¿Derechos fundamentales?
Señor Director:
Los “opinadores” que hablan por los medios de comunicación social, dirigentes políticos, jefes de partido, funcionarios públicos, periodistas, etc., sin mucho criterio dan a cualquier derecho la calificación de fundamental. Pero a esto hay que meterle gramática y filosofía, particularmente la lógica, que es “la gramática de la filosofía”, como sostenía el padre Cosme Cañas, de feliz recuerdo.
El adjetivo “fundamental” viene del sustantivo “fundamento”, como también de este mismo sustantivo se deriva otro calificativo, “fundamentado”, el cual, a su vez, es participio pasivo del verbo “fundamentar”.
Hay derechos fundamentales y derechos fundamentados. Como es obvio, los fundamentados se fundamentan, se apoyan, descansan, están arraigados, basados y soportados en los fundamentales. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha proclamado, distinguiéndolos, los derechos humanos fundamentales, por una parte, y los derechos políticos, los derechos sociales, los derechos culturales, los derechos económicos y los derechos ambientales, por otra.
¿Me faltará alguna categoría? En caso de que me falte alguna, será, de todos modos, de derechos fundamentados.
Ahora bien, ¿cuáles son los derechos humanos FUNDAMENTALES? Sin duda lo son el derecho a la vida, a la libertad, a expresar opiniones o puntos de vista, a no ser juzgado sin el debido proceso, y otros que aparecen en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU.
Pero los que no se inscriben dentro de esta categoría, los derechos políticos, sociales, culturales, económicos y ambientales son derechos FUNDAMENTADOS, derivados o, como dicen los tratadistas, de segunda, tercera y cuarta generación. De segunda vienen a ser los derechos políticos, sociales y culturales, de tercera los económicos, de cuarta los ambientales. Esta gradación no prejuzga a priori de la importancia de cada grupo, sino que se organiza de acuerdo con la cronología de su adopción por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
De modo que ¡ojo!, no todo es derecho fundamental.
Jaime Pinzón Medina, presbítero
A media luz
Señor Director:
Al paso que vamos, y ya se nota en muchos lugares las tinieblas y la oscuridad que se están apoderando de las ciudades y los campos de Colombia. La pregunta es obvia y la respuesta también: ¿Por qué? Como la gente ya no tiene con qué pagar las facturas del servicio de energía, cuyo valor es casi en dólares, están optando por racionalizar los gastos y dejar las casas en la penumbra, con lo más mínimo que se pueda en iluminación. Ahora, si miramos los demás servicios (agua, gas, televisión, internet, telefonía, recolección de basuras) las familias, los empresarios y demás usuarios están pidiendo a gritos que les lancen una tabla de salvación. Ciudades a oscuras y sin servicios públicos porque los valores superan casi todos los cálculos es lo que nos espera a todos en los próximos años.
Bernardo Molina Marulanda