Ni de derecha, ni de izquierda

Quienes hemos manifestado inconformidad con el "arboricidio" en diferentes lugares de la ciudad para dar paso a la selva de cemento, no lo hacemos a nombre de nadie, llámese partido político o caciques de turno, simple y llanamente somos ciudadanos comunes y corrientes a quienes sí nos duele ver cómo la vida se convierte en muerte por acción, ellos sí, de quienes para ganar el pan de cada día tienen que obedecer las órdenes sin entender el daño que le hacen a la vida, a la casa de las aves y de muchos animales, que aunque así lo sean hacen parte de la gran casa que llamamos naturaleza.
Somos conscientes de cómo las ciudades contemporáneas y del futuro respetan y tienen por sabido que los espacios para la recreación, el medio ambiente, la ecología y la biodiversidad son sagrados por su contribución al bienestar y la salud física y mental de sus moradores. Duele y mucho tener que aceptar cómo nuestros árboles, prados y jardines desaparecen de la noche a la mañana vencidos y "destripados" por la acción violenta de unas máquinas que si tuvieran alma y vida seguramente se negarían a semejante atropello en nombre de la modernidad, del progreso y la renovación. Renovación, que no sería tan dolorosa si los ingenieros y arquitectos, que son los sabios para diseñar, tuvieran la imaginación respetando lo que hay como algo hecho y preconcebido.
Cómo no nos va a doler que las escasas zonas verdes de nuestros barrios, porque somos los dueños de las propiedades y de quienes allí habitamos quienes tenemos sentimiento de pertenencia y de ahí que nos sentimos lastimados y atropellados cuando nos quitan lo que hemos considerado como nuestro. Por favor apliquemos un poco de democracia que la naturaleza también la merece.
Elceario Arias