“Que gane Mesa, solo por ver qué hace con tantos compromisos adquiridos”, le contesté a alguien que me preguntó sobre quién ganaría las elecciones a la Alcaldía de Manizales. Y cuando me refiero a “compromisos” no son sus promesas de campaña, sino a que el político de marras le prende velas a Dios y al diablo.
Es una irresponsabilidad mía desearle mal a nuestra ciudad, pero a veces siento que toca ver arder esto para que las cosas cambien. Y Jorge Hernán Mesa Botero es un cóctel molotov. Si se revisa su trayectoria, siempre ha estado ligado al partido Conservador. Desde que arrancó como concejal en Samaná, en 1977, y hasta el 2015 fue azul hasta el tuétano.
Su casa siempre fue la línea de Ómar Yepes, cacique godo regional y actual presidente del conservadurismo. Pero ahora está en el bando contrario. Mesa es Liberal, de la línea del senador Mario Castaño, y cuenta con el coaval del MIRA, el Centro Democrático (CD), Cambio Radical y la Alianza Social Independiente (ASI).
Todos tenemos derecho a cambiar de opinión, pero después de militar por poco más de 30 años en las toldas conservadoras cuesta creer que Jorge Hernán cambió de ideología. Pero qué digo “ideología”, ¡si eso ya no existe! El candidato a la Alcaldía se arrimó a quien más opciones le diera para sumar un cargo más - uno muy deseado - a su hoja de vida. Y el senador Castaño le puede hacer el favor. Tiene el músculo financiero y la maquinaria aceitada.
Además, Adriana Gutiérrez, líder del CD en Caldas, le suma votos. También los cristianos del MIRA. Como dijo el politólogo Camilo Arroyave Ocampo: “esto es por acceder al poder por el poder”. (https://bit.ly/2MwKVUZ).
Y, por debajo de la mesa, Mesa Botero tiene el apoyo y consejo de Arturo Yepes Alzate, hermano de Ómar y de Jorge Hernán, también candidato a la Alcaldía. Un tipo ingrato y desleal… hasta con su familia. Y, hablando de familia, el candidato liberal es cuñado de Hernán Penagos, presidente del Consejo Nacional Electoral. Situación que podría traerle conflictos e inhabilidades.
Mesa no es tonto y tiene recorrido, pero viene de una manera tradicional de hacer política. Hizo escuela con Ómar Yepes que, si bien no es santo de mi devoción, jugaba a la política con diplomacia. Pero ahora está aliado con Castaño, un tipo que no tiene nada de estadista y cuyo estilo es más próximo al de un mafioso. Un contador desconocido en la Industria Licorera de Caldas hasta la llegada a la gerencia de esa empresa departamental de Carlos Arturo Fehó Moncada, hoy condenado por interés indebido en celebración de contratos y falsedad ideológica en documento público.
Con tantos jefes, intenciones, amistades y aliados; con el compromiso de continuar con las “oportunidades” que deja el alcalde José Octavio Cardona; con el corazón azul pero la cara roja… ¿cómo irá a hacer Jorge Hernán Mesa para darles gusto a todos? La burocracia ya ronda, como gallinazos a la carroña, la Alcaldía de Manizales.
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