Esta época, ahora caracterizada más por preocupaciones políticas, suele despertar la nostalgia y remembranzas de quienes palpitamos con las noches de las velitas, las novenas y la Natividad; tiempos añejos donde se empezaba a recoger el ‘musgo’ para hacer el pesebre con el máximo cuidado y fervor, obra que debía estar lista, con sus luces, para cada 8 de diciembre. El 16 de este mes empezaba -y empieza- el rezo durante 9 días y al que los niños acudíamos fervorosos con panderetas (elementos que se elaboraban con tapas de gaseosa meticulosamente machacadas que se insertaban a un trozo de alambre), con cuyos bulliciosos y exóticos adminículos musicales se acompañaba la interpretación de los solemnes cánticos y alegres villancicos, a lo que seguían los aguinaldos que traería el Niño Dios, muchas veces descubierto “inocentemente” en paños menores ante la esperanza de verlo cuando traía los regalos. Todo era un ritual reservado para el duodécimo mes y que hoy se trata de hacer sentir, sin exagerar, desde el mes de septiembre.
Francisco Javier Molina Ossa es un colega abogado, músico, versátil con el acordeón y corista en varias agrupaciones. Emigró de Manizales hacia la vecina ciudad de Pereira donde ejerció como juez y docente. Treinta y cinco años ininterrumpidos lleva realizando por estas calendas un muy tradicional programa de villancicos internacionales en la emisora cultural “Remigio Antonio Cañarte” de la capital de Risaralda, el que unido a su recia investigación le dio el bagaje suficiente para publicar un libro de su autoría que tituló, “Navidad, melodías y tradiciones del mundo” recientemente presentado en Ágora Café Libro de Manizales, en el que refiere que la publicación “ofrece un recorrido por las costumbres y rituales que, desde distintas latitudes, han dado forma a la Navidad como fenómeno humano, cultural y religioso”, y donde “el lector podrá descubrir la riqueza de estas manifestaciones, que revelan tanto la diversidad como la convergencia de los pueblos en torno a un mismo espíritu festivo”.
En la estupenda obra, digna de ser leída, alude entre muchos temas a los orígenes del pesebre, la Navidad y la misa de gallo; el por qué se celebra el 25 de diciembre; cómo era la celebración en la época de la colonia americana, así como alrededor del mundo particularizándolas por sus curiosidades en los diferentes países de los distintos continentes; de cómo nació el saludo “feliz Navidad y próspero Año Nuevo”, cuándo se publicó la primera tarjeta de Navidad, etc., etc., para luego aludir a los “villancicos” (de villano=campesino español del llano) partiendo de los orígenes de tutaina, A la nanita nana y Antón tirurí (España); Noche de paz (Austria); Velo qué bonito y Campanas de Navidad (Colombia); Blanca Navidad y El Tamborilero (Estados Unidos); Feliz Navidad (Puerto Rico); el Burrito sabanero (Venezuela), entre muchísimos más.
A propósito de Antón tirurí, el autor señala que la versión colombiana difiere de la española; solo esta muestra: “Anton tiruliruliru, Anton tirulirurá (bis)/Jesús al pesebre/vamos a adorar”; Cataluña: Anton tiro-liro-liro/Antón tiro-liro-lá/Jesús al pesebre/lo iremos a adorar”; cántico que junto con “tutaina”, dice el autor, no hay acuerdo sobre sus significados, pero que algunos se atreven jocosamente a decir que Antón tiruriru significa tutaina tuturumá. Felices fiestas.