Un enroque de percepciones
Señor director,

Lo que constituye clara e inevitable manifestación de polarización con la existencia de dos corrientes ideológicas, derecha e izquierda, en el país, con tendencias hacia el centro para
ambos casos, en el común de la gente se les asignan tantas fallas, sobre todo en materia de corrupción que llegan a concluir: “todos son iguales”.
Los vicios se arraigaron tanto en los partidos políticos tradicionales que muchos creyeron ingenuamente, que al darle la oportunidad al otro extremo encabezado por Petro, sería diferente, sin imaginar que sería mucho peor, tal como lo estamos viviendo. La decepción frente al actual Gobierno ha llegado a tal punto que en el ambiente se siente una especie de enroque de percepción en materia de candidaturas: Mientras en la campaña de hace 4 años se rechazaba todo lo que se asemejara o acercara al oficialismo de entonces, hoy se percibe rechazo similar frente a todo lo que huela a Petrismo.
En el más reciente episodio, la característica reacción de Petro frente al fracaso de su campaña para elegir a su candidata Balanta para integrar la Corte Constitucional, ratifica las oscuras intenciones que tenía al apoderarse de la mayoría de integrantes en la institución garante de nuestra democracia, del Estado de Derecho y de la separación de poderes de nuestro País. En el fondo no se trataba de dudar de la idoneidad, trayectoria y competencias de los candidatos opcionados, sino de la forma como el equipo de Gobierno, se la jugó en favor de su preferida, más la forma como Petro ha rechazado las decisiones de los altos tribunales en defensa de nuestra carta magna, por no estar acordes con sus intereses particulares. Por algo ha exteriorizado en tantas ocasiones, sus intenciones de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, incluso acudiendo a mecanismos por fuera de la legislación actual e ingeniándose decretazos, referendos, papeletas en elecciones o mecanismos sugeridos por sus incompetentes asesores con la intención de complacer sus caprichos y ocurrencias individualistas. En tales condiciones el país se presenta tan descuadernado en materia de seguridad con vastas regiones dominadas por terroristas, narcos, delincuencia común, alianzas perversas con el nefasto vecino venezolano poniendo en serio peligro la relación con Estados Unidos, nuestro más importante socio comercial y de apoyo en la lucha contra el narcotráfico. La salud, las finanzas públicas ya sabemos el caos que presentan. Dura tarea le espera al próximo gobierno.
Alberto Arce Londoño
Administrador de Empresas

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