Yo soy la flor
Señor Director:
Yo soy la flor que engalano tu vida, con rutilante belleza y sin igual realeza, me encuentras en todos los lugares con millares de especies.
Me tienen con los nombres de rosa, aurora, azucena, Melissa, Lis, Raisa, Erica, Hana, Jazmín y muchas más.
Adorno tu mesa, tu estudio y tu cuarto, los altares adorando al omnipotente; estoy presente desde que naces hasta tu final cuando te marchas, para luego brillar como lucero y perdurar en la lejanía, más allá de las estrellas.
Estoy en todas las fechas más importantes de tu vida, como en tus cumpleaños, tu grado, cuando estas enamorado y le llevas a tu amada hermosos ramilletes.
Cuando te casas ahí estoy luciendo tu festividad. También cuando el amor se apaga y hace que llore y no pueda secar mis lágrimas que terminan marchitando mi belleza.
Como ves, soy indispensable en tu vida. También me tienen como medicina por mis generosos atributos.
Me cuidas con esmero y de eso me entero, por ello me pongo bonita con diferentes encajes, colores y estilos. Escucho cuando hablan de mi, cuando me miran, sintiendo inmensa alegría desbordante por acompañarte y tu quererme, mimarme, consentirme y admirarme. Me siento feliz a tu lado, tengo inmensidad de aromas que expando por el aire para ti y las aves.
Te digo que me siento indispensable y única, teniendo permanencia por siempre en el tiempo y germinando con energía de modo espléndido y en abundancia.
Las aves y las mariposas me visitan, al lado de las riberas de los ríos por donde pasa el agua cristalina, los colibríes se nutren del dulce que emano al igual que las abejas se posan en mi y las acojo, las abrigo y alimento.
Sin mí y sin los gorriones tu entorno de vida sería frívolo e inerte, por ello consérvame y vela por mi madre tierra.
Álvaro Alzate Ussma