Estoicismo
Señor director:

Vale considerar qué sentido tiene el estoicismo: la austeridad, dominio de la sensibilidad y sobrellevar los males con altura en el mundo de la globalización y el capitalismo. El estoicismo se gestó en la antigüedad griega y el imperio romano. De las figuras más conocidas de esta tendencia filosófica se encuentra Séneca (Corduba, 4 a. C.-Roma, 65 d.C.) para quien el estoicismo fue asunto práctico, lo que significa alcanzar la tranquilidad del alma. Otro estoico fue Epicteto, que vivió en el periodo helenístico, un esclavo liberto, en Roma, quien sostenía que hay que distinguir entre las cosas que dependen de uno y de las que no.
En el siglo XIX, Hegel, en la Fenomenología del espíritu, (1807) consideró el estoicismo como la primera forma de libertad. La lucha por el reconocimiento tiene como consecuencia la autoconciencia del amo y del esclavo. Así, la existencia está sometida a la relación del señor quien no le teme a la muerte, y quien teme morir, obedece y trabaja: el esclavo. Éste está sometido a una doble relación, la actividad del trabajo y trabajar para otro. Pero al trabajar y dar racionalidad a su quehacer, poco a poco, en el esclavo surge la libertad, la virtud, la vida virtuosa como eudaimonia, vivir de acuerdo con la naturaleza.
En el mundo contemporáneo la libertad se encuentra junto a la igualdad, la fraternidad y la propiedad. Vale considerar si la libertad se queda en el mundo interior, lo mismo que la igualdad y la fraternidad. El estoicismo insta a vivir de acuerdo con la naturaleza, pero la naturaleza ha sido sometida a la irracionalidad… Hasta qué punto la libertad es un refugio en la conciencia, así se afirme que la resiliencia es la capacidad de superar adversidades y de salir fortalecido de ellas. En un mundo de incertidumbre, irracionalidad y caos, el estoicismo ofrece una brújula moral para navegar por las aguas turbulentas de la realidad que no se entiende.
¿Hasta qué punto el estoico llega a aceptar y abrazar la realidad tal como es, sin resistencia ni queja?
Es posible sobrellevar los males con altura, vivir en ataraxia (del griego ἀταραξία), en otras palabras “ausencia de turbación”, la cual encierra aquello que está en nuestras manos y aquello que se nos escapa. También la confianza en la racionalidad para dejar de lado las perturbaciones. La tranquilidad del espíritu frente al mundo externo. Aunque el estoicismo presenta problemas como es el concepto: libertad, pues ésta se queda en la interioridad, sin tener alcance en el mundo externo; de esta manera, la libertad es negativa.
Silvio E. Avendaño C.

De la orografía colombiana
Señor director:

Un recuadro de la página 2 del 3 de noviembre dice que en el país “suelen (sic) haber más casos (de cáncer de colon) en las ciudades de la cordillera central, desde Cali hasta Medellín”. Suele, no suelen. Pero ese no es el punto. El punto consiste en que la ciudad de Cali está recostada a la cordillera occidental, no a la central. Los icónicos Farallones (o farallones) de Cali están en la occidental.
En lo que sí acierta la nota periodística es en las minúsculas para la cordillera central. Porque central, occidental y oriental no son precisamente nombres propios de las cordilleras; esos adjetivos se refieren a la posición geográfica de nuestras cadenas de montañas. El nombre de todo el sistema orográfico es Cordillera de Los Andes; esta cadena atraviesa toda la América del Sur, prácticamente desde la Patagonia hasta el Darién. La palabra griega óros se traduce por monte, montaña, altura.
Un profesor
 

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