Decíamos que la historia de una mujer que resultó ser la Begum llevando todos los días una rosa roja al sepulcro de su marido el Aga Khan me recordó una historia parecida. Ramón Mercader del Río, que usaba el alias de Jacques Mornard, fue meticulosamente preparado por Stalin para matar a su enemigo Lev Davidovich Bronstein, o sea Trotsky. Con un piolet recortado de alpinista el 20 de agosto de 1.940 lo asesinó en su villa de Coyoacán en Méjico capital. Debía ser el crimen perfecto, pero no lo fue. El asesino fue condenado a 20 años de prisión por el crimen más seis meses por el porte ilegal de armas. La historia de cómo se preparó el asesinato de Trotsky me interesó y recuerdo muy bien cuando en 1.960 salió de la cárcel. Pues bien, durante todo el tiempo que estuvo en prisión una misteriosa mujer le llevaba periódicamente una canasta de flores y de frutas. La mujer desapareció cuando el asesino salió de la cárcel.
Volvamos a Asuán, región llena de atractivos. Son muchos los templos que hay en la vasta zona que rodea al lago Nassar. A 50 kilómetros al sur, en territorio de Nubia, se encontraban dos templos que fueron trasladado en 1.960 cuando ocurrió la inundación de la represa. Uno de ellos es el templo de Kalabsha, situado en una isla y construido por Augusto el año 30 antes de Cristo.  Fue uno de los más grandes templos que hubo en el territorio de Nubia y estaba dedicado al dios Mandulis, a Osiris y a Isis. Medía 74 por 33 metros. Tenía tres cámaras interiores. El traslado del templo por los alemanes duró 2 años.  Es interesante su visita. El segundo templo de la isla, también reubicado, es el llamada Quiosco de Kertassi. Es un templo pequeño, de ahí su nombre, dedicado a Isis. En la entrada tiene dos columnas con la efigie de la diosa Hathor. Tiene un lejano y extraño parecido al pabellón de Trajano del templo de Philae, del que ya hemos hablado.
Ramsés II, el poderoso tercer faraón de la XIX dinastía, coronado en 1.279 antes de Cristo,
además de gran guerrero fue un notable constructor. En el territorio de Nubia levantó varios templos para afirmar allí su poderío y se empeñó en que los nubios adquirieran el idioma y las costumbres de los egipcios, como táctica para extender sus dominios al sur de Egipto. Tres de estos templos fueron Wadi es-Sebuam, Beit el-Wail y Abu Simbel. 
Beit el-Wail, estaba dedicado a Amón e igual que los otros dos fue reubicado en 1.960 y salvado de la represa, por arqueólogos polacos con dinero suizo y de Chicago. Entre las figuras que adornan el templo sobresale una de la entrada en la que se ve al niño Ramsés amamantado por Isis y Anukek, diosa esta última del Nilo. Es un templo pequeño, excavado en la roca y que con la cristianización de Egipto se convirtió un tiempo en iglesia copta. Wadi es-Sebuam era un complejo de tres templos también construidos por Ramsés II. Los otros dos del complejo eran: Dakka, dedicado a Tot el dios de la sabiduría y a Isis. Este templo tenía un gran pilón de 11 metros de altura.  El tercer templo del complejo era Maharraqa, famoso porque tenía una escalera en forma de caracol. Los tres templos también fueron trasladados en 1.960. Nos queda por visitar el más famoso de los templos  de Nubia, salvados de la represa y uno de los más célebres de Egipto, cuya visita no se puede obviar, el de Abu Simbel.