De los baños públicos
Señor director:
No es entendible, a la luz del simple sentido común, que en los lugares a los cuales concurren muchas personas y que son centros de dinámicas relaciones interpersonales como lo son las iglesias, los supermercados y otros, carezcan del servicio de baños públicos para bienestar de los visitantes que son la razón de la existencia y crecimiento de los negocios, cualquiera que este sea. La salud individual y pública también se ve afectada por no encontrar un sitio adecuado para poder evacuar lo que todos sabemos, porque por necesidad e higiene nuestros cuerpos así lo requieren.
Hay muchas empresas y negocios que ven disminuidas sus ventas por no pensar en las necesidades personales de sus potenciales compradores.
Si hablamos en concreto y con la luz de la verdad, son muy escasos los establecimientos comerciales que brindan servicios públicos a sus clientes, entre ellos algunos Mercaldas. Otros, como Olímpica, cerraron el servicio imprescindible para niños y personas mayores.
En resumen, la Secretaría de Salud encargada de esta área tan vital para los seres humanos, debería incluir con prioridad en su agenda con carácter de obligatoriedad, la apertura de baños públicos en los lugares en los cuales hay afluencia de personas.
Que el agua es muy costosa y el mantenimiento resulta muy oneroso, ahí es la oportunidad para que nuestros legisladores pongan con idoneidad y eficiencia sus habilidades para administrar, ya que para eso fueron elegidos. ¿Cómo hacerlo? Hmmm…, mamey , es decir muy fácil. Que haya tarifas diferenciales para el cobro de la factura del agua para los comerciantes que tengan este servicio rebajándoles un tanto por ciento. Un concejal acucioso y que esté atento a la solución de los problemas de ciudad presente un proyecto de acuerdo y, seguro que ganaría si no muchos votos, al menos su reelección. La política es para servir y no para ser servidos. Señor alcalde, usted también puede hacerlo.
Elceario de J. Arias Aristizábal
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