Es altamente posible que para cuando esta nota vea la luz, haya fallecido el papa Francisco, a causa de su avanzada edad, sus muchas dolencias y la horda de intrigantes que lo desea muerto.

Bien sea que conserve el privilegio de no rendir cuentas a ningún humano o esté ya rindiéndolas a Dios, sobre la mesa de apuestas eclesiásticas se barajan ya las cartas de posibles sucesores.

Los ‘vaticanólogos’ se decantan por siete cardenales. Ninguno dice nada a los colombianos, católicos o no, practicantes o no. Lo cual permite concluir que no son líderes mundiales, cuando mucho locales, pero son políticos que se deslizan con gracilidad por los pasillos papales.

Son: el húngaro Peter Erdo, con muchas acciones como eventual sucesor. Experto en derecho canónico y profesor en la Universidad Gregoriana, acostumbrado a tener contacto con los jóvenes. Tiene línea directa con el patriarca Cirilio de la Iglesia Ortodoxa, que habla al oído del sordo Putin.

El italiano Pietro Parolin, actual secretario del Estado Vaticano, también es fuerte candidato. Es un diplomático experto en relaciones internacionales.

Su compatriota Mateo Zuppi es visto como uno de los adalides de la corriente reformista. (Por lo mismo no quedará).

El filipino Luis Antonio Tagle es cercano al actual papa como prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

El congolés Peter Turkson es uno de los cardenales más influyentes de África y tiene gran sentido de la justicia social y los derechos humanos, lo mismo que su compatriota Fridolin Ambongo. Al fin y al cabo provienen del Tercer Mundo.

Por último, el estadounidense Raymond Burke ha sido un tradicionalista opositor de Francisco. Menos mal está demasiado viejo.

Si se los clasifica por tendencias, Burke es ultragodo; Erdo, conservador; Parolin, moderado, y Tagle, Turkson, Ambongo y Zuppi liberales.

Sorprendentes naipes para una entidad que no se caracteriza precisamente por la apertura y la transparencia.

Y no faltan los periódicos colombianos que agregan a Luis José Rueda, así lleve año y medio de cardenal. Falta saber si tendrá el aval de Petro…

***

Adenda compungida: El pasado 22 de febrero se llevó a cabo en Caramanta, Antioquia, el Segundo Encuentro de la Alianza 50 Pueblos Paisas, costal en el que metieron a los 27 municipios de Caldas, ninguno de los cuales paisa, emparejados con 23 del suroeste antioqueño, con los que no hay nada en común.

El propósito era “celebrar la identidad cultural compartida”, o sea, presentar como antioqueñas todas las bellas manifestaciones caldenses.

El pueblo homenajeado fue Marulanda, donde fabrican ruanas, pero no les hacen fiesta, mientras en Caramanta no las fabrican y festejan las que traen de China. Primer paso para creerse dueños de ellas.

El gobernador de Caldas se fue para donde no debía estar, feliz e inconsciente de seguir entregando el departamento en bandeja. Quizás anhela un collar de arepas. Antioqueñas, por supuesto.

Si los antioqueños en su ignorante fanfarronería se creen propietarios e inventores de todo para disimular su complejo de inferioridad, es asunto de ellos.

Pero que los caldenses les sigan comiendo cuento, sin defenderse del falso y absurdo avasallamiento, es un pecado sin perdón. Después no se quejen de que el departamento no existe.