Termina la feria de Manizales con un positivo balance, no obstante los problemas de empalme de la saliente y nueva administración. Son muchos los aspectos positivos como una ocupación hotelera de más del 80%, una asistencia masiva en la casi totalidad de los eventos, especialmente en los gratuitos. Una temporada taurina al alza. Y un ambiente general de maravilloso tiempo de feria.
Carlos Mario Marín, nuevo alcalde, casi ya iniciando la feria alcanzó a hacer algunos cambios en la programación. Pero más que cambios de acentos, preferencias, etc, lo más importante en la perspectiva de la economía naranja, es que a estos bienes culturales, sociales y económicos como es la feria anual se les pueda evaluar su impacto. Y con base en estos estudios se logre un mejoramiento continuo de la misma al implementarse nuevos proyectos y actividades, y ajustes a los existentes. 
Hemos tenido la oportunidad, desde la Universidad Javeriana de Cali, de hacer el estudio del impacto económico y social de las actividades de la Feria de Cali. Está demostrando cómo la Feria es un activo de una significación cultural, social y económico valiosísima para la ciudad. El estudio se empezó a realizar desde el año 2016, y mediante éste se ha recopilado valiosa información, que ha permitido tener cifras concretas sobre la participación de diferentes actores que hacen que todo el andamiaje de la Feria de Cali sea posible y funcione bien. Dentro de los actores tenemos a los vinculados con el talento creativo de la ciudad, (bailarines músicos, productores, etc.); un público local, nacional e internacional, y la articulación de la institucionalidad pública y privada (Secretarías de la Alcaldía, Cotelco, Acodres, entre otros).
El balance de la Feria de Cali de los últimos cuatro años refleja que el 92% de los asistentes encuestados, tienen una opinión favorable sobre la calidad artística de los espectáculos y actividades presentados, la movilización de espectadores asciende a 3,3 millones, lo que ha generado 1,4 billones de impacto económico. La medición llevada a cabo durante los últimos cuatro años, ha permitido tener una línea de base, que facilita hablar un mismo lenguaje y tener cifras ciertas que ayudan a la toma de decisiones en pro del mejoramiento de las actividades de feria, basados en evidencia.
Todas estas manifestaciones nos demuestran que la feria se ha constituido en un espacio en donde toda la comunidad se encuentra, y que va más allá de las tarimas y los conciertos. Los asistentes cada día van a demandar mayor calidad artística, lo que se traducirá en mayor afluencia de espectadores y ello trae, como efecto, un mayor impacto social y cultural, lo que favorece la dinámica económica. Según el último informe, de manera preliminar, se estableció que para 2019, la feria generó 14.494 puestos de trabajo.
Bien valdría la pena que a la Feria de Manizales también se le hiciera similar medición, para poder diseñar planes de mejoramiento con base en hechos y datos. Y así lograr sinergias, que generen provecho, y se repliquen más allá de los cinco días del inicio del año y contagiar el espíritu de trabajo a lo largo de todo el año en las actividades cotidianas de la ciudad.