Poco a poco he ido recuperando muchos libros de la Biblioteca de autores caldenses. En mi infancia ocupaban espacio en mi casa. Gracias a esa apuesta de las gobernaciones a través de la entonces Imprenta Departamental muchos conocimos nombres de caldenses, no siempre escritores, pero sí que dejaron un legado, para bien o para mal.
La difusión pública de la obra de escritores de la comarca la cuestionan muchos porque consideran que no hay filtro y se corre el riesgo de que a las casas lleguen los mejores, con el mismo tratamiento de los peores. Yo prefiero esto, y que sean los lectores los que juzguen, a que tengamos que privarnos de la posibilidad de conocer muchas plumas nuevas que no tienen posibilidad de difundir sus escritos.
Una imagen reiterada en la redacción de LA PATRIA, cuando quedaba en el centro de la ciudad, era la de ver a Orlando Sierra dirigirse al basurero de la Redacción y despedazar libros. La primera vez intenté detenerlo:
- Usted no tiene por qué juzgar. A alguien le puede interesar ese libro.
- No señor, uno no puede hacerle ese mal a nadie. Hay que prevenir que alguien pueda leer esto tan malo- me respondió.
Nunca nos pusimos de acuerdo. Soy incapaz de destrozar un libro por malo que sea, y son muchos los malos que he leído en esta tarea que me he propuesto de hacer de los libros una excusa para la tertulia. De esos nunca hablo aquí.
Recibí semanas atrás de la Secretaría de Cultura de Pereira nueve libros. Seis corresponden a obras de la colección Escritores Pereiranos y tres a una nueva iniciativa que han llamado Colección literaria La Chambrana.
Sentí envidia, como solo puede ser la envidia, mala. No hay derecho a que Caldas -y menos Manizales- ya no se preocupe por la difusión cultural. No se hacen concursos para que la gente pueda aspirar a ver su obra publicada. Por ahí apoyan con exiguos presupuestos a clubes de amigos para dizque difundir en una ediciones que resultan casi clandestinas, porque no llegan a ningún lado.
Cuando la Imprenta Departamental se liquidó quedó la tarea de mantener la divulgación desde la Universidad de Caldas, pero esto no se ha logrado como debería. Bien vale la pena que se pensara en estructurar un proyecto que permita recuperar la Colección de Autores Caldenses para que se logre ese objetivo.
La colección de Escritores Pereiranos editó 500 ejemplares de cada título. Bien por ellos, aunque no deja de martirizarme al final el nombre del Plan de Desarrollo de esa ciudad, "Capital del Eje". Pero tengo que reconocer que en divulgación literaria parece que sí lo está logrando, con mi pesar y mi envidia.
En busca de Loveland
Una novela negra típica. Con su detective fumador y bebedor, expolicía para más señas y con una novia que sufre los embates de su tarea investigativa. Mario Cifuentes es el nombre de este protagonista que ya llega con este a su tercer caso.
Luis Alfonso Salazar nos presenta una historia con todas las claves de una novela negra, pero muy colombiana. Aparecen escenarios conocidísimos de Pereira, el Valle del Cocora, el Tapón del Darién, en donde queda Loveland, donde suceden todo tipo de negocios turbios, sin la mínima consideración por la dignidad humana. También están los grupos paramilitares, personajes de la política que son mencionados para lanzar alguna crítica y, por supuesto, momentos clave del país.
Se excede en lugares comunes y en reiteraciones, lo que provoca que por momentos se siente alargada, pero lleva a los lectores hasta la última página en donde deja claro cuál será el siguiente caso para el detective Cifuentes, una historia muy personal.
Una frase: "Al mundo lo mueven el poder, el dinero, las influencias y las necesidades".
Periodismo para la escena teatral
La joven Nathalia Gómez Raigosa se puso un reto como periodista: visibilizar a los hacedores de cultura de su departamento y una cosa llevó a la otra. Reportaje del teatro de sala en la escena pereirana es un trabajo de investigación, muy periodístico, que ahonda en esta maravillosa historia de su tierra.
Hurgó en archivos, dialogó con protagonistas, confrontó relatos e interpretó hechos para sacar conclusiones. No es solo un trabajo de recopilación, va mucho más allá y es el carácter que le da lo periodístico al relato. Me encanta el jalón de orejas para los medios locales, porque antes había más crítica teatral y atención a las artes en cada ciudad, y hoy se nota menos.
Una obra que le aporta a la historia de la región en general y del teatro en particular. Salen allí también los vasos comunicantes con Manizales, sus grupos y su Festival Internacional, que llega este año a sus bodas de oro.
Una frase: "¿Qué es el teatro si no la gente empecinada en hacerlo posible?"
