Las pequeñas acciones, positivas o negativas, afectan en gran medida la forma en que nuestro cerebro funciona a lo largo del tiempo. Con un peso de casi 1,5 kilos, el cerebro contiene unos 86.000 millones de neuronas que establecen entre sí un extraordinario cableado que es único en cada persona y cuyo mantenimiento depende, en gran parte, de nuestro estilo de vida.
Nuestro cerebro está en constante cambio, lo que pensamos, sentimos y hacemos lo modifica todo el tiempo. La edad puede afectar la función mental. El deterioro mental es común y es una de las consecuencias más temidas del envejecimiento. Pero el deterioro cognitivo no es inevitable. La neurociencia nos ayuda entender algunas acciones clave para mantener nuestro cerebro sano y en forma, sin importar la edad.

1.Estimule diferentes áreas cerebrales
Gracias a los diferentes estudios que los científicos han desarrollado con ratones y humanos, han descubierto que realizar actividades cerebrales con cierto grado de dificultad estimula nuevas conexiones entre las neuronas, e incluso puede ayudar al cerebro a generar nuevas células, desarrollando “neuroplasticidad” y construyendo una reserva cognitiva que proporciona una protección contra la pérdida futura de células.
Realizar actividades como rompecabezas, pintura, ejercicios matemáticos, tejer, practicar gimnasia cerebral en plataforma, o disfrutar de video juegos le puede ayudar a fortalecer su cerebro.

2. Ejercítese
Fortalecer el cuerpo y desarrollar los músculos también ayuda al cerebro y a la mente, cuando realizamos ejercicio con regularidad aumentamos la circulación y la oxigenación de la región del cerebro responsable del pensamiento y la creatividad.
Ejercitarnos también estimula la creación de nuevas neuronas y aumenta las conexiones entre las ya existentes. Esto da como resultado cerebros que son más eficientes, plásticos y adaptativos, lo que se traduce en un mejor rendimiento cognitivo, independiente de la edad.
El ejercicio también reduce la presión arterial, mejora los niveles de colesterol, ayuda a equilibrar el azúcar en la sangre y reduce el estrés mental, todo lo cual puede ayudar tanto a su cerebro como a su corazón.

3. Construya relaciones sólidas
Un estudio de la Universidad de Harvard encontró que las personas que contaban con un grupo de amigos con los cuales conversar tenían más resiliencia cognitiva, mejores habilidades de pensamiento y mayor bienestar emocional. Los investigadores sugieren que tener a alguien con quien hablar puede aliviar el estrés y la inflamación cerebral, y promover sustancias químicas que mejoran la salud del cerebro y lo mantienen más alerta por más tiempo.
4. Dé el gran salto del estrés negativo al estrés positivo
Ya sea que disfrute de planear un viaje, tome una clase que le permita adquirir una nueva habilidad o se emocione entendiendo cómo la actualización de su teléfono móvil, sentir estrés positivo y emociones agradables es un bálsamo para su cerebro, porque le permite salir del estado de lucha y huida que lo abruma, daña su corazón, afecta los vasos sanguíneos y compromete el funcionamiento del cerebro.
 Cuando su cerebro entra en estado de recuperación y crecimiento libera una serie de neurotransmisores, como las endorfinas o la serotonina, que incrementan el bienestar emocional, y por lo tanto lo protegen del deterioro.
 
5. Active la alegría de vivir
Que no se envejezca la alegría, el poder saborear la vida y la capacidad de emocionarse ante nuevas situaciones. Para esto recuerde momentos felices, retome el álbum de fotos y reviva esas sensaciones que experimento en instantes donde la pasó muy bien.
Haga planes y cúmplalos, descubra nuevos pasatiempos e intereses, con esto mantendrá la chispa de la vitalidad encendida y disfrutara sin más de las pequeñas cosas.
Recuerde lo que dijo Einstein hace más de un siglo: el tiempo es relativo. Y no hay duda de que, aunque pasa igual para todos, unos lo encajan, asimilan y aprovechan mucho mejor que otros.