esta época intenta vender faroles, velas y papel de regalo, aunque reconoce que la competencia con los almacenes le ha quitado clientes: “Los dueños sacan la Navidad uno o dos meses antes. Cuando nosotros salimos, la gente ya ha comprado mucho. Al día necesito hacerme 50 mil pesos para poder llevar comida a la casa”, afirma.

“No vendí nada en 20 días”
Hace cuatro años Jefferson Bermúdez Blandón empezó a trabajar como vendedor informal. En Navidad vende gorros, papel de regalo y medias estampadas con personajes como Los Simpson, Mario Bros y Las Chicas Superpoderosas, que son las más solicitadas por los compradores, pero este año ha sido duro. “Durante 20 días estuve sin vender nada”, dice. Explica que los precios suelen subir a partir del 15 de noviembre, pero él decide no hacerlo para poder vender todo el inventario. “Hasta la fecha me ha ido regular a comparación de años anteriores. Antes, por esta época, ya vendía hasta las pilas para los carros de los niños del 24 de diciembre”.

“Si llueve, se paraliza todo”
Maribel Osa completa 15 años en la carrera 23 vendiendo medias antideslizantes, deportivas, bolsos para dama y hombre, y camisetas del Once Caldas y la Selección Colombia. En Navidad su puesto se llena de gorros navideños, bolsas y papel de regalo. Los gorros los vende a 20 mil pesos, las medias a 5 mil y los paquetes de bolsas a 12 mil.
Su objetivo para diciembre es reunir lo suficiente para compartir la Navidad con su familia, pero hay un obstáculo que teme más que cualquier competencia: la lluvia. “Si llueve, se nos paraliza todo”. Reconoce que los últimos dos años han sido difíciles: “La venta ya no es como antes”.
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Según la Secretaría de Planeación de Manizales, la ciudad cuenta con aproximadamente 2 mil 500 vendedores ambulantes de manera permanente. Sin embargo, la cifra aumenta en entre un 35% y 50% en temporada navideña o de Feria teniendo hasta 4 mil vendedores ambulantes. En la carrera 23, desde la calle 18 hasta la calle 32, hay en diciembre entre 235 y 250 vendedores ambulantes.
Para regular el espacio público, la Alcaldía realizará controles de 8:00 a. m. a 8:00 p. m. con 15 controladores de espacio público e igual número de policías. En diciembre y en la Feria de Manizales, la Administración verifica que no haya ocupaciones de vendedores temporales ya que para ellos se ha destinado un espacio desde la calle 18 hasta la 16 sobre la carrera 23.
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