Glorieta vandalizada
Señor director:
La glorieta de Villa Pilar, que hasta hace muy poco tenía una bella iluminación en un buen número de pequeños bolardos led, ahora resulta, no se sabe por orden de quién, que fue totalmente desmantelada y dejada en tinieblas, lo que no es nada recomendable. Claro que los vándalos ya habían destruido unas dos o tres lámparas, pero es que ahora las arrancaron todas desde la base. Qué pésima forma de mostrar bella una ciudad, ésta de acabar con lo poco bonito que nos queda. Y hay algo más, en Chipre, que es un lugar para mostrar, hace casi dos meses que los destructores de turno volvieron añicos una de las bancas de cemento que utilizaba la gente para descansar. Parecen minucias, pero qué hacemos si es la verdad.
Bernardo Molina Marulanda.
Busco a Dios
Señor director:
Busco a Dios, me dicen que lo encuentro en las flores, en el cantar de las aves, en la cálida e inocente sonrisa de un niño, en el techo, en el abrigo; pues ese es el reflejo de tu omnipotencia.
Señor, eso obvio que me alienta a nutrir mi fe, pero yo te quiero ver es a ti, así sea en cuerpo celeste.
Sufro porque de verdad quiero es verte a ti y me dicen que tengo que morir para estar contigo y disfrutarte.
No, no me exijas tanto que me provocas llanto, y mis lágrimas correrán como manantial por mi humilde piel convirtiéndose en amarga hiel que debastará mi ser.
Ya muerto no será lo mismo, porque solo estará contigo mi alma, mientras mi cuerpo deberá yacer en un lugar solo, en un destierro terrible de marchitas ilusiones. Mi cuerpo te necesita para abrazarte y besar tus pies y así poder sentir renovando mi llanto por encanto.
Me dicen que volverás, pero creo irme antes sin verte en realidad, déjame recibirte que compartiré mi pan y la gota de agua contigo para que te animes a venir antes de yo partir.
Me extasiaré cuando el cielo se cubra de ángeles, arcángeles, serafines y querubines sonando sus trompetas y cánticos de alegría y todos caerán de rodillas, empezando por los malvados, hipócritas, ateos y fariseos.
Tomate el tiempo señor, con la seguridad de que estarás bien atendido mi muy amado Dios.
Señor, llevamos 2.000 años esperándote y parece que la esperanza se nos agota.
Pues si solo piensas volver en años miles de años, con toda seguridad el hombre habrá acabado con el hombre, con el agua, con el fuego y con la Tierra y estarías muy solo, así que preferirías mejor no volver y entonces qué habrá de nosotros si somos tus hijos amados...!.
Álvaro Alzate Ussma