Un tranvía
Señor director:

Este diario juiciosamente va llevando y mostrando, un día sí y otro también, el número de víctimas en eventos de tránsito. Los llamo eventos porque la palabra accidente tiene una connotación de suceso excepcional. Un amigo, recién desembarcado de EE.UU. donde vivió por cuarenta años me dice, siguiendo la noticia: ¿Si contra ese árbol se han matado tantos, por qué no lo cortan? Le respondo: ¿Y por qué no suprimimos la calle, las motos y los autos? ¿Por qué no suprimimos la gente y así nadie moriría? ¿Qué tal prohibir el alcohol porque esa es en muchos casos la causa subyacente? Otro comenta sobre el caso de un auto que embiste a otro en el sector de Expoferias, saltándose el separador, llevándose un poste y matando a quien por el otro lado pasaba inocentemente, que por qué no ponen más reductores ¿Y por qué no, mejor, no nos obligan a quedarnos quietos?
El problema está en la cabeza. El problema es de humanidad. ¿Que objeto tiene correr, en plena ciudad, si obligatoriamente el siguiente semáforo va a detenernos? ¿Por qué los motociclistas no forman parte de la corriente del tráfico en vez de culebrear por entre los autos saliendo por cualquier lado? ¿Forma parte del libre desarrollo de la personalidad manejar borracho o bajo influencia de alguna yerba o sustancia? El propio estado convierte la actividad en algo atemorizante rodeándola de garantías hostiles. Se inventan extraños cruces, recortan los cruces, privatizan la mitad de las calles, ponen obstáculos y cámaras que aterran, pero no educan. Nos hace enemigos a unos de los otros, y a todos del policía. Manejar a la defensiva, por reacción, significa hacerlo a la ofensiva. Cuantos muertos no justifica la defensa propia. La ciudad es muy pequeña. ¿Por qué no hacen un simple tranvía eléctrico entre La Enea y el Centro, unas líneas a La Sultana, a Minitas, a los barrios del norte, a Chipre? ¿No sacaría eso de la circulación miles de vehículos que, con un ocupante, saturan todas las vías? ¿De cuánta contaminación libraríamos la roca? ¿No son ya las busetas un anacronismo superable? Todo eso está inventado: se ve en todas partes de Europa, pasan en el horario exacto, si van a hacerlo un minuto después lo avisan, se paga desde el teléfono o con toda clase de mecanismos electrónicos. El subdesarrollo más que físico, pues, es mental.
Luis Fernando Gutiérrez Cardona

Posibles presidenciables en Colombia
Señor director: 
Aún es muy temprano para vaticinar quiénes irán a las urnas por la Presidencia de la República en Colombia para el periodo 2026-2030. Las posibles presidenciables precandidatas son: Claudia López exalcaldesa de Bogotá; las hoy senadoras: María José Pizarro, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, Paula Holguín, y ahora se suma la periodista Victoria Eugenia Dávila más conocida como Vicky, exdirectora de la revista Semana.
Los hombres aspirantes al solio de Simón Bolívar no lo tendrán nada fácil. Porque la tradición siempre ha sido elegir en las urnas a un presidente. Estas mujeres inspiradas en muchas dirigentes como: Golda Myer, Corazón Aquino, Michelle Bachelet, Margaret Thatcher, Ángela Merkel, Dilma Rousseff, Kaja Kallas, y, la más reciente presidenta de México, Claudia Sheinbaum. Amanecerá y veremos. Ojalá estas aspirantes logren sus objetivos, no por solidaridad de género, sino por condiciones idóneas para llevar a un buen puerto al país.
Helena Manrique Romero
 

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