Inconforme con la elección
Inexplicable la designación del actual gerente de la ILC como Caldense del Año, al señalarlo de una brillante gestión, como lo escribe en su columna dominical, Luis Felipe Gómez, miembro del jurado, atribuyéndole grandes logros.
Los mismos, por el contrario, fueron fruto de la gestión de gerentes anteriores, Luis Roberto Rivas y Andrés Borrero. Fue el primero, quien a través de varios años de gestión, luego de estar en una situación crítica la recuperó, aunque es de reconocer que el gestor de la demanda que terminó con el monopolio de los licores en Colombia fue Andrés Borrero durante su corto paso por la gerencia.
De la gestión de Luis Roberto, merecedor destacarse entre otros el posicionamiento del Aguardiente Amarillo de Manzanares como uno de los licores de mayor demanda en Colombia y la internacionalización de sus productos, liderados por Mauricio Vélez.
Como se dice coloquialmente, el actual gerente resultó ganando indulgencias con padrenuestros ajenos.
Como postulados estaban personas con altísima trayectoria que por años se han destacado, tanto en el sector público como en el privado, tanto a nivel local como nacional, esos sí con sobrados méritos para hacerse merecedores de ese importante galardón.
Jorge Mejía A.

Nota de la Dirección:
Gracias por escribirnos y por estar pendiente del desarrollo de esta convocatoria anual del Caldense del Año que se rige por un reglamento que estipula que el jurado, integrado por tres personas nombradas por la Junta Directiva de LA PATRIA, se encargará de elegir al Caldense del Año luego de analizar todas las hojas de vida de los postulados. Este jurado, que estuvo integrado por Gaby Muñoz Chara, Tony Jozame Amar y el sacerdote jesuíta Luis Felipe Gómez Restrepo, hizo su elección de forma autónoma e independiente.

 

Preexistencia de las almas
Señor director:

Esta creencia, ajena al cristianismo, viene expresándose no solamente en el Oasis de Gonzalo Gallo, sino también en una moda reciente: decir que los difuntos REGRESAN a la casa del Padre.
No regresan, van a la casa del Padre, LLEGAN a ella. El que regresa lo hace porque antes salió de allá. La fe católica enseña que las personas somos creadas por Dios de la nada, que comenzamos a existir en el tiempo y en el mundo. No hay almas en el cielo, en espera del momento de aterrizar.
Observador católico

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