“Rector, le escribe Patricia, la mamá de Jesica del grado X. Estoy desesperada. Me encuentro fuera del país tratando de generar ingresos para darle bienestar a mi niña, quien se encuentra muy afligida y hace poco atentó contra su vida. Es muy poco lo que puedo hacer desde aquí, por lo que acudo a usted para que me ayude y para que ustedes desde el colegio sean para mi hija la familia que no tiene en este momento y que tanta falta le hace, a tal punto que ha pensado en dejar de existir”.
Este es el relato de una madre desesperada que desde la distancia y ante la impotencia propia que rodea la situación, le pide a la escuela y a sus maestros que le ayuden a atender el problema vital de su hija, el cual no pasa precisamente por las matemáticas, las ciencias sociales o los idiomas, ni por ninguna lección de las áreas obligatorias u optativas. Se trata de lecciones más complejas que no hacen parte del currículo formal de la escuela: la desesperanza, la tristeza profunda, la angustia existencial, el desamor, la soledad, la pobreza afectiva y todas aquellas condiciones que laceran profundamente la salud mental y emocional del ser humano.
Considerando la complejidad del asunto, el rector, impactado emocionalmente, se entrevistó con Jesica y encontró a una niña profundamente sola, triste y sin hálito alguno para existir. Un cuadro de un desconsuelo absoluto que tendría que convocar la atención de cualquier maestro como efectivamente sucedió con el rector, quien intentó un complicado diálogo con Jesica. Ella, en medio de su inseguridad, apenas meneaba su cabeza tímidamente sin balbucear palabra alguna. Luego de muchos esfuerzos provocados por su denodado interés, el rector logró arrebatarle a la estudiante la causa de su profunda tristeza: “Desde febrero mi mamá tuvo que viajar a otro país a conseguir trabajo, en marzo empezó la pandemia, a los ocho días murió mi mascota y vivo sola con mi abuela, que tiene problemas mentales”. Durante esa corta pero intensa narración, Jesica lloró ininterrumpidamente y desnudó el dolor de su alma, seguramente buscando compasión. Para culminar la historia, la escuela activó todas las estrategias de atención para la niña y mantiene un seguimiento permanente del caso, agotando todos los medios institucionales e integrando algunas posibilidades externas.
He planteado este caso no solo por su marcado interés, sino porque probablemente existen muchos casos en la escuela que no conocemos o que, incluso siendo conocidos, son ignorados porque no resultan ser responsabilidad de nadie. La familia, si es que existe, dice que un problema semejante debe ser atendido por la psicóloga del colegio, mientras la institución plantea que es un asunto de disfuncionalidad familiar. Pienso que todos los maestros y escuelas tienen un compromiso con las realidades que atentan contra la salud psicológica y social de los niños. La familia, el Estado, la sociedad y la escuela están en la obligación no solo de garantizarles a los niños su salud mental y emocional, sino también su bienestar físico. Esto pareciera obvio, pero lamentablemente no es así. Estamos en un país y ante una sociedad que no protege los derechos de los niños, los atropella, los arriesga, los violenta, los abandona, los expone y los maltrata.
Profes, la lección más importante en el pénsum de la vida del ser humano es su propia felicidad. Al iniciar este nuevo año escolar les dejo algunos interrogantes que espero nutran la preparación de sus clases, cualquiera sea la asignatura: ¿Hay algún espacio en su plan de clases para combatir la tristeza y la desesperanza de sus estudiantes? ¿Hay momentos de su clase dedicados a sembrar semillas de felicidad? ¿Sus estudiantes están seguros de que usted se interesa por ellos, por su humanidad y éxito escolar? ¿Su propuesta curricular tiene como propósito que los estudiantes ganen su materia, ganen el año escolar o ganen su vida?
Niñas como Jesica tienen derecho a ser felices y los maestros tenemos allí una bella tarea para cumplir a pesar de tantos factores adversos. La misión del maestro no está por fuera de las aulas de la vida; todo lo contrario, es en esta donde recobra todo sentido y logra toda su trascendencia.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015