Un libro desde la basura. (Cuento)
Señor director:
Un escritor pasó por un extraño lugar en el que un letrero decía: “Aquí están los papeles del mundo tirados a la basura”. El vio como muchos recortes pequeños se reunían formando páginas llenas de letras y párrafos.
Aparecieron tantas, que el escritor las recogió y llevó para su casa. Leídas las páginas se dio cuenta de que eran hermosos escritos que no merecían el lugar de una basura. “Eres dueña de mi tiempo. Cuando estás ausente, mi tiempo es esperar que aparezcas; cuando estás presente mi tiempo es ansiedad de que no te vayas”.
“Cada vez que te escribo, no encuentro palabras en el diccionario que signifiquen lo que tú eres para mí. No quiero perderte, aunque aún no estás conmigo. No quiero dejarte, aunque aún no estoy a tu lado”.
Una mujer, sorprendida por los escritos anónimos que hallaba hacía un tiempo en su escritorio de trabajo, buscó diálogo con su consejero. Este le preguntó: ¿Son groseros y malintencionados? No, dijo ella. Por el contrario, son hermosos y llenos de ternura. ¿Tú los conservas? No, contestó ella. Él, al final del escrito, me pide romperlos y que nadie se dé cuenta. ¿Y tú no sospechas de quién puede ser el autor? No, dijo la mujer, estoy atenta a observar mi entorno, pero no logro saber quién es. Bueno, mujer, veré cómo puedo ayudarte.
En una de las páginas había el siguiente soneto. “Te voy a escribir a diario estas letras, así tu entiendes que este amor ansío, que ha de ser sí, un amor clandestino, que sólo tú y nadie más lo supiera. Eres tú lo mejor que me ocurriera, y cambiara el rumbo de mi sino, ahora es para ti lo que yo escribo, en papel que rompes, aunque no quieras. El viento arrastra el papel que has roto, llevando aquí y allá lo que te rimo, amor que es fuerte, aunque parezca poco. Decidle al viento lo que te digo, no lo cuente a nadie, pues de loco tratarán este amor que te dedico”.
El escritor lo publicó y se convirtió en un best seller.
Alirio de los Ríos Flórez
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