Contra viento y marea
Señor director:
Este 15 de enero cumplió dos años de estar funcionando la Justicia Especial para la Paz (JEP), uno de los organismos cuya creación fue estipulada en el Acuerdo de La Habana como una eficaz manera de lograr en nuestro país, mediante una justicia contra la impunidad, una paz estable y duradera, así como garantías de no repetición de los horrorosos hechos de violencia que durante tanto tiempo enlutaron y enlutan a Colombia; justicia que, junto al arduo y juicioso trabajo que viene desarrollando la Comisión de la Verdad en cabeza del padre De Roux logrará, es de esperarse que así suceda, se develen responsabilidades de todos los actores partícipes en esa espiral sangrienta y ojalá, las causas de semejante carnicería. Porque únicamente así, es decir, estableciendo dichas causas, señalando a los responsables del conflicto y fijándoles las condignas penas por su criminal accionar, se podrán exorcizar los demonios así como llevar consuelo a las miles de víctimas del mismo.
Que los victimarios reconozcan a viva voz sus fechorías y de viva voz pidan perdón por ellas, como ya ha sucedido en otras partes del mundo con innegables y excelentes resultados, será el bálsamo que cure los padecimientos de quienes todavía no logran explicarse por qué tantos de sus seres queridos fueron asesinados, desaparecidos, violados, torturados o mutilados sin haber tenido ningún tipo de participación ni injerencia en una guerra que les era ajena.
Y es de celebrar el cumpleaños de esa justicia especial, si tenemos en cuenta, de un lado, su evidente eficiencia, pues, en el tiempo que tiene de estar funcionando sus cifras no dejan mentir sobre el aserto: Solo en el 2019, profirió 16.500 decisiones judiciales, celebró 82 audiencias en las cuales muchos victimarios dieron la cara a las sufridas víctimas y 12.235 personas hasta ahora, se han sometido a dicha jurisdicción. Y, de otro, lo más importante, la JEP ha resistido a los injustificados y torvos embates para abortar su importante labor, realizados por diferentes personas y el actual gobierno, quienes por obvias razones no quieren que se sepa toda la verdad de lo acontecido en el país, en una forma de actuar que era de esperarse se iba a presentar, pero no por ello menos injustificada.
La torpeza del gobierno Duque con las malhadadas y acomodadas objeciones a esa jurisdicción, el afán de la ultraderecha (con el uribismo a la cabeza) por tratar de sacar a los militares de la misma y sus constantes ataques para desprestigiarla, son pruebas fehacientes de que existe un evidente afán por torpedearla. Lo que, en puridad de verdad, es apenas lógico, pues, quienes tienen rabo de paja en el conflicto por haberlo patrocinado, financiado, participado y lucrado, obviamente han tratado y seguirán haciéndolo, de impedir por todos los medios a su alcance, que el país establezca y conozca la horrible verdad de tan oscura etapa.
Por ello es absolutamente fundamental e inaplazable que todos los estamentos de la sociedad colombiana y de manera primordial los medios de comunicación, estén a la expectativa y prestos en todo momento a poner en evidencia a quienes abierta o embozadamente siguen tratando de acabar con tan importante organismo de justicia. Mientras, quienes creemos firmemente que el país necesita de una vez por todas que se conozca en toda su cruda realidad dicho conflicto, que se señale y se castigue a los responsables; celebramos alborozados que la JEP siga cumpliendo con sus objetivos a pesar de todos los palos en la rueda que le puedan poner.
Atentamente,
Óscar Villada Martínez
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015