Al oído del señor alcalde
Señor director:
Somos ciudadanos de bien. Caldenses y manizaleños orgullosos de nuestra tierra. Tenemos alguna formación en medio ambiente, en ecología , en biodiversidad. Nos duele la fauna, la flora y todo lo que contribuya al bienestar de los seres humanos y de los seres vivos. Creemos y estamos convencidos de que el Diá-lo-go y la Con-cer-ta-ción, son dos herramientas democráticas básicas para administrar los bienes de los contribuyentes como patrimonio colectivo sagrado e inalienable .
Estos dineros deben administrarse con manos puras impregnadas de ética y de moral. Con razón se ha dicho que es mejor obedecer que mandar, porque quien obedece, se equivoca, pero no es responsable, pero quien manda es el equivocado y además el responsable.
Los barrios y comunidades que conforman la ciudad son las casas y los hogares de quienes allí habitamos. Conocemos sus necesidades y sus prioridades. Nuestro barrio San Jorge, donde vivo hace más de 25 años, tiene como prioridad la repavimentación de sus calles, entre ellas la 50. Las obras se programan, se hace una prioridad de necesidades, se va a las comunidades y se abren diálogos abiertos con plena participación democrática. En las comunidades hay personas que son cívicas y con buenos perfiles de liderazgo.
Si a las personas se les escucha, se hace un buen ejercicio democrático, que está de moda y se evitarían roces, desconocimiento y malos entendidos trayendo desazón y de paso animadversiones y enfrentamientos innecesarios. Como consecuencia de un diálogo abierto, democrático y sincero vienen los acuerdos, la toma de decisiones no unilaterales y la armonía se hace presente en una sociedad que reclama que se le tenga en cuenta y que se le haga partícipe.
Vivo al frente del exparque de San Jorge y no tengo idea qué es lo que están haciendo, ni cuál es el beneficio para nuestro barrio. Seguramente lo que se construye es con las mejores buenas intenciones y beneficios y además con la pulcritud de un idóneo administrador. Conviene desde luego, aplicar una metodología que no tiene nada de revolucionaria, ni de innovación, simplemente de sentido común: dialogar y concertar.
Regla de oro: Participación y comunicación es la regla sabia para una buena administración. Somos neutrales, sólo nos asiste como política que lo vivo siga vivo y lo vivo se multiplique.
Reconocimientos por haber escuchado la voz de algunos sectores que no estaban de acuerdo con la muerte de los árboles. Las cosas se pueden mejorar, pero sin destruir. Ese es el verdadero ingenio de los ingenieros y arquitectos diseñar mejorando, respetando lo que ya existe, ya que este patrimonio tangible e intangible hace parte de nuestra historia.
Elceario de J. Arias Aristizábal
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