Los indígenas acampan en inmediaciones del edificio de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) de Bogotá.
EFE | LA PATRIA | Bogotá
Cerca de 4.000 indígenas embera de Risaralda llegaron a Bogotá en la madrugada de ayer para denunciar la muerte de niños de su comunidad por desnutrición y exigir paz y seguridad en sus territorios.
El consejero mayor del Consejo Mayor Indígena de Risaralda, Marco Fidel Guasarave, explicó que lo que su comunidad pide al Gobierno es que “escuchen las voces de las madres y las familias” de sus territorios, ya que entre 2023 y lo que va de 2024, al menos 110 menores de cinco años han muerto por desnutrición, según cifras ofrecidas por la comunidad.
Los miles de embera, que llegaron en 60 buses y están acampados frente al edificio de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) de Bogotá, permanecerán asentados en las instalaciones hasta que el Gobierno escuche sus peticiones, y aseguran que se quedarán “el tiempo que haga falta”.
“Debemos subsanar y dar alivio para que en nuestros territorios haya paz y armonía y que los flagelos de estas muertes no se presenten”, agregó Guasarave delante de las miles de tiendas de campaña que se extienden por el aparcamiento de la ANT.
En agosto, 800 indígenas embera retornaron a sus territorios desde Bogotá tras casi un año viviendo bajo carpas de plástico y precarias condiciones en el céntrico Parque Nacional para reivindicar las garantías de paz en sus tierras, de los que salieron debido al conflicto armado y la violencia.
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