Poemas de lo que se es
Andrés Galeano es un poeta de recorrido. En De lo que soy nos trae versos que van de un lado a otro, que hablan del amor, la ausencia, la violencia, las cosas cotidianas, el miedo. De lo que se es. Varios versos valen la pena para salvar el libro.
Un poema:
Enero 28
Tanta vida allá afuera
y yo aquí
conversando con tu cadáver
mientras ríes y existes en otro espacio
y quizás
sobre otro cuerpo.
Niña bonita
niña lejana
olvidaste cerrar la puerta al partir.
Las lecturas que se comparten
César David Salazar Jiménez escribe cortas reflexiones alrededor de la renuncia y del sentido ético que esta entraña cada que alguien hace uso de este derecho. Se renuncia a escribir, a leer, a los deportes, al teatro, a los recuerdos.
En fin, el autor plantea en estos ensayos escritos en diferentes momentos el valor de la renuncia. Lo tituló Maneras de renunciar y lo subtituló Elogio de mundos, rudos, ausentes y cansados.
Algunos escritos son más contundentes y van directo al punto, en otros se divaga. Este dramaturgo explora en el ensayo otras posibilidades y por eso va de un género a otro sin mayores problemas. ¿A qué le tememos renunciar y qué dejamos atrás con ella? Es la pregunta que seguirá rondando al lector cuando termine estas páginas.
Una frase: "Toda renuncia exige un compromiso ético con ella misma".
Mundos extraños
Carlos Vicente Sánchez nos trae una compilación de cuentos con el título de Los devastadores. Al leerlo se entiende el título, este adjetivo que califica a sus extraños seres y las extrañas historias que pasan de máquinas complejas a injertos en hombres por todos conocidos, como el poeta Héctor Escobar, El Diablo.
También historias de la infancia y sueños truncados, como el anhelo de esa niña que te buscó como custodio de su virginidad para ver cómo no pudiste ser su héroe. Al final se trata de historias fatales en una prosa rica.
Los seis cuentos son la excusa para contar los miedos que permanecen desde la infancia: a perder lo que más se quiere, a monstruos desatados, a envejecer en soledad, a la ignorancia, al más fuerte, al ver reflejado en otro lo peor de mí.
Una frase: "El poder de Mayo radicaba en su virginidad y temí lo peor, la extinción total del brillo de sus ojos".
Obra póstuma
Eduardo López Jaramillo no es un comentarista de libros, es un crítico en profundidad de las obras literarias y eso es lo que deja ver en Glosas de ver pasar, que reúne 13 ensayos sobre el arte de escribir y sobre escribidores. Va de Unamuno a Sartre, de Goethe a Whitman, de Mutis a Vidales.
Esta obra inédita del autor fallecido es un justo homenaje a un hombre que en la región se destacó por llevarnos a sus lectores a los clásicos con suficiencia y con entrega. No es poco.
En todas las bibliotecas
La Secretaría de Cultura de Pereira presenta la colección La Chambrana, unas obras económicas y de difusión masiva: Ediciones de 5.000 ejemplares. Explica, para los que no saben: "La chambrana rodeaba los corredores y los balcones de las casas de la colonización antioqueña. En ella se apoyaban los contadores de historias y su audiencia. Esta colección pretende ser ese lugar donde se encuentren los escritores y los lectores pereiranos para iniciar su conversación".
* Ayer también éramos palabras (poetas pereiranos del siglo XX) es una compilación que de entrada explica no se escogió por criterios de calidad, sino con fines meramente divulgativos, razón por la que desde ya se anuncia una segunda edición con poemas de autores no incluidos en este librito rojo.
* Sucesos y lugares (Antología de crónica de El Diario 1929-1953) recoge historias y apartes de crónicas y reportajes de la Pereira del segundo cuarto del Siglo XX. El Diario se convirtió en consulta obligada para todos aquellos que pretenden ahondar en la historia de la ciudad en esos años, cuando pasó de ser una aldehuela a la gran ciudad en que terminó convirtiéndose. Este librito azul recoge viejas historias, anécdotas y nombres conocidos por los interesados en la historia pereirana.
* Lo que contamos aquí (Cuntistas pereiranos del siglo XX) son cuentos que no siempre parecen lo que son. En ocasiones parecen crónicas, pues varios hablan de la comarca en el estilo costumbrista de entonces. Se recogen muchos de ellos también de El Diario, el viejo periódico pereirano y por eso se puede uno confundir. Sorprenden también la modernidad de algunos relatos, a pesar de tener 50 o más años de haber sido escritos. Una recopilación que bien vale la pena leer con atención.
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