Un policía muerto en confrontación con indígenas en Caloto (Cauca)

Popayán. Un policía muerto, identificado como Pablo Julián Fernández Rojas, y siete más heridos fue el saldo de la violenta confrontación entre integrantes del Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, e indígenas, que se presentó en la Hacienda La Emperatriz, ubicada en zona rural del municipio de Caloto, norte del Cauca. 

Según manifestaron integrantes de la Policía, el uniformado recibió un proyectil de arma de fuego en el pecho, el cual perforó el peto del uniforme y traspasó su corazón. Los compañeros de labores, al percatarse de la situación, salieron en su ayuda, trasladándolo a un hospital de la zona, pero lamentablemente Pablo Fernández no resistió y murió. 

“El disparo tiene origen en los lados de los indígenas, quienes no ahorran esfuerzos a la hora de atacar a los policías, lo hacen con palos, grandes piedras, elementos elaborados con pólvora negras, papas explosivos, ácido y ahora con armas de fuego. La violencia de esas comunidades es impresionante”, explicó un policía que está en la zona, quien solicitó mantenerse en el anonimato. 

La muerte de este uniformado se dio en medio de la intervención de la fuerza pública que realiza en este predio privado, con el fin de retirar a las comunidades indígenas que acampan en el mismo desde hace más de seis meses. 

También resultaron heridos siete uniformados, los cuales son atendidos en el hospital La Niña María de Calo, Santander de Quilichao, y otros centros asistenciales. Los policías heridos son: Jonatan Zuluaga Henao, Brayan Andrés Soto Mulato, Andrés Felipe Barrero Bustos, Nelson Camilo Pajoy León, Yeison Caicedo Erazo, Sandro Manuel Galeano Leyva y el sub intendente Sandro Manuel Galeano Leyva, todo ellos presentan contusiones causados por objetos contundentes como rocas. 

“En este procedimiento se han destruido 20 cambuches edificados por los indígenas y se han podido recuperar 30 de las 60 hectáreas que las autoridades buscan controlar para regresarlas a sus legítimos propietarios, quienes adelantan un trabajo de recuperación, que cosiste en cortar el pasto y arar la zona”, explicó por su parte el comandante de la Policía en el Cauca, coronel Édgar Rodríguez. 

Mientras tanto, integrantes del Consejo Regional Indígena del Cauca denunciaron que la fuerza pública se comportó de manera desmedida a la hora de adelantar este procedimiento, el cual inició a las 6:00 de mañana.

"Ellos fueron brutales a la hora de destruir los ranchos que los comuneros tenían edificados en el sitio, no les importó usar gases lacrimógenos, a pesar de que en el sitio hay niños y personas adultas. En medio de este ataque desmedido, un comunero resultó gravemente herido, eso hay que denunciarlo”, sostuvo una integrante de la comunidad Huellas, Caloto. 

De igual forma, el alcalde de encargo de Caloto, Jorge Andrés Paz, explicó que la refriega se dio cuando los policías ejecutaban un lanzamiento por ocupación de hecho, ya que el predio es privado y un grupo de indígenas, que estaban en el lugar, debían desalojarlo. 

“Rechazamos rotundamente esta clase de hechos porque se perdió una vida humana, independientemente si era policía, no es posible que se derrame sangre en esta clase de actos. Como alcaldía y garantes de la comunidad, hacemos un llamado para que esta clase de conflictos se diriman mediante otras formas, no con la violencia”, explicó el alcalde encargado. 

La Gobernación del Cauca también se mostró en desacuerdo con lo sucedido en la hacienda 'La Emperatriz' y rechazó el homicidio del patrullero Fernández. Así mismo, lamentó el hecho expresando su solidaridad con la familia y la Policía Nacional. 

“Llamamos al conjunto de la sociedad caucana a tramitar los conflictos por la vía del diálogo y la concertación, en donde toda forma de violencia sea eliminada como una alternativa de solución”, señaló la gobernación, al tiempo que convocó a las partes para que consideren diversas alternativas que contribuyan a tramitar este conflicto, de manera tal que se garantice el derecho a la vida y los derechos a la tierra y la propiedad privada. 

Pablo Julián Fernández Rojas tenía 26 años de edad y era oriundo de Villavicencio, Meta. El uniformado contaba con cinco años en esta institución, donde obtuvo 29 felicitaciones por su desempeño. Actualmente estaba adscrito al Esmad de la Policía Metropolitana de Bogotá, grupo que entró apoyar las tareas de las autoridades en este punto del Cauca.