Se ve venir el lagarto de turno sumándose al ganador en las elecciones del domingo. Tiene listos borradores de mensajes de felicitación:
A Gustavo Petro
Líder, los mejores días están por venir. Les llegaste a los colombianos, a su intimidad, a su angustia. Los de abajo tendremos una primera oportunidad desde el poder. “Cesó la horrible noche” como dice el himno de Núñez, tu paisano caribe. Al que no quiere caldo se le dan dos tazas de populismo bien entendido. Que un antiguo guerrillero llegue a Palacio es la prueba reina de
que la lucha armada perdió vigencia. Cuenta con mi hoja de vida para ayudarte a construir tu Colombia humana.
A Humberto de la Calle
Mi presidente, que los dioses te protejan. Contigo llegan a Palacio la sabiduría, el temple. Eres un volcán del Ruiz de sensatez, una catedral de Manizales de experiencia. El país se merece un mandatario como tú para enfrentar con optimismo sus retos. Los colombianos, tradicionalmente miopes, esta vez nos lucimos. Llegas al poder que en tiempos del 8.000 no alcanzaste por la vía de la conspiración. El trapo rojo regresa a la Casa de Nariño por la Plaza de Armas, nunca por el sótano.
A Germán Vargas Lleras
Encarnas el férreo talante y el talento desbordado de los Lleras. Gateaste en tapete cebra presidencial. Naciste para ese oficio. El país se dejó seducir por tus propuestas nada chimbas, pulidas como una sentencia. Pocos creían en ti por tus raíces santistas. Pero rectificar es seducir. Los encuestadores quedaron mirando pa’l páramo. Si tu abuelo nos mandó a dormir a las ocho de la noche, el mediático coscorrón a tu escolta nos señaló el rumbo. Caudillo, la segunda vuelta es apenas un trámite menor.
A Iván Duque
Ivancito, tienes más futuro que pasado y presente juntos. Adiós mañas viejas, arcaicos liderazgos. Clientelistas, corruptos, enmermelados, extremistas, a alumbrar a los pueblos. Hasta el papa sabe que eres algo más que el que dijo Uribe. Que no necesitas cirineo lo comprobaste durante la campaña. Les diste sopa y seco a tus “experimentados” contrarios. Lo tuyo será abrir trocha como tus ancestros paisas. Como viejo turbayista y compañero de luchas de tu taita, me alegro por él que te monitorea desde las estrellas. Mande usted, señor presidente.
A Sergio Fajardo
Profesor, mi amado profesor, me faltan adjetivos para felicitarte por tu bello, inmenso, descomunal triunfo. Detrás de esa fachada informal, embluyinada, despeinada, sin ínfulas, íntegra, reposada, enemiga del agravio, hay todo un edificio programático en el que la educación llevará la voz cantante. Te avalan glorias como el médico Llinás, Mockus, Wasserman. Colombia inicia el largo camino de convertirse en la más educada. Ya era hora. Eres un regalo de los dioses. Cuenta con mi modesto concurso desde el poder. O desde la llanura, que ha sido mi hábitat.
